Las personas que acceden al crédito informal, o también conocido como “el chulco”, pueden llegar a pagar hasta 1.238 % anual de intereses; esto significa 103 % al mes aproximadamente. Sin embargo, la mayoría de ellos piensa que solo está pagando entre el 10 % y el 20 % mensual. Ese es uno de los más destacados hallazgos del estudio “Impacto del mercado de financiamiento informal en Ecuador”, realizado por el experto David Castellanos en alianza con Equifax (buró de crédito y empresa global de big data) que fue presentado hace pocos minutos de manera oficial.

El estudio se realizó en las tres principales ciudades del país: Quito, Guayaquil y Cuenca, a través de al menos 113 entrevistas a personas de escasos recursos, dueñas de sus pequeños negocios. En ellas se abordaron las razones que tienen los ciudadanos para acceder a dicho crédito, las ventajas y desventajas que ellos perciben y su interés por acceder a crédito formal.

Para Mariela Baquerizo, directora general de Equifax, el estudio busca ayudar a las personas a alcanzar su mejor capacidad financiera y al observar que las personas están accediendo a créditos que superan el 1.000 % anual se pone en el debate la posibilidad y necesidad de contar con nuevas estrategias de inclusión financiera.

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El estudio se da a conocer en momentos en los que en el país se está preparando una nueva metodología de tasas de interés por parte del Banco Central. Su gerente, Guillermo Avellán, ha dicho que el objetivo de la nueva metodología será, justamente, tratar de apoyar la inclusión financiera.

Las entrevistas fueron realizadas a personas de escasos recursos que en los últimos doce meses habían accedido a créditos a través del chulco. Entre los resultados se conoció que siete de cada diez personas que acceden a préstamos informales (71,8 %) buscan montos menores a $ 500. Cuatro de cada diez dijeron que deben pagar la totalidad del dinero en periodos cortos, en 30 días o menos.

Otro dato interesante es saber el destino de los ingresos. Los entrevistados respondieron en un 42 % que lo utilizan para obtención de mercadería; mientras que un 9,11 %, lo usa para montar un negocio nuevo. Esto significa que más del 50 % va dirigido a temas productivos.

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Adicionalmente, seis de cada diez entrevistados dijeron que los ingresos que perciben por su actividad son diarios y mucho de estos recursos sirven para el pago de los préstamos informales. El grupo más afectado por el chulco es el de las mujeres cabezas de familia, pues el 52,75 % de este grupo accedió a este tipo de crédito.

Entre los puntos positivos que los entrevistados destacan del crédito informal, el 58,2 % menciona que estos préstamos son inmediatos, mientras que el 14,82 % dice que no se piden muchos requisitos. Entre tanto, entre los negativos, un 78 % menciona que el interés es alto y el 11 % reporta que genera miedo. Esto último porque, si se registran atrasos en los pagos, hay penalidades económicas, en muchos casos debe pagar el doble. Pero además existe un sistema de intimidación, que va de amenazas físicas hasta amenazas de muerte.

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El estudio también destaca que seis de cada diez personas estarían dispuestas a tener un crédito formal. Consideran que es un crédito con interés más bajo y más seguro. Sin embargo, un grupo menor dice que no le gustaría acceder a este tipo de créditos porque el interés es muy caro. Este último razonamiento, que no es correcto, sobre todo si se compara con los intereses pagados al chulco, demuestra, dice el estudio, que existe falta de educación financiera y sociabilización de oportunidades de financiamiento.

El autor de la investigación, David Castellanos, comentó desde su opinión personal que el tema de las tasas que se está tratando en el Banco Central (BCE) debe apuntar a que pueda haber flexibilidad de estas, tomando en cuenta el riesgo del cliente. Esto ayudaría a abrir el abanico del crédito a más personas que antes no tenían acceso. (I)