Por unas cinco olas de contagio ha pasado Ecuador debido a la pandemia del coronavirus, y por restricciones —entre ellas confinamientos para frenar su avance—, desde que se detectó el primer caso en el país, hace tres años.

A finales de febrero, el Gobierno de Lenín Moreno lo confirmó. Fue una paciente que llegó de viaje a mediados de ese mes. Y luego los casos se expandieron, dando paso a una primera oleada de contagios, que en la Costa tuvo un alto índice de mortalidad, entre marzo, abril y mayo del 2020, según el Ministerio de Salud.

Las imágenes eran dantescas: cadáveres en la vía pública y un sistema de salud colapsado.

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A finales de marzo del 2020, Guayaquil vivió una de sus peores pesadillas. Cadáveres de personas fallecidas con síntomas del COVID-19 u otras patologías empezaron a aparecer abandonados en las esquinas. Las fotos circularon por el mundo.

Una imagen que quedó en la retina fue la de un cuerpo que yacía, tapado con plásticos, en Escobedo y Padre Solano, centro de Guayaquil, junto a un recolector de basura. O la presencia de otro cadáver, ensacado, en Nueva Prosperina, en el noroeste.

Días antes, el 17 de marzo, se extremaron medidas, pues se declaró estado de excepción, toque de queda, restricción vehicular y de vuelos. Había 58 contagiados a nivel nacional, con dos pacientes fallecidas.

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Una segunda ola, entre julio y octubre del 2020, incluyó a más provincias de la Sierra.

Variante de ómicron XBB.1.5 ya circula en Ecuador; según autoridades, no hay aumento de casos

En 2021 hubo un repunte de casos entre los feriados de carnaval y Semana Santa.

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Entre septiembre y octubre del 2022 hubo un pequeño brote de casos.

La variante ómicron, más contagiosa, generó una oleada, con un gran número de casos, a finales del 2021, que se extendió hasta marzo de 2022. Hubo más de 70.000 casos por semana, según recordó Francisco Pérez, subsecretario de Vigilancia del Ministerio de Salud Pública (MSP).

En este 2023, los ecuatorianos parecen más relajados. En las calles y el servicio público pocos siguen usando mascarillas.

Actualmente hay una fase de ralentización de circulación del coronavirus, es decir, que el virus circula a una velocidad baja, y hay una estabilización de contagios desde hace un mes, agregó Pérez.

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Entre 450 y 500 casos se presentan ahora por semana, cuando a inicios del 2023 fueron 3.400 aproximadamente.

Los casos graves, es decir, aquellos que requieren hospitalización, también han ido a la baja. Hay unas 50 camas ocupadas con pacientes que padecen coronavirus en todo el sistema nacional de salud, y menos de 30 camas en unidades de cuidados intensivos.

Atribuyó las bajas tasas de contagio y de enfermedad grave al proceso de vacunación y al sistema de vigilancia.

Tras feriado de carnaval, autoridades ven probable un aumento de casos de influenza en la Costa mas no de COVID-19

El hospital del IESS Quito Sur fue designado como centinela para atender a pacientes con COVID-19. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

La mortalidad —agregó— también ha disminuido, pues durante cuatro semanas han fallecido dos personas, y quienes han muerto padecían otras enfermedades, como diabetes, hipertensión arterial, insuficiencia renal o no recibieron el esquema de vacunación completo.

Entre 2020 y los primeros días de marzo del 2023 hubo más de 36.000 fallecidos confirmados y probables por COVID-19.

Según el vacunómetro, una herramienta creada por el Gobierno para dar seguimiento al proceso de inoculación, con cifras al 12 de marzo, la primera dosis contra el COVID-19 casi llega al 90 %, la segunda dosis está en un 84,96 %, el primer refuerzo no llega al 60 % y el segundo refuerzo ha sido administrado a alrededor de 2′800.000 personas.

Pérez señaló que están trabajando en tres frentes contra el coronavirus: vigilancia epidemiológica, con unas 20.000 pruebas de antígenos y de PCR; vigilancia de las variantes, que la hace el Instituto Nacional en Salud Pública (Inspi) con universidades; y vigilancia centinela para virus respiratorios.

“La pandemia se está controlando; no decimos que está controlada (...). No se ha acabado la pandemia”, dijo.

El presidente Guillermo Lasso dio positivo en COVID-19 el sábado 11 de marzo. Es la segunda vez que contrae el virus.

Desde el 29 de febrero del 2020, cuando se confirmó el primer caso de la enfermedad en Ecuador, y los primeros días de marzo del 2023, tomando como referencia datos del MSP, en Ecuador hubo 1′042.253 casos.


El síndrome poscovid afecta a millones de personas en el mundo

En Ecuador es opcional el uso de la mascarilla, aunque existen personas que mantienen su utilización. Fotos: César Muñoz/API Foto: Archivo

El funcionario señaló que, dependiendo del tipo de variantes y por la temporada lluviosa, se espera que el comportamiento sea similar al de la influenza, es decir, que haya picos alrededor del año.

Cuando se le preguntó si el coronavirus es una endemia, respondió que no se puede decir aquello, por indicadores nacionales e internacionales, dado que hay zonas en las cuales aún hay graves estragos.

Este es uno de los momentos en que hay menos casos por semana, similar a octubre y noviembre del 2022, pero tras esos meses luego hubo un repunte.

A pesar de haber pasado el feriado de carnaval o haber eliminado el uso de mascarilla en espacios cerrados, no ha habido un incremento abrupto de los casos, refirió.

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional resolvió eliminar la obligatoriedad de la presentación de requisitos de ingreso a territorio continental e islas Galápagos, por lo que desde el 20 de octubre del 2022 no se exige a ningún viajero la presentación del carné de vacunación con esquema completo o prueba negativa.

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Acerca de la vacunación bivalente, esa cartera de Estado tiene previsto que sea para grupos prioritarios durante el primer semestre de 2023.

Hay un convenio con Pfizer; mientras que, en estocaje para seguir con el proceso de inmunización, hay alrededor de un millón de vacunas de Sinovac con caducidad en 2024. (I)