Un baile que se desarrollaba en la población fronteriza de Santa Fe, ubicada en Ipiales (Colombia), junto a Urbina (Ecuador), a 30 minutos de Tulcán, se vio sobresaltada la noche del domingo cuando fue activado un explosivo de tipo artesanal.

La descarga dejó heridas a 23 personas, confirmó Amilcar Pantoja, secretario de Gobierno del Departamento de Nariño, quien agregó que la mayoría de afectados ya abandonaron las casas de salud y dos más estarían todavía siendo atendidos.

Sin embargo, periodistas del vecino país que visitaron el Hospital Civil de Ipiales y la clínica Las Lajas sostienen que serían 34 las personas heridas que llegaron hasta esa casa asistencial.

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Un menor de edad ecuatoriano que estaba en el lugar sufrió las mayores consecuencias del estallido, y por la complejidad de su estado será trasladado desde el hospital de Ipiales hasta la ciudad de Pasto, en Colombia.

David Tarapués, gerente del Hospital Luis Gabriel Dávila, informó que hasta este lugar llegaron nueve heridos que fueron atendidos por los galenos; presentaban lesiones ocasionadas por las esquirlas. Una vez atendidos, todos abandonaron el sanatorio.

Las primeras informaciones daban cuenta de que, mientras disfrutaban de la fiesta pobladores de Colombia y Ecuador en esa comunidad, fue lanzado el artefacto casero, lo que provocó heridas a los asistentes.

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Pantoja explicó que la Policía de Colombia investiga este inusual hecho, que genera temor en esta parte de la frontera colombo-ecuatoriana.

La ruta carrozable entre Tulcán-Urbina-Santa Fe e Ipiales, hasta antes de la apertura del puente internacional de Rumichaca el pasado 17 de diciembre del 2021, fue una de las alternativas para movilizarse hacia Tulcán e Ipiales.

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Consultado el funcionario departamental Pantoja si podría tratarse de una retaliación de grupos armados organizados o del Tren de Aragua, que intentan controlar este sector de la frontera, señaló que las indagaciones establecerán lo que está sucediendo.

Esta ruta que une a los dos países en el lado colombiano se volvió peligrosa el año anterior ante la presencia de bandas trasnacionales dedicadas al tráfico de migrantes, drogas, dinero y armas.

Un grupo integrado por exmilicianos y delincuentes comunes que utilizaban la fachada de un grupo guerrillero colombiano fue aprehendido por militares de Colombia en ese lugar cuando extorsionaban a los viajeros que utilizaban estas trochas.

Fuertemente armados y vistiendo uniformes militares, fueron sorprendidos en una suerte de peaje en Santa Fe, donde exigían vacunas (dinero) a los ecuatorianos que circulaban por el sector cuando se dirigían a Ipiales o retornaban a Tulcán.

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Los conductores de un centenar de vehículos colombianos que ofertaban este servicio entre Urbina-Santa Fe e Ipiales también fueron presa de estos antisociales. Hace quince días, una vivienda localizada a pocos metros donde explotó este domingo el artefacto sufrió un atentado.

El Tren de Aragua, organización delictiva conformada por delincuentes venezolanos que tienen ramificaciones en las fronteras con Ecuador, Perú, Chile y en la frontera colombo-venezolana, también es investigado, más aún cuando en las terminales de Tulcán e Ipiales han sido aprehendidos varios de sus integrantes, acusados de trata de personas y microtráfico, y juzgados por la justicia de ambos países.

Un hecho aislado

Pantoja señaló que el incidente de este domingo, registrado después de las 20:00, está al margen del conflicto armado; mientras que Giovanni Fajardo, gerente del hospital de Ipiales, confirmó que la situación del infante ecuatoriano de tres años que resultó herido y asilado en esa casa de salud es crítica.

Diego Hernández, comandante de la Brigada Andes, asentada en Tulcán, realizó un recorrido al sector fronterizo de Urbina, reportando que existe tranquilidad en la población. Se confirmó además que, de entre las nueve personas que arribaron heridas hasta el hospital Luis Dávila, cuatro adultos y un niño son de nacionalidad ecuatoriana, y todos recibieron el alta en pocas horas.

Yaco Martínez, gobernador de Carchi, dijo que el presidente Guillermo Lasso dispuso redoblar los esfuerzos para evitar el paso de sustancias prohibidas, armas, contrabando y migrantes. Fabián Fuel, comandante del Comando Conjunto de Fuerzas Armadas, dirigió un operativo espejo con sus similares del Grupo de Caballería Cabal, de Ipiales, por estos puntos de frontera no autorizados.

Al parecer, todo obedece a la disputa por el control territorial sobre el tráfico de migrantes: ciudadanos venezolanos que van al sur del continente y haitianos, asiáticos y africanos que intentan llegar a EE. UU., procedentes desde Perú y Brasil. (I)