El sol andino de finales de enero —dibujado en un cielo azul con escasas nubes— revela la cercanía del mediodía. La planta de Paccari se levanta en el sur de Quito en una superficie de tres mil metros cuadrados. Una primera puerta se abre para visitantes y desde la siguiente puerta los sentidos empiezan a experimentar variedad de olores.

Primero, la fragancia de una finca tropical donde las plantas de cacao con sus mazorcas maduras esparcen su fragancia húmeda por doquier hasta percibir —en el área de gotas de chocolate— el aroma delicado del chocolate listo para elaborar cualquier barra.

Paccari es una empresa de chocolates fundada en 2002 que ha bajado el 43 % de sus emisiones de CO2 y logrado el estado de Carbono Neutralidad, según el estudio de “Gases de Efecto Invernadero-GEI” (Sambito) bajo normas ISO 14064-1:2019 e ISO INTE B5. En doce meses tuvo una reducción de 188,89 toneladas de CO2, pasando de 1,51 toneladas de CO2 por tonelada de producto (2020) a 0,96 toneladas en 2021.

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Área de empaque en la planta de la empresa ecuatoriana de chocolates Paccari, en el sur de Quito. Foto: Alfredo Cárdenas.

El 28 de enero se considera el Día Mundial por la Reducción de Emisiones de CO2 (Dióxido de Carbono). Y Santiago Peralta, fundador de chocolates Paccari, cuenta cómo entiende esta marca la cero neutralidad y sus logros a través de dos décadas de vida.

¿Cómo ha logrado Paccari reducir sus emisiones de CO2?

Utilizamos la agricultura orgánica, no usamos agrotóxicos. Es un chocolate orgánico desde el árbol a la barra. Procesamos desde la relación con los agricultores hasta la boca de los clientes finales.

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Además, la producción de cacao no suma CO2, al contrario, reduce, porque estos árboles todas las noches fijan el CO2 de la atmósfera. No utilizamos leche, porque las vacas generan 60 % de los gases de efecto invernadero, somos veganos, desde siempre somos libres de leche. Hemos propuesto alternativas como chocolates con crema coco y no con leche, con azúcar de coco que es mejor para el nivel glucémico y tienen cero emisiones de metano.

Trabajadores en el proceso de preparación de chocolates, en la planta de Paccari, que ha logrado reducir sus emisiones de CO2 hasta alcanzar el nivel de Carbono Neutral. Foto: Alfredo Cárdenas.

¿Qué más hacen en favor del ambiente?

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Usamos empaque biodegradable para no utilizar plástico, hemos hecho ejercicios de no utilizar cartón, tenemos una presentación de los chocolates más populares de Paccari que se llama carton less (sin cartón), para evitar la deforestación, reciclamos nuestro empaque interno, todas las cajas de nuestras tiendas regresan a la fábrica y circulan hasta en veinte tipos de uso.

Lo último que hemos hecho es poner paneles solares y en este momento el 75 % de nuestro consumo de energía es solar. Estas son las acciones para que Paccari haya conseguido el nivel de carbono neutral.

¿Cómo se ha manifestado el crecimiento económico de Paccari?

Paccari ha facturado alrededor de $ 8 millones en 2022, con un crecimiento de un 15 % en el mismo año. Me alegra mucho que la gente esté comiendo chocolate de verdad. Ahora, el 70 % de personas está buscando, desde la pandemia, chocolates oscuros —que tienen más del 60 % de cacao—. Son los chocolates que el doctor te recomienda para el corazón, para la concentración, para la falta de magnesio que tiene la humanidad, que son antidepresivos, que son ansiolíticos, etc.

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Cafetería Casa de Experiencias Paccari, ubicada en La Floresta, en Quito, una de las siete tiendas de la marca ecuatoriana. Foto: Alfredo Cárdenas.

¿Cuánto empezó facturando en el 2002?

Cero pues —ríe—. Nuestra empresa iba de poquito en poquito y la hemos visto crecer de la nada. Hemos ido abarcando cada vez más espacios del mercado, ahora tenemos más de 50 tipos de chocolates que rescatan tradiciones culturales gastronómicas latinoamericanas y las exportamos a 42 países del mundo. Además, en Quito tenemos siete tiendas, en Cuenca tenemos una y otra en proceso. Tenemos 140 empleados: 70 en la planta y 70 en las tiendas.

Paccari es la empresa de chocolates más premiada del mundo con más de 400, ¿cómo recibió su primer premio?

Eso fue una mezcla de taquicardia, hiperventilación, incredulidad, sorpresa, después un arrebato de alegría y, al final, una sensación de que ya no éramos anónimos y que íbamos a estar en la mira de la industria chocolatera mundial.

Hotel Le Parc y su edificio 100 % sustentable

Mariana Tufiño, directora ejecutiva de Pacto Global Naciones Unidas Red Ecuador, Santiago Morales, gerente Arch-Bio, Gabriela Sommerfeld, gerente general del Hotel Le Parc, Tania Sánchez, gerente talento Hotel Le Parc, y Giovanni Villacrés, directivo de AgroUniversal, en la entrega de la certificación Carbono Neutralidad. Foto: Cortesía

Hotel Le Parc de Quito obtuvo la certificación de carbono neutro a cargo de BIO1 y AgroUniversal, auditores medioambientales avalados por el Ministerio de Ambiente. Esto es resultado de incorporar tecnología para reducir las emisiones de gases efecto invernadero, de mejoras como cambio de calderas para el acondicionamiento térmico del hotel por tecnología eléctrica, sistemas de sensores de luz para reducción de consumo, luces LED, vehículos híbridos, sistemas hídricos y más.

Su gerente general, Gabriela Sommerfeld, destaca el impulso de la economía circular, a través de iniciativas de reciclaje y aliados estratégicos, y también la construcción de una segunda torre con tecnología y sistemas que han permitido alcanzar certificaciones de construcción sostenible como Edge Advance y Leed. “I Am Beyond the Star, proyecto de expansión hotelera que incluye residencias y oficinas corporativas, cuenta un total de siete subsuelos de parqueos que incluye parqueo público, 18 pisos con residencias y oficinas. Cuenta con sistemas de construcción sostenible como es la estructura liviana, paredes livianas que permiten control térmico y acústico, vidrio para control lumínico, térmico y acústico, generadores de energía, sistemas de recolección de agua lluvia, potabilización y tratamiento de agua, entre muchas otras tecnologías y elementos que por primera vez se conjugan todas en un solo edificio”.

Actualmente, se encuentra en proceso de construcción las residencias y oficinas, que estarán para la entrega en el segundo semestre del 2023. El 100 % de las residencias están vendidas y quedan pocas oficinas exclusivas con servicios hoteleros y amenities diseñados para altos ejecutivos.

La economía circular de Cargill

Cargill Aqua Nutrition publicó recientemente su décimo tercer informe anual de sostenibilidad y entre los resultados más destacados en el 2021 consta que por primera vez más del 50 % de las materias primas que se utiliza son coproductos. Foto: Cortesía

Cargill es una empresa con más de 150 años en la industria, y Cargill Aqua Nutrition -que llegó al país en el 2015 cuando se asoció con Naturisa para construir y operar una fábrica de alimentos para camarones bajo el nombre de Aquacargill del Ecuador- representa un eslabón fundamental en la cadena de suministro de productos del mar y busca apoyar las buenas prácticas en la acuicultura, proteger el ambiente e impulsar cambios para satisfacer la creciente necesidad de productos del mar, reduciendo el impacto ambiental y mejorando las comunidades donde trabajan.

A fines del 2022 publicó su informe anual de sostenibilidad y entre los resultados más destacados en el 2021 menciona que como parte de un enfoque de economía circular en los piensos (alimentos), tanto para especies de agua fría como de agua caliente, por primera vez más del 50 % de las materias primas que se utilizan son coproductos. Además, que el 40 % de sus ingredientes marinos proceden de recortes y subproductos. La fábrica de piensos que posee la empresa en Noruega se convirtió en una planta totalmente electrificada, que utiliza energía hidroeléctrica renovable y genera casi cero emisiones de gases de efecto invernadero.

En marzo del 2021 lanzó el programa insignia de sostenibilidad SeaFurther™, que ayuda a los salmoneros a reducir las emisiones de CO2 de su pescado en un 30 % para 2030 y así ayudará a la industria a ahorrar 2.000 millones de kilogramos de CO2, el equivalente a retirar más de 400.000 vehículos de la carretera en un año. (I)