José Tajonar, presidente nacional de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (Anierm), llegó a Ecuador el 26 de septiembre pasado liderando una delegación de representantes de más de diez empresas del estado de Jalisco (México), en busca de adelantarse a la posibilidad de la firma del tratado de libre comercio que Ecuador y su país negocian, y para dar a conocer la oferta exportable de esa parte del occidente mexicano, con la coordinación de la Cámara Binacional de Comercio Ecuador-México (Comecuamex). El dirigente revela las expectativas de importadores y exportadores mexicanos respecto al acuerdo, que aún no se concreta.

¿Qué productos traen los exportadores mexicanos y cuáles del Ecuador les interesan a los importadores?

Los productos para ofertar al mercado ecuatoriano vienen desde el sector de alimentos, bebidas; también bebidas alcohólicas tradicionales mexicanas y materias primas, pues también tenemos saborizantes que pueden ser de utilidad para la industria de los lácteos; también viene una empresa de material quirúrgico para el sector salud. Y siempre México está ávido de alternativas ecuatorianas. Yo ya soy consumidor de productos ecuatorianos, porque en el centro comercial donde está mi barrio encuentro palmito ecuatoriano y cacao, chocolates con porcentajes muy altos de cacao y menos de azúcar. El tener alternativas de los dos lados creo que es parte de la facilidad comercial que debería existir.

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La balanza comercial entre los dos países es deficitaria para Ecuador. ¿Esto podría cambiar con la firma del tratado de libre comercio que se negocia?

Sin duda, es evidente, porque ya lo hemos vivido con otros países que tienen oferta exportable similar a Ecuador. La Alianza del Pacífico es una evidencia de que puede darse. Y, sin duda, el hecho de que haya la facilidad no solo arancelaria, sino también en normas técnicas, en registro de productos, todo esto hace que estemos considerando un bloque; es en lo que debemos estar pensando: en hacer un bloque regional para que juntos podamos ingresar a otros países.

¿Por qué la idea de formar un bloque regional?

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Es una época donde Europa no sabe cuánto le cuesta la energía a fin de año; por lo tanto, no pueden prever su manufactura. Es un gran momento para Latinoamérica. China está cerrado todavía por el coronavirus; tiene problemas financieros muy serios, tiene problemas de desarrollo tecnológico, pues su Gobierno hace que no haya muchos emprendimientos (...). Tenemos infraestructura logística que cada día la estamos tratando de mejorar. Y tenemos emprendimientos, mucha juventud que está generando nuevas ideas con visión de desarrollo. Y todo esto es lo que tiene que ver con una plataforma logística, no solo para los mercados más importantes, como podría ser el norteamericano, sino para los demás mercados, como el asiático. Un gran ejemplo es Ecuador, al ver cómo se ha desarrollado con Asia con flores, banano; a México le ha costado más trabajo ingresar a esos mercados. Vamos a aprender los sectores unos de otros, y eso nos dará mayores alternativas.

Pero, al parecer, desde el lado mexicano hay ciertas desventajas que hacen que este acuerdo no se concrete aún, pese a que se proyectaba cerrarlo en mayo...

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Para nosotros, debe existir un arreglo. Habrá sectores de otros países que seguramente tienen un mayor desarrollo, mayor tecnología, y eso siempre beneficia finalmente a la hora del comercio. Y como ha sucedido con el mango: nosotros tenemos una muy buena producción de mango, y hay tres meses en el año en que no hay mango; entonces, importamos mucho desde Ecuador en esos meses. ¿Por qué no hacer lo mismo con el camarón, con el banano? Además, hay que ser conscientes de las calidades, revisar las calidades, y seguramente habrá mercado para todas las calidades de los diferentes productos que se ofrecen.

Nosotros tenemos banano, camarón, pero también nuestros socios comerciales, por ejemplo, Canadá, que es uno de los principales productores de camarón, y hoy en día ellos tienen la posibilidad del libre comercio con México. Y, entonces, otros sectores mexicanos están ávidos de firmar un tratado, por ejemplo, el tequila, que está a más de $ 100 la botella: quisiéramos que tengan un muy buen tequila, que tuvieran una opción más de consumo de bebida internacional. Y hay muchos otros sectores, como el de autopartes, el de vehículos, electrodomésticos, que son de los principales productos que traemos.

Empresarios mexicanos se reunieron ayer en el hotel Oro Verde, de Guayaquil, con sus contrapartes ecuatorianas para establecer posibles alianzas estratégicas. Foto Carlos Barros/El Universo. Foto: El Universo

¿El sector acuícola mexicano tiene representación en la Asociación?

Tenemos una delegación en Sinaloa que promueve mucho el sector agro, muy poco el sector acuícola; tenemos asociados del sector atunero, por ejemplo. En nuestra asociación lo que favorecemos es el comercio internacional. Es la asociación más antigua en México: ya tenemos 78 años de existencia. Y, si bien es cierto que no tenemos altos empresarios del sector acuícola, sí nos percatamos de que tenemos ofertas. Pero también tenemos una gran demanda y, como importadores del sector acuícola, queremos tener la posibilidad de adquirir productos como los que ofrece Ecuador.

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Ecuador planteó a México que el banano, el camarón y el atún ingresen por temporadas al mercado mexicano. Entonces, ¿esa sería la solución?

Definitivamente esa es la solución que nosotros vemos, porque esa solución se ha dado para otros tratados de libre comercio, para otros acuerdos comerciales. Recuerdo mucho los acuerdos más difíciles que ha tenido México, por ejemplo, con Centroamérica. Hubo una posibilidad de que los aranceles fueran temporalizados, y nos dio tiempo para ir desarrollando su industria, su competitividad, formando sus cuadros, y hoy en día hay muchos sectores de Centroamérica con México que juntos producen hacia el mercado norteamericano; la industria textil es un ejemplo claro.

Hay poca información oficial sobre el estado real de las negociaciones. ¿Qué es lo que ustedes saben desde el lado mexicano?

Sabemos que se están analizando, pero para realizar un análisis tienen que observar esas temporalidades donde pueden ingresar esos productos ecuatorianos. Estamos abogando por que se firme, porque hay otros sectores donde podemos ser compatibles con la industria ecuatoriana; pero también en el mercado ecuatoriano, tal cual como ha sido con la Alianza del Pacífico. Por lo que estamos abogando los demás sectores es por que nuestro Gobierno se percate de que los otros sectores que también son trascendentales para nuestra industria estamos ávidos de firmar un tratado de libre comercio.

¿Cuáles han sido los resultados de la misión comercial de los empresarios de Jalisco en Quito y Guayaquil?

Los resultados han sido muy atractivos (...). Las cámaras empresariales y los socios de esas cámaras han observado con buena cara la oferta mexicana y han aportado ideas de cómo tener alianzas estratégicas y no solo tener productos aquí en Ecuador, sino también en países vecinos al Ecuador juntos. Siempre tenemos la preocupación de los aranceles; por eso, tan importante es que, al revisar los resultados de esta misión, le demos un reporte al Gobierno y le digamos: “En estos sectores definitivamente no podemos competir, porque no hay un acuerdo de libre comercio; y en estos otros sectores sí podemos competir y podemos apoyar a la industria ecuatoriana, como es productos intermedios del sector industrial”. Creo que ahí es donde nos podemos complementar. Estamos muy contentos y ya se están cerrando algunos acuerdos.

¿Van a venir otras misiones en lo que queda del año?

El año que entra, sí, no solo con empresas de Jalisco, sino también de otras partes de la República. Anierm tiene 22 delegaciones; por lo tanto, pensamos que ahora, con la investigación de mercados que estamos haciendo, podemos traer a otras industrias y a otros empresarios de todas partes del país.

Si se firma el acuerdo hasta fines de año, ¿se dinamizarán estas misiones?

Claro que sí, definitivamente que las noticias que esperamos que se den al finalizar el año y al principio del siguiente año, pues eso trae mayor esfuerzo de intercambio y eventos de esta naturaleza. (I)