El riesgo país de Ecuador está disparado. Este indicador, que mide los temores de riesgo de los mercados e inversionistas frente a un país, fue en franco ascenso a partir de las medidas de paralización del sector indígena y luego se habría visto afectado, tanto por la caída del precio del crudo como por el cambio de gabinete ocurrido tras la firma del acta de paz. Así, antes de la paralización, el 10 de junio este indicador se había colocado en 853 puntos. Sin embargo, para el 29 de junio, con 16 días de paro, había llegado a 1.210 puntos. Es decir, una crecida de 357 puntos.

Sin embargo, después de las negociaciones y de los anuncios de las mesas de diálogo la curva no dejó su franco ascenso. Así, el 6 de julio llegó a 1.352 puntos, es decir 499 puntos, por encima del indicador antes del paro. Esta importante subida coincidió con dos hechos, según explica el analista económico Santiago Mosquera: una fuerte caída del precio del crudo y la salida del ministro Simón Cueva del Gabinete, y la llegada al mismo tiempo del nuevo ministro Pablo Arosemena.

En los últimos dos datos de riesgo país, el 7 y 8 de julio se ha visto una leve baja del riesgo, al colocarse en 1.308 y 1.290, respectivamente.

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De acuerdo con Santiago Mosquera, no se puede establecer con claridad si el cambio de gabinete o la baja del crudo fue más determinante para la subida del riesgo el 6 de julio, un día después del anuncio del nuevo Gabinete. En todo caso, considera que el mercado no ha respondido tan gratamente a los cambios de Gabinete, sobre todo porque posiblemente sentía mayor seguridad con Cueva a la cabeza, pues se conocía su estrategia muy alineada a la consolidación fiscal. Además, el Gobierno ahora se ha comprometido, al haber aceptado varias de las demandas indígenas, a un mayor gasto. El ministro Arosemena ha explicado entre sus estrategias que buscará un mayor nivel de ejecución presupuestaria, mayor inversión pública e incurrir en menos atrasos. Todo ello podría hacer ruido con respecto a la fuerte buena disciplina fiscal que se estaba llevando adelante con la anterior administración en Finanzas, dice.

Para Mosquera, al momento no habría un elemento que pudiera gatillar a la baja el riesgo país. Sin embargo, considera que las primeras acciones del nuevo ministro han sido correctas, al acercarse a los multilaterales. Además, indica que se conoce que en las siguientes semanas iría a Nueva York, para hablar con inversionistas, lo que servirá para que el mercado lo conozca. Esto, porque sus cartas credenciales al momento son haber sido gobernador del Guayas.

Otro factor que pudiera ayudar para que baje el riesgo es que la siguiente revisión del FMI sea favorable y que se cumplan las metas previamente trazadas.

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Entre tanto, para Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), el comportamiento del riesgo país significa que los mercados ya aprendieron lo que es el Ecuador. Considera que los mercados no ven viabilidad fiscal ni económica y que se han deteriorado la gobernabilidad y en general la institucionalidad del país. “Los mercados leen que las heridas que causaron las movilizaciones son difíciles de cerrar”. Explica que en el sector fiscal será imposible emitir deuda para cubrir el déficit que este año terminará en $ 3.000 millones.

Para Carrera, el riesgo podría bajar mínimamente si se llegaran a dar acuerdos de gobernabilidad. Es que los problemas estructurales siguen presentes, es decir, gastos altos que sobrepasan los ingresos. Considera que en las mesas de diálogo difícilmente se podrán hallar soluciones si desde el sector de manifestantes no se entiende cómo funciona la economía y mientras no se cambie la concepción de que la violencia es el camino para conseguir sus objetivos.

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El alto riesgo país afecta al Ecuador en el sentido de que si debiera salir a mercados a emitir deuda, lo tendría que hacer a un interés del 17 %. Esto porque la tasa se genera partiendo del valor de los bonos del Tesoro que ahora están en 3 %, un 13 % por los 1.300 puntos del indicador del país y 1 % más por el riesgo reputacional.

Explica Carrera, además, que el alto riesgo país en el sector privado tiene efectos perversos. Las empresas que podrían financiarse con préstamos externos deben pagar altas tasas. Esto ahuyenta a la inversión y por ende condena al país a un bajo crecimiento económico.

Sobre el tema, Mosquera explicó que a pesar de que el Gobierno tendría que incrementar los gastos, en 1 % del PIB, debido a los compromisos adquiridos con el sector indígena, Ecuador no tendría necesidades de financiamiento este año y el próximo año podrían ser leves. En todo caso, dijo que los papeles del Ecuador se están negociando 15 % en casas internacionales. Y si Ecuador buscara recursos, seguramente le tocaría honrar ese 15 % de tasa. Aseguró que ningún ministro lo haría porque por ahora el país tiene mejores fuentes de ingreso que son justamente los multilaterales (FMI, BM, CAF y BID) con costos más bajos y plazos más largos. Para Mosquera, el financiamiento privado sí se puede ver afectado, por las altas tasas, pero no es una fuente normalmente utilizada por las empresas. Donde sí hay impacto por el alto nivel de riesgo es en la valoración de activos ecuatorianos, pues cuando la tasa está tan alta, los activos valen menos y no es incentivo para fusiones o adquisiciones. Esto incluye, por ejemplo, a la operación con Banco del Pacífico. (I)