Juguetes ‘retro’ que se ofrecen en esta Navidad emocionan a los adultos

Emocionada lucía Ericka Orellana, de 43 años, cuando, hace dos semanas, fue a una juguetería de Guayaquil para comprar los juguetes que dará a su hijo de 8 años y a sus sobrinos de 13, 6 y 2.

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En las perchas encontró figuras de acción de una de sus series de dibujos animados favoritas de la infancia: He-Man y los amos del universo. Y a pocos metros había, también, muñecos de los personajes de una de las primeras películas que vio en el recordado cine Maya, ubicado en el sector de Urdesa: Los cazafantasmas. Además, había unas muñecas de la línea Cabagge Patch Kids, como la que le regaló su papá de niña al regreso de un viaje a Estados Unidos.

Los muñecos del tímido Adam, príncipe de Eternia, y de su alter ego, el musculoso He-Man, así como el de su archienemigo, Skeletor, cuestan $ 19,99. Otros personajes están en $ 23,99, según la cantidad de accesorios que incluyan.

En tanto que las figuras de Peter, Egon, Ray y Winston, los cazadores de espíritus revoltosos, cuestan $ 17,99. Su vehículo ECTO1 está en $ 53,99. Y las Cabbage, a $ 21,99 y $ 23,99.

Los juguetes ‘retro’ de las dos primeras producciones son una tendencia para esta Navidad. Esto porque recientemente se estrenaron nuevas versiones de aquellas. Netflix tiene una actualización de los Amos del universo y hace pocas semanas se estrenó en los cines de Estados Unidos y de Ecuador una secuela de la película Los cazafantasmas.

“Aunque suene repetitivo, la pandemia cambió todo. En el ámbito del juego y el entretenimiento, las marcas creadoras dirigen sus productos tanto a los niños como a los adultos, reforzando la tendencia llamada kidult; en el marketing no se los cataloga como niños-adultos, sino como adultos fanáticos de las series o juguetes de su infancia, y que, en la adultez, los coleccionan y recuerdan con cariño. Ellos son los padres de ahora y, al llegar esos recuerdos, su niño interior despierta”, explica Miriam Guerrero, especialista en contenidos de marca y directora de Marketing de la consultora Comtexto Digital.

Refiere que “las marcas creadoras de los juguetes de los años 80 o 90, por ejemplo, analizan esa tendencia para traer las emociones a la memoria de estos padres, y actualizan las versiones de los juguetes, las modernizan e incluso las presentan en series con situaciones futuristas que encantan, en cambio, a los niños”.

The Toy Association indica que con la pandemia se reforzó el juego familiar y hay más demanda de juguetes educativos, en los que la familia ayuda a los menores a aprender nuevas habilidades; se incluyen rompecabezas, juegos temáticos de cocina y marcas nostálgicas, dice la experta. (I)