La importancia de la ciencia en el impulso de la productividad de los cultivos de cacao y banano y cumplir las nuevas exigencias de los mercados, como el europeo y el de Estados Unidos, fueron algunos de los temas que acapararon la atención en el congreso científico de la segunda edición de la Cumbre de Banano y Cacao, que se realiza del 15 al 17 de noviembre en el Centro de Convenciones de Guayaquil.

Uno de los expositores, Jorge Sandoval, catedrático universitario de Costa Rica y consultor internacional en temas de banano, intervino este miércoles con el impacto que tiene el cambio climático sobre los cultivos de banano. “Las temperaturas, la precipitaciones merman la producción. A veces le puede llover en dos días lo que era en dos meses, imagínese para un cultivo como el banano que es muy sensible, la raíz del banano no soporta el navegamiento como soporta el arroz”, explicó el experto, quien lanzó una pregunta retórica: ¿serás que yo pueda hacer algo para que una raíz de banano se comporte como una raíz de arroz?

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Sandoval defendió el papel de la ciencia en los avances, pero así mismo reconoció que existe mucha información, pero poco conocimiento. Por esta razón, indicó que este tipo de congresos científicos son importantes para acercar a los productores a estos avances.

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El entorno global lo ve complicado y con muchos desafíos para el sector bananero. “De alguna u otra manera el cultivo se ve afectado por el cambio climático, las plagas, la escasez de fertilizantes, la guerra entre Rusia y Ucrania y otras amenazas como las nuevas maneras de producir para poder llegar a mercados que exigen una fruta más manejada y producida con tecnología limpia”.

Y ese entorno indica que hay que trabajar tratando de reducir hasta donde se pueda el uso de pesticidas, buscar alternativas biológicas, enemigos naturales de las plagas en los propios campos, aislar microorganismos que son antagonistas, multiplicarlos y aplicarlos.

Identificó otros desafíos para el sector, como los aspectos sociales y de comercialización con mercados internacionales que no pagan el precio ideal por la fruta, pese a las constantes inversiones que los productores deben hacer para contrarrestar plagas como el Fusarium Raza 4 que está en la región: en Perú y también en Colombia que -resaltó- ha logrado importantes avances en el manejo de la plaga, pero a costa de una gran inversión que muchos pequeños productores en ese y otros países a donde llegue la plaga no podrán hacer “y se podrán quedar atrás”.

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Incrementar el nivel de capacitación

En el caso del cacao, la cumbre y el congreso es la oportunidad para que los productores se actualicen, indicó Miguel Ángel Pérez, productor bananero y cacaotero. “Nos hemos juntado con el sector bananero, somos sectores muy afines y nuestra expectativa es generar un legado de traspaso de conocimiento hacia los productores por el nivel de charlas”. “El mundo está cambiando muy rápido, principalmente en las exigencias del mercado europeo y de Estados Unidos... La agricultura es ciencia y la tecnología va a pasos agigantados, queremos acortar al sector productivo para subir el nivel de capacitación”.

También considera que la cumbre es la oportunidad para generar negocios a vísperas del cierre de año presentando los presupuestos del siguiente año, y aprovechar la presencia de la mayoría de los proveedores para afrontar la comercialización del 2023.

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Entre las principales conjeturas que se desprenden del congreso explicó que es muy probable que La Niña se extienda, lo que no es bueno para el sector, debido que al haber más frío todos los procesos biológicos se retrasan en cierta forma, aunque esto lo ha ayudado en sus niveles de producción. “En mi caso personal me ha beneficiado, al no tener un invierno tan frío, al tener un enero con temperaturas no tan altas, febrero con temperaturas no tan altas, me han abierto una ventana de oportunidad para seguir transformando flor en fruto y eso me ha hecho que tenga mayor concentración de pico de cosecha a partir de julio y agosto”. La situación se ha replicado en otros productores, pero aclaró que estadísticamente no se podría hablar de una tendencia.

Por otro lado, aseguró que este año la producción de cacao estaría cerrando entre 370.000 y 380.000 toneladas, en comparación a las 366.000 del 2021. Este incremento, según Pérez, obedece a que hay plantaciones jóvenes que ya pasan a adultas.

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Aseguró que en el 2023 Ecuador va a empezar a crecer mucho en cacao, proyecta que la producción bordeará las 390.000 toneladas de cacao, “nos seguimos manteniendo firmes en el mundo como el tercer productor de cacao”. Sin embargo, reconoció que actualmente hay un gran vacío de producción debido a la falta de fertilización, pues el costo empezó a subir desde el año pasado y muchos productores dejaron de fertilizar.

Recordó que el 90 % de los productores de cacao son pequeños, de menos de dos hectáreas. Se trata de unos 300.000 pequeños productores que abarcan casi la mayoría de las 600.000 hectáreas de cacao a nivel nacional, que son tres veces más que el hectareaje del banano. (I)

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