Jéssica Molineros, de 43 años, es madre soltera y sostén de sus dos pequeños de 5 y 7 años. Acaba de obtener la marca Nosotras Emprendemos, patrocinada por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), para su negocio de confección de ropa. Como beneficiaria del bono, ella decidió averiguar sobre el crédito de desarrollo humano y le dieron una respuesta positiva.

Ella ya tenía conocimientos previos de la confección, y con el dinero se compró una máquina industrial para trabajar. Ha participado en las capacitaciones que son requisito en el programa y ha aprendido desde marketing digital hasta contabilidad.

Cuenta que en esta pandemia logró salir adelante porque se dedicó a hacer trajes de bioseguridad y mascarillas. Tuvo una gran acogida, pues las confeccionaba con tela quirúrgica. En estos días está también por obtener la marca exclusiva de su negocio que se llama Creaciones D’Jessy.

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Jéssica es un ejemplo exitoso de como el crédito de desarrollo humano puede apoyar la economía en sectores vulnerables. Como ella, 223.000 mujeres han recibido este tipo de crédito desde 2017, según las cifras que maneja el ministro de Inclusión Económica y Social, Vicente Andrés Taiano.

A este beneficio pueden acceder todas las personas que reciben el bono de Desarrollo Humano, siempre y cuando cumplan ciertos requisitos como tener un plan de emprendimiento y asistan a las capacitaciones. Lo que hace el Gobierno es adelantarles el monto de un año, para que puedan realizar su emprendimiento.

Ahora, la marca Nosotras Emprendemos busca darles un poco más de presencia a estos productos, explica el funcionario.

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Yira Olmedo fabrica jabones en su casa de Durán Foto: Cortesía

Yira Olmedo, de 46 años, aún está en proceso de conseguir la marca Nosotras Emprendemos. En su casa ubicada en la cooperativa 28 de Agosto, de Durán, ella elabora productos de limpieza como jabones de glicerina, jabón líquido para cuerpo y detergente.

Es un emprendimiento que empezó hace cinco años y que ahora tiene ya una clientela frecuente. Yira es madre de un niño con discapacidad; su otro pequeño murió hace pocos meses, pues también tenía una grave enfermedad. Yira ve en el sello del MIES una posibilidad de que sus productos cuenten con mayor aceptación y logren tener normas de calidad más altas, como el registro sanitario.

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Taiano explicó que la marca ha sido una iniciativa trabajada con las mismas participantes. “Ellas escogieron el color naranja”, explica el ministro. “Es un distintivo que les permite ser parte de ruedas de negocios, ferias inclusivas, dentro y fuera del MIES. También pueden ingresar al portal de compras inclusivas”, refiere.

Las beneficiarias de la marca reciben tarjetas de presentación y unas etiquetas para los productos.

De los recorridos que ha hecho Taiano, dice, las beneficiarias del crédito han dedicado sus emprendimientos a temas variados: bisutería, bioseguridad, ropa de mascotas, alimentación, productos de limpieza y aseo, manualidades, camitas de perro de varios modelos (hasta con toldo).

El ministro relata que en El Oro tuvo la oportunidad de conocer la historia de Angélica Calero, quien empezó con un emprendimiento de humitas, mientras su esposo vendía pan en una bicicleta. Tras un esfuerzo importante ahora tiene una panadería-pastelería que le ayuda a su sustento.

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Para Taiano es gratificante conocer historias de personas que no tienen miedo a salir de su zona de confort y lograr levantar sus negocios de manera efectiva. La meta del ministerio en estos últimos meses de gobierno es entregar unos 5.000 créditos por mes, pero esto depende de la liquidez que se inyecte a BanEcuador. (I)