El silencio del desolado terreno que rodeaba a la hacienda de Chillogallo cambió por el denso tráfico vehicular y la bulla del comercio que se ofrece por las calles de uno de los barrios más grandes de Quito. Hace 201 años las tropas del ejército libertador, comandadas por el mariscal Antonio José de Sucre iniciaron el ascenso desde la madrugada, rumbo a la gesta histórica de la batalla de Pichincha.

La noche del 23 de mayo de 1822, las tropas fueron recibidas en dicha hacienda. Actualmente, una gran estatua de Sucre, montado sobre un caballo, predomina sobre el estrado del parque central de Chillogallo. Con orgullo las personas caminan por estos jardines, los niños se toman fotos bajo la estatua, y algún turista que se encontró con este lugar, pues no es una de las paradas principales en cuanto al turismo.

En lo que queda de la histórica hacienda, ahora se ubica el Centro Cívico Cultural, Museo y Biblioteca Mariscal Sucre. Las paredes conservan su estructura, el piso empedrado y las piedras que forman el camino, dan cuenta de los años que han pasado desde su construcción. Lo que fue un pozo de agua, ahora es el centro del patio principal. Este mantiene su estructura, aunque ha sido rellenado con tierra para evitar que alguien caiga en este lugar.

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Los corredores convierten el ambiente en un viaje en la historia, permiten imaginar la tensión que se vivía en la víspera de la batalla. Al pasar por los corredores segmentados por arcos de barro, dos bustos de Sucre reciben el ingreso a la biblioteca y centro de convenciones que permanece en funcionamiento. En esta habitación se puede ver un cuadro de la hacienda y sus extensos montes verdosos. Al extremo de la obra se representa la llegada de Sucre con el ejército libertador.

Existe una leyenda detrás de dicho cuadro: dicen que, al realizar una radiografía de dicha pintura, se logró identificar un cóndor en el fondo del cuadro. El ave que se ha convertido en la insignia del Ecuador, no se puede ver a simple vista, las personas cuentan que únicamente con rayos x se ha logrado ver este signo escondido en esta reliquia.

El 23 de mayo de 1822, el ejército libertador comandado por Antonio José de Sucre descansó antes de librar la batalla de Pichincha. Foto: Carlos Granja Medranda

Un cuadro con el retrato de Sucre acompaña a la pintura emblemática de este centro, y al otro lado, un dibujo de una “Guaricha”, las mujeres que acompañaban a los ejércitos, brindaban alimento y acercaban las armas a los combatientes tomaron este nombre.

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Pero Chillogallo ahora no solo es la hacienda de 1822. Hoy en día se ha convertido en una de las parroquias urbanas más grandes de Quito. La iglesia está ubicada en parte de lo que fue la hacienda. Alrededor del parque acompaña la Unidad Educativa Jesús de Nazareth, que ocupa dos frentes de esta zona central.

La Cima de la Libertad, 201 años después de la batalla de Pichincha: una seductora vista panorámica con barrios llenos de carencias

Las demás calles son nutridas en locales comerciales, especialmente las que se encuentran cerca a la avenida Mariscal Sucre, o más conocida como la Occidental. Entre sus calles se encuentran todavía habitantes autóctonos de este barrio que recuerdan con añoranza el Chillogallo de hace años.

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Teresa Velásquez, de 76 años, nació y se crio en este barrio. Ella recuerda que todas las calles eran de empedrado, los cerramientos eran de tapial (paredes de barro). Cuando éramos niñas, nosotras salíamos a jugar hasta la noche y no pasaba nada (…) yo recuerdo que una vez le entrevistaron a mi mamacita, ella conversaba que acá jugaban a la cebollita y que también había el miedo de que en la noche venía el cuco”, expresó entre risas.

El ejército libertador comandado por Antonio José de Sucre descansó antes de librar la Batalla de Pichincha. Foto: Carlos Granja Medranda

Mientras caminaba del brazo de una de sus nietas, señaló que es muy orgullosa de vivir en un lugar tan histórico que acogió a las tropas que brindaron la libertad de lo que hoy es Ecuador. “Justamente ahí acamparon las tropas y a la madrugada salieron a la Cima de la Libertad”, aseguró.

Según el Municipio capitalino, Chillogallo es la parroquia más poblada de la capital, con más de 58.000 habitantes, su extensión es de 300 kilómetros cuadrados.

Sin embargo, con el crecimiento de la ciudad también aparecieron los problemas. Varias de las personas entrevistadas puntualizaron que la inseguridad en las noches ha ido en aumento.

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Jaime Tituaña indicó que el parque es muy bonito, pero que no recibe mantenimiento durante todo el año, sino solo cuando realizan un evento de conmemoración por la batalla de Pichincha. El ciudadano pidió que se mantenga de manera frecuente la atención a dicho lugar para que los habitantes puedan disfrutar de su belleza histórica.

Sobre la inseguridad indicó que sí se ha vuelto un problema para los habitantes de este sector. “Usted puede caminar seguro hasta las 19:00, después ya no se puede transitar tranquilamente, los locales están cerrando temprano, antes cerraban entre las 21:00 o 21:30, ahora ya cierran a las 19:00″, argumentó.

Lo que sí destacó fue la comida típica, entre las calles de Chillogallo se puede deleitar de platillos de la gastronomía ecuatoriana como el yahuarlocro, menudo, papas con cuero, entre otras delicias.

Así, uno de los barrios más históricos de la capital convive con la rutina diaria, rodeado de la historia que causa orgullo en sus habitantes por ser uno de los ejes relevantes de la víspera de la batalla de Pichincha. (I)