El riesgo país del Ecuador cerró el jueves 2 de marzo en 1.859 puntos, 94 puntos por encima de los 1.765 registrados el día anterior. Así, este indicador -que mide la percepción de riesgo de los mercados sobre la posibilidad de que el país incumpla con sus obligaciones de deuda- sigue imparable.

Este mal indicador que venía creciendo desde junio del 2022, cuando se dieron las protestas de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), se volvió a afectar tras las elecciones del 5 de febrero del 2023, porque los resultados representaron una derrota para el Gobierno y la posibilidad de un regreso a futuro de gobiernos populistas que pudieran eventualmente ser más proclives a declarar default en la deuda, según lo han indicado inversores y analistas.

Sin embargo, el último evento político que ha generado más incertidumbre en los mercados ha sido ahora la posibilidad de un juicio político al presidente Guillermo Lasso, impulsado desde varios sectores políticos de oposición en la Asamblea Nacional. Esto, complicado aún más por las amenazas de movilizaciones por parte de la Conaie.

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Sobre el tema, la banca de inversión Barclays analiza varios escenarios. Considera que el mandatario es vulnerable, tanto por la presión de la legislatura y el aumento de las tensiones en las calles. Sin embargo, explica que la intención de la Asamblea para destituirlo con un informe con argumentos legales que “parecen débiles” y un concepto ambiguo “que podría ser subjetivo y difícil de probar”, como el acusar al presidente de “crímenes contra la seguridad del Estado”, podría no tener eco en la Corte Constitucional.

En todo caso, Barclays plantea que si Lasso llega a ser destituido con la venia de la Corte, está el vicepresidente para completar el periodo. “Sin embargo, los desafíos de gobernabilidad podrían obligar al vicepresidente a renunciar, lo que podría resultar en un llamado a elecciones anticipadas”.

Para esta banca de inversión, pese a la alta incertidumbre política, las preocupaciones sobre la capacidad del Gobierno y la disposición a pagar su deuda “siguen contenidas, al menos a corto y medio plazo”. También asegura que si el correísmo se hiciera cargo del Gobierno, las condiciones económicas podrían obligar a algún grado de pragmatismo político e incluso podría llevarlo a regresar al Fondo Monetario Internacional (FMI).

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La entidad internacional indica que teniendo en cuenta los logros económicos del Gobierno actual como el superávit, los niveles de reservas relativamente altos y la reducción del servicio de la deuda en los próximos tres años ($ 667 millones, 0,5 % del PIB), los incentivos para el incumplimiento parecen bajos, incluso en el escenario de la salida de Lasso y de que la oposición correísta podría asumir el Gobierno.

Para Barclays, las restricciones económicas sugieren que si el correísmo necesitara acceso a capital para generar resultados, lo que en su opinión reduce la probabilidad del peor de los escenarios que sería un gobierno que repudie la deuda o participe en una reestructuración de deuda dura.

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Menciona que la dolarización, que limita el financiamiento interno, podría forzar algunos niveles adicionales de pragmatismo político para tratar de atraer inversiones internacionales.

Entre tanto, el editor de Análisis Semanal, Alberto Acosta Burneo, coincide en que el alto indicador se debe a que en el entorno actual hay más incertidumbre de que el presidente Lasso no termine el mandato. Explica que por tanto la intención de juicio político, como los recientes anuncios en el sentido de que si no funciona esto se buscará declarar al presidente con incapacidad mental, y la amenaza desde las calles son los motivos de esta última escalada del indicador. Además indica que en la política ecuatoriana todo es posible y aún no está dicha la última palabra, ni a favor ni en contra de la permanencia del presidente en su cargo.

Todo ello genera nerviosismo, sobre todo si se considera que la alternativa a futuro sería un populismo económico.

De acuerdo con Acosta Burneo, este entorno político complejo ya genera al país problemas económicos. Pues al tener alto el riesgo país, el acceso a financiamiento se vuelve inviable tanto para el país y para las empresas y bancos. Además JP Morgan, la misma empresa que elabora el riesgo país, acaba de reducir a 2,5% la perspectiva de crecimiento del país. El Banco Central había previsto un indicador de 3,1% en 2023.

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Además, luego de las elecciones adversas al Gobierno, los bonos de deuda ecuatorianos 2035 cayeron 22 % y su precio quedó un poco por debajo de 40 %. Al 23 de febrero los bonos han vuelto a caer y han quedado en un precio de 33,49 %.

Sobre la posibilidad de que cualquier otro gobierno pudiera tener una opción de regresar al FMI, Acosta Burneo considera que no es viable, sobre todo porque el cupo del Ecuador ya fue agotado. Solo se podría volver a pedir recursos cuando se termine de pagar la deuda actual. Más bien considera que podría haber riesgos de que los gobiernos populistas se vuelvan “creativos”, como lo que ya aconteció con el correísmo cuando ellos tomaron reservas del Banco Central del Ecuador. Esto podría terminar en una eventual salida de la dolarización. (I)