Roberto Salas, secretario de Asociaciones Público-Privadas, da a conocer la radiografía de los procesos que han estado llevando adelante en el sector petrolero, hidroeléctrico, minero, vial y que implican inversiones privadas. En el horizonte está, entre los proyectos más ambiciosos, la concesión del Campo Sacha. El Campo Amistad, aunque es considerado urgente, podría estar produciendo más gas local entre los últimos meses del 2023 y principios del 2024. Salas explica también que se ha puesto en revisión el megabloque, que incluiría los bloques 43 y 31, y se espera que se resuelva de la mejor manera el tema del bloque 16, que está operado al momento por Petrolia.

¿Cuáles son los avances que se han hecho en las alianzas público-privadas?

Me gustaría mencionar qué es lo que se ha avanzado, lo que está por concretarse y qué está en estructuración. Según nuestro seguimiento de inversiones que ya tienen cierre transaccional e inversiones que se han venido haciendo por el lado de la minería, llevamos $ 2.000 millones. De los primeros $ 2.000 millones antes mencionados, $ 1.700 millones en cumplimiento de inversiones mineras de concesiones y los proyectos energía como El Aromo y Villonaco, por $ 300 millones. Además, tenemos licitaciones y adjudicaciones en pocos meses por $ 5.700 millones. Ahí estoy incorporando proyectos de energía, de hidrocarburos, entre ellos, la Refinería de Esmeraldas. Además tenemos proyectos en estructuración por alrededor de $ 19.000 millones. Hay otros proyectos que se volverán a revisar sus fundamentos para poder aterrizarlos y que ascienden a $ 13.000 millones, por ejemplo, el ferrocarril y el megabloque 31-43, así como la ronda suroriente, que están en revisión.

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En el tema minero, ¿cuáles son los nuevos proyectos que me indica que ya se han concretado?

Hay siete proyectos nuevos que son de industrialización. Están terminando el tema de la exploración avanzada y que ya entran en etapa de construcción. Estos son, entre otros, los declarados estratégicos: Cascabel, Curipamba, Ruta de Cobre, Loma Larga, La Plata, Warintza. Estos suman $ 11.000 millones en su vida, pero hasta el 2025 se harían inversiones por $ 7.000 millones.

Además de la refinería, ¿qué proyectos están por concesionarse?

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Por ejemplo, los procesos de gas asociado del nororiente, que deben trabajarse incluso por un dictamen de la Corte Constitucional; el otro es el de pozos cerrados que ya tiene ofertas presentadas. La Refinería de Esmeraldas y de Energía, bloque de energías renovables no convencionales que ya se presentaron ofertas por 700 MW y hay que escoger la mejor. El otro bloque que está en licitación es el de ciclo combinado que es con una termogás; este seguramente se cerrará en el segundo semestre del siguiente año. Y el último es el sistema de transmisión nororiental. Este es para llevar energía desde el sistema hidroeléctrico hacia el sector petrolero, para sustituir el diésel.

Hubo reclamos en el tema de los mecheros o gas asociado, porque empresas participantes dijeron que había pedidos de garantía fuera de normativa. ¿Qué pasó?

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Se deben cumplir las bases. A estas alturas, no se pueden cambiar las bases. Debe haber un análisis de los cumplimientos y si no hay las firmas, se declara desierto. En cambio, si sí hubiese se podría pasar a la siguiente etapa, la parte económica.

¿Con qué gas van a licitar el bloque de ciclo combinado, nacional o importado ?

En esta licitación cada oferente tiene toda la libertad de abastecerse de la mejor forma: importado o de producción local. Todos sabemos que la producción local será posible cuando Campo Amistad esté en proceso de producción según lo esperado. Se espera que llegue a 100 millones de pies cúbicos diarios, y entonces ahí debería salir el abastecimiento local, caso contrario el oferente tiene la libertad y la cooperación de Petroecuador para que se pueda importar el gas.

¿Entre los proyectos que están en estructura está Campo Amistad?

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Por supuesto, campo Amistad debería estar saliendo el próximo año, no solo a licitación sino a la concesión del contrato. Este es de los contratos más urgentes, justamente por lo que estamos conversando ahora mismo, no solo por la generación sino por la necesidad de la industria. Esto debería estar en una adjudicación en el tercer trimestre del 2023 y el inicio de la exploración y acceso a las reservas que pueden existir e inicio de producción a finales del 2023 o inicio del 2024.

Usted me dice que hay $ 19.000 millones en proyectos que se están estructurando... ¿Qué otros están en carpeta?

En los proyectos de estructuración están la ronda Intracampos 2 y el bloque 60 que es el Sacha, que sería un proyecto para aumentar la producción de una manera muy importante. Esto podría aumentar la producción con 50.000 barriles al día con una inversión de $ 4.500 millones, la cual se hace fundamentalmente en los primeros años. Este Sacha es el proyecto más importante del portafolio y sería parte de un contrato de servicios integrados con financiamiento con plazo de 20 años.

Pero ahí se continuaría con la misma figura de otros contratos con Schlumberger que han sido criticados por el tema de la definición de tarifas, ¿podría ser perjudicial?

Lo que hay que hacer es hacer bien el trabajo y que no haya estos problemas ni espacio a interpretaciones. Debido a las restricciones que hay ahora a nivel mundial para inversiones y financiamiento del sector petrolero, hay que buscar la manera en que se haga inversión. No olvide que estos proyectos no se pueden hacer por participación, porque están en Petroecuador y la empresa lo tiene prohibido. El contrato debe ser sólido y fuerte y la determinación de las tarifas es un punto clave que se le debe dar al que tenga menor tarifa.

Pero estos contratos que son con financiamiento nos llevaron a un endeudamiento profundo...

Efectivamente, hay posibilidades de establecer un valor anticipado y estos valores anticipados generan tarifas mucho más altas, pues tienen costo financiero. Los contratos de servicios podrían tener este tipo de esquema, pero no necesariamente se los puede hacer de esa forma. Se puede pagar solo el servicio que se da, en contraposición a la cantidad de petróleo incremental. Así no aumentan los costos de tarifas de manera innecesaria. En esto el ministerio con Petroecuador definirán cómo será el esquema si hay o no anticipo, como se establecen las líneas base. Lo mejor es que se haga de una manera transparente.

En cuanto a los proyectos de energía, ¿cuál es el primero que saldrá a licitación?

Definitivamente uno de los proyectos más importantes del 2023 es la hidroeléctrica Cardenillo, las bases están listas, ya se está trabajando en la fase final. Se lanzaría su licitación en marzo del 2023. Este es un proyecto de 1.300 millones que está bastante bien estructurado y ha generado bastante expectativa. En la secretaría hemos recibido a muchas empresas interesadas. Estas serían las principales para el 2023 que sumadas a las de minera daría un total de contratos por $ 15.000 millones. En todo caso ya en 2023 pueden incorporarse entre $ 2.500 y $ 3.000 millones.

¿Cómo están viendo el tema del megabloque?, en un principio se habló de los bloque 43, 31 y 16 (este último que ahora maneja Petrolia).

El bloque 16 está al lado del 31 y del 43 y está en un proceso en el que el Ministerio está definiendo cómo continuar. El bloque 31 y 43 es superimportante para el aumento de producción que está en proceso de revisión. Y lo está porque con los acuerdos con respecto a la moratoria de nuevas licencias ambientales y el tema de la consulta previa, y también el esquema de las zonas intangibles, debe evaluarse y estamos haciendo ese trabajo. Este no está en los números porque se lo está revisando, debe redimensionarse para ver lo que efectivamente se puede hacer. El ministerio es el que debe tomar una decisión y está en un proceso de definición de traspaso al Estado, de reversión al Estado. Pues ya ha cumplido su tiempo de concesión, pero hay un proceso que está en curso y que el ministerio lo resolverá de la mejor forma.

Ahora ¿qué pasa con el tren?

Este tema ha estado en un proceso de bastante escrutinio. Hubo un primer estudio de la mano del BID de una visión estratégica para buscar una alternativa sin subsidios, pero lo que se establece es que el tener nuevos trazados para transporte de pasajeros ya sea de corta o larga distancia no es rentable. Se requerirían inversiones muy grandes con un aporte inmenso del Estado. Lo que sí se ha visto son los corredores norte y sur que se ha ido estableciendo su prefactibilidad. Pero debe haber el interés de las empresas mineras para tomar esta opción para que se comprometan con la carga. Esto está en un proceso preliminar. Estamos viendo también la rehabilitación de los tramos turísticos y estamos tratando de validar con potenciales firmas de operación turística y en las próximas semanas tendremos novedades.

¿Qué planes tiene para las concesiones viales?

En el caso de las concesiones viales, el próximo año vamos a estar estructurando alrededor de diez vías, incluyendo la Manta-Quevedo, el viaducto sur de Guayaquil-quinto puente, y estamos empezando a gestionar ciertos estudios para la Guayaquil-Quito y la Cuenca-Guayaquil. Junto con el puerto de Esmeraldas son proyectos que estructuraremos durante todo el 2023 y para el 2024 desde el segundo trimestre se los irá cerrando en la nueva era de las concesiones viales. (I)