Solo siete meses duró Ítalo Cedeño en el cargo de gerente de Petroecuador. Su rápido paso por Petroecuador queda empañado por al menos tres episodios que involucran su propio nombramiento, la influencia que ejercía su esposa y su círculo más cercano, así como el pago de $ 19 millones en una cuestionada disputa a personas relacionadas con el exgerente de Petroecaudor Álex Bravo.

Es que el 28 de diciembre del 2021 Ítalo Cedeño fue designado gerente de Petroecuador. Pero el día anterior -el 27 de diciembre- el presidente Guillermo Lasso había reformado el Decreto 95 que dictaba que se realizaría dentro de 100 días un proceso de selección de perfiles para cargos directivos en Petroecuador, “con la asesoría de una firma especializada e independiente”. Lo hizo a través del Decreto Ejecutivo 299.

Cedeño llegó con un discurso interesante en el sentido de querer revalorizar el precio del crudo ecuatoriano y para ello apoyó la realización de ventas spot, también buscó la renegociación de contratos con China, buscó contabilizar el gas como un hidrocarburo importante en el país, y fue promotor -aunque no con mucho éxito- de una posible duplicación de la producción petrolera en el mediano plazo.

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Sin embargo, pronto se notó que había un cierto círculo que era difícil sortear para poder llegar a él. Incluso varios funcionarios de la propia empresa, comentaban el tema y les sorprendía que su esposa, Martha Morlas, fuera quien decidía su agenda.

El círculo de Ítalo Cedeño en Petroecuador se va armando con rostros de la industria y algunos personajes polémicos

Hace pocos días, Cedeño aceptó una entrevista en La Posta en la cual admitió, luego de que se filtraran unos audios comprometedores, que su esposa durante el primer mes de su gestión tuvo influencia sobre él, aconsejándolo. Indicó que ella le decía: “Mira, tales personas son honestas, tales personas son corruptas, investígalas”, dijo que es el consejo típico de una esposa y que no está mal. Pero él le había dicho que la mujer del César no solo debe ser honesta sino parecerlo, que en una función pública eso no es permitido. “Le dije: ‘No te metas porque me estás haciendo daño’. Y no lo hizo más”.

Cedeño, quien era conocido por hablar sin filtros, también dijo que eso lo había comentado con el presidente Lasso y que este le había comprendido. El anuncio de su salida se dio horas después de la entrevista. Tras eso también acaba de producirse la separación de parte de ese círculo armado supuestamente por su esposa. Entre ellos, Carla Gonzaga, quien fue nombrada subprocuradora, luego subgerente de talento humano y nuevamente subprocuradora y que perteneció al Comité de Ética. Ella es quien supuestamente aparece en los audios filtrados ofreciendo a Morlas la carpeta de un personaje que había trabajado como director jurídico del INEN y como asesor de la presidenta de la Asamblea, Guadalupe Llori. La idea era que se le contratara. “Es de esos buenos pero que se puede hacer cosas buenas también. ¿Me cacha?”, le dice Gonzaga a Morlas. La esposa celebra lo que están haciendo y le dice que son como Ángeles de Charlie: “Angelita y Aureola”. También ha sido seperado José Pinoargote, quien habría sido subprocurador y también asesor del exministro Rafael Poveda. Morlas habría puesto como jefa del despacho a Justina Zambrano, pero ella continuaba en la empresa hasta este jueves por la tarde.

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Adicionalmente, Cedeño firmó el 29 de abril pasado, un pago de $ 19,3 millones en un acuerdo transaccional con José Luis Orellana Santos, quien era el apoderado de Carlos Alfredo Santos Sosa, Ana Patricia Estupiñán Gutiérrez, Karla Patricia Santos Estupiñán, Paola Andrea Santos Estupiñán y María Daniela Santos Estupiñán. A ellos la empresa les había expropiado dos terrenos con el fin de realizar la costosa repotenciación de la Refinería de Esmeraldas.

El nombre de Orellana Santos aparece en una demanda por delincuencia organizada en la cual fueron demandados el propio Orellana, Arturo Alfredo Escobar Domínguez, Marco Calvopiña Vega, Carlos Pareja Yannuzzelli, Eduardo Alberto Valderrama y Álex Bravo Panchano.

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El caso que perjudicó a las arcas de Petroecuador tiene su origen en 2014 con la expropiación de los mencionados terrenos. En primera instancia, el avalúo de ambos terrenos con base al catastro del 2011 llegaba a $ 4,5 millones. Sin embargo, estas personas demandaron que el avalúo debía ser con base al año 2012, cuando -no se entiende bien los motivos técnicos- los terrenos pasaron a costar $ 23,9 millones. En el centro de mediación de la Procuraduría pocos días antes de que se acabara el gobierno de Lenín Moreno, la decisión fue que Petroecuador debía hacer el pago de $ 19,3 millones. Petroecuador no cumplió y se le demandó ante el Tribunal Contencioso Administrativo de Portoviejo. Ya para noviembre el 2021, el exgerente Pablo Luna debía firmar el pago, pero no lo hizo. Lo terminó haciendo Cedeño. (I)