Cerca de cinco horas duró la intervención quirúrgica dentro del útero de Mayra Cedeño, quien vive en Manabí y no contaba con los recursos para la cirugía de espina bífida que le detectaron a su bebé cuando tenía 23 semanas de gestación.

Mientras Ailana, como se llamará la bebé, seguía desarrollándose, afuera se libraba una batalla contra el tiempo. Cuando los doctores diagnosticaron la espina bífida de tipo mielomeningocele, le informaron a su madre que la intervención no se puede realizar después de la semana 26. Así que prepararon todo para hacerla en el límite, en la semana 25 de gestación; habían pasado los seis meses de embarazo.

Andrés Córdova fue el doctor que confirmó el diagnóstico en Quito, él mismo refirió a Mayra al Hospital Metropolitano, ubicado en el centro norte de la capital.

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La espina bífida es una malformación del tubo neural, debido a una falta de cierre de la columna vertebral y los tejidos que se superponen. Esto ocasiona que la médula espinal quede expuesta y sufra daños que afectarán la salud del bebé, especialmente en el tejido nervioso.

“Gran parte del éxito de este tipo de cirugías consiste en tener un diagnóstico acertado. En la Unidad de Metromedicina Fetal contamos con un ecógrafo de la más alta tecnología en diagnóstico prenatal que nos permite hacer una reconstrucción tridimensional de la columna fetal y con ello saber cuánto mide y en qué parte exactamente está el defecto. Es decir, en qué vértebra empieza y dónde termina. Es así como trazamos el plan quirúrgico”, comentó Diana Cañizares, ginecóloga obstetra experta en medicina fetal.

La operación tiene un costo cercano a los $ 10.000. La fundación Metrofraternidad, en alianza con el Hospital Metropolitano y el equipo médico que contó con más de quince especialistas en cirugía fetal, neurocirugía pediátrica, anestesiología, enfermería e instrumentación quirúrgica, se hicieron cargo de los gastos por completo.

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“Lo primero que me dijeron es que lo pensara muy bien, que lo converse con mi esposo, con la familia y que si tenía que suspender el embarazo, lo hiciera, porque el problema que tiene en su columna afecta a muchas partes, entonces para nosotros iba a ser muy doloroso al igual que para ella. Tuvimos la ayuda de mi primo que nos trajo para acá y dimos con la fundación”, agregó Mayra.

Ailana Victoria fue la paciente más joven que ha atendido esta fundación. Metrofraternidad, según informó su equipo de comunicación, en los 36 años que tiene de creación ha realizado más de 10.000 intervenciones quirúrgicas a niños y adolescentes de escasos recursos.

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La operación

El caso era difícil. Los médicos tuvieron que efectuar un corte similar al de una cesárea para sacar el útero de la madre, realizar una ecografía para encontrar en qué posición está el bebé y ubicarlo de tal manera que al hacer la incisión en el útero la lesión esté justamente en el centro de la apertura.

QUITO.- En el Hospital Metropolitano, ubicado en el centro norte de la capital, se realizó una intervención quirúrgica a una bebé de 25 semanas de gestación con diagnóstico de espina bífida. Foto: Cortesía Fundación Metrofraternidad

El líquido amniótico fue extraído y almacenado para que los neurocirujanos fetales pudieran operar a la bebé y cubrir el área de la médula expuesta. Al finalizar, se volvió a colocar el líquido amniótico, se suturaron todas las incisiones y se insertó nuevamente el útero en el vientre de la madre para que el embarazo continuara su normal desarrollo, refiere un boletín de la fundación.

Ailana será la cuarta hija del matrimonio de Mayra y Giovanni. “No se esperan estos momentos, son bendiciones, ella ha llegado para tener un propósito conmigo. Por algo papito Dios le ha enviado, sea como sea, le espero con todas mis ansias y con la ayuda de los doctores espero que salga lo más sanita que se pueda, con el problema que ya viene”, dijo la madre. (I)