Es martes por la mañana en Quito y el sol, desde muy temprano, abriga el edificio viejo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, que ahora tiene como timonel a un joven de 32 años que promete una reingeniería institucional.

Pasadas las 09:00, ocho días después de su posesión, llega a su oficina Fernando Cerón Córdova, presidente de la CCE, es sociólogo graduado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y egresado de la maestría de Gestión Cultural y Políticas Culturales de la Universidad Andina Simón Bolívar. Viste una chaqueta marrón, camisa negra de cuello, jean de bastas anchas y zapatos negros de cuero. Dueño de una frente amplia, usa lentes, tiene pelo corto, bigote y su barba remata en un candado.

Fernando Cerón es el presidente electo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión

EL UNIVERSO conversó con él para conocer sus planes para los siguientes cuatro años al frente de esta institución que se fundó en agosto de 1944.

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Fernando Cerón, presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, durante una entrevista para conocer sus planes para su gestión de cuatro años al frente de esta institución. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas

Fernando Cerón, antes de asumir la presidencia de la CCE, el pasado 30 de agosto, a pesar de su juventud, ya estuvo vinculado a la cultura, fue director del núcleo de Tungurahua, por cuatro años, hasta el 27 de agosto de 2021.

“En esa época tenía una visión más comunitaria, mi trabajo estaba relacionado con el arte de los sectores populares de Ambato. Ahí comprendí el funcionamiento de la administración pública y las profundas diferencias entre lo comunitario y lo privado. También descubrí que las sedes de la CCE de las provincias son débiles y que el centralismo es muy perverso”.

¿Cómo recibió la Casa de la Cultura? ¿En qué se ha fallado durante este tiempo? Y ¿en qué se ha acertado?

Yo, de manera personal, de lo existente, no rescato nada.

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Cuando nosotros llegamos a la Casa de la Cultura nos topamos con que tenemos funcionarios que están en la nómina de la CCE, que trabajan hace años aquí, que tienen nombramiento y que nadie los conoce porque nunca se han asomado, nadie sabe quiénes son, no existen.

En otro campo, empezamos a indagar y resulta que el escenario es peor de lo que esperábamos, por ejemplo, en mi oficina se encuentra situada una escultura, el anterior presidente dice que le pertenece, pero no hay ningún documento que lo confirme, tampoco le pertenece a la dirección de museos. En la secretaria general están dos cuadros y el secretario está pidiendo trasladar a otro espacio, pero no se puede porque esos bienes no están en el inventario de la CCE.

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Existen 17 espacios (físicos) que están siendo ocupados sin ningún tipo de convenio, la mayor parte dedicados a la actividad artística, otra parte en bodegas de personas particulares y, en algunos casos, viviendas de personas sin ninguna regularización. Hay espacios que son utilizados bajo conceptos privados sin convenio. Es una institución obsoleta, administrativamente, es un caos.

No existe ninguna coordinación entre las direcciones nacionales ni con los núcleos provinciales, cada departamento es una isla, muchos directores de la administración saliente ni siquiera se conocían.

Lo que se ha hecho bien y lo reconocemos es el proceso histórico de la CCE, que tuvo varios momentos importantes y es la única que tiene presencia nacional, porque está en todas las provincias y en más de cien cantones del país. Pero en los últimos años ha existido una mala administración.

Todos estos logros se han generado a través de la historia, no es una acción derivada del presidente anterior.

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Fernando Cerón, presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, durante una entrevista para conocer sus planes para su gestión de cuatro años al frente de esta institución. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas
¿Qué va a hacer al respecto, cuál es su proyecto estrella para ejecutar durante su gestión?

Lo primero que tenemos que hacer es una reingeniería institucional. Tenemos que fortalecer a los núcleos provinciales, coordinar los espacios de la Casa de la Cultura, conjugar las bibliotecas en una propuesta nacional, articular los museos, configurar una red de circulación, para que las artes circulen a nivel nacional, el traspaso de bienes al núcleo de Pichincha. Nuestra visión central es el fortalecimiento de los núcleos provinciales y hacia eso vamos a trabajar.

¿Cuál fue su principal motivación para postularse a presidente nacional?

No era nuestra propuesta lanzarnos a la presidencia, esto surgió en el proceso político interno. Cinco directores de cinco núcleos nos oponíamos al manejo de la sede nacional y establecimos un proceso de resistencia frente a varias acciones. En ese proceso surgieron algunas candidaturas y finalmente decidimos que el núcleo de Tungurahua se lance a la presidencia de la CCE.

Han surgido varias expectativas por la reciente toma de mando. Algunos hacen alusión a su edad como “ideas frescas” que podría aportar a la CCE, ¿qué piensa al respecto?

No sé si se trata de un tema generacional, nosotros pensamos que es un tema de prácticas, tengo 32 años y tenemos compañeros que gozan de una edad mayor y tienen propuestas diferentes y conocemos a personas jóvenes que han estado frente a instituciones culturales cuya gestión no ha implicado un cambio, sino que han replicado las viejas prácticas, entonces no es un tema de edad, es un tema de prácticas y nosotros podemos dar a la Casa de la Cultura Ecuatoriana otras prácticas, otras formas, otros sentidos.

¿De qué se trata esa sinergia de la que tanto habla?

Nosotros sentimos como sinergia a nuestra propuesta porque entendemos a la Casa de la Cultura, a sus núcleos, a los diferentes colectivos culturales, al complejo tejido social, a la existencia de disputas y a la posibilidad de que esas disputas se articulen bajo un solo horizonte. La sinergia tiene diferentes partes y al juntarse es algo mucho más potente y es ese el concepto en el que estamos trabajando.

¿Desde la Casa de la Cultura se implementarán proyectos o espacios para sumar a comunidades como la LGBTQ+?

Nosotros facilitaremos un debate en varias esferas y, uno de ellos, es la lucha antipatriarcal y de género con la construcción de un manual de procedimientos. Respecto a la población LGBTI es un elemento fundamental que tiene que ser trabajado para la inclusión de esa población en los debates de la construcción de la política cultural, tenemos planificado un festival LGBTI y también generar debates sobre visualizaciones de las diversidades sexo-genéricas.

Fernando Cerón, presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, durante una entrevista para conocer sus planes para su gestión de cuatro años al frente de esta institución. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas
Entre sus proyectos está descentralizar los recursos del Estado, ¿cómo lo hará?

La sede de la Casa de la Cultura cumple funciones de ejecución y la ley ya no le permite. El rol que debe cumplir la CCE es de coordinación y los recursos tienen que ser trasladados a los núcleos provinciales.

Hay elementos concretos, por ejemplo, el Ballet Ecuatoriano de Cámara, es un proyecto privado que recibe anualmente de la CCE un millón setecientos mil dólares, en algunos años, casi dos millones y todo ese presupuesto ha sido concentrado por el Ballet durante 20 años y es una fundación privada, es por eso que planteamos que esos recursos se distribuyan a nivel nacional y que lleguen a los núcleos provinciales. El convenio con el Ballet Ecuatoriano de Cámara venció el 5 de julio, pero nosotros no vamos a renovar.

En cuanto al coro de la CCE le vamos a dar un tratamiento diferente. Durante los últimos cuatro años, el coro hizo dos presentaciones fuera de Quito: en Puyo y en Tabacundo, 57 en la ciudad de Quito y 2 en Colombia, es decir, los eventos no son nacionales. Frente a esto se necesita una distribución que permita descentralizar los recursos. Actualmente hay una fuerte carga presupuestaria en la sede nacional, donde más del 70 % del presupuesto se va en sueldos.

Si actualmente el 53 % de los recursos se queda en la sede nacional, ¿cómo hará una distribución equitativa? ¿Por número de habitantes? ¿Por extensión territorial?

Existe una fórmula que no se ha aplicado, está en el artículo 142 del reglamento orgánico de Cultura, esa fórmula establece un modelo de distribución del cual nosotros somos críticos, sin embargo, no se ha aplicado, este modelo hace subir los recursos de todos los núcleos provinciales con excepción de Azuay y Bolívar que tienen una muy leve afectación en sus presupuestos.

Nosotros vamos a plantear al Ministerio de Cultura una reforma a este reglamento para una nueva distribución de recursos, que contenga otras variables, porque la fórmula no nos parece adecuada. En la definición de la fórmula se tiene que tomar en cuenta la población, la extensión territorial de la provincia, los metros cuadrados de infraestructura, la presencia de interculturalidad, la presencia de indígenas no reconocidos, las personas inscritas en el Registro Único de Artistas y Gestores Culturales, y en función de estas variables se determine el presupuesto para cada núcleo.

Existe inequidad histórica en la distribución de recursos, en ciertas ciudades se concentra la mayor cantidad de dinero. Por ejemplo, Quito tiene espacios dedicados al arte y la cultura con diversas fuentes de financiamiento y, en otras ciudades, la única institución cultural es la Casa de la Cultura y con un presupuesto de $ 200.000. Otra variable que tenemos que tomar en cuenta es la diferencia en el costo de vida, como la provincia de Galápagos y la dificultad de movilización a las provincias amazónicas y Galápagos.

Entre sus ejes se encuentra el promover espacios de discusión para los colectivos en defensa de la mujer, ¿esto se lo hará a nivel nacional?

Efectivamente, la sede nacional es un ente coordinador nacional de la Casa de la Cultura y el núcleo de Pichincha es el que ejecuta las actividades en Pichincha, por lo tanto, todo diálogo que tengamos como sede será una propuesta a nivel nacional.

¿Conoce cómo se llevará el proceso electoral en el núcleo del Guayas, luego de haber quedado sin validez?

En esta semana vamos a nombrar el nuevo director jurídico y una de las primeras tareas es resolver el nombramiento del director en el núcleo del Guayas. Mi visión personal es que el cronograma de elección núcleo del Guayas tiene que hacerse en una junta plenaria; hay otra, que dice que tiene que hacerse sobre el directorio del Guayas, sin embargo, lo vamos a resolver esta semana.

Fernando Cerón, presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, durante una entrevista para conocer sus planes para su gestión de cuatro años al frente de esta institución. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas
¿Cree que la cultura es la menos atendida por los Gobiernos?

La cultura ha sido un espacio desatendido en el contexto ecuatoriano, porque en otros países hay una propuesta más consolidada. Aquí, en Ecuador, cuando hay recortes presupuestarios, los sectores más recortados son la cultura y la educación. La cultura es un elemento fundamental para reconciliar un país que tiene un proceso de crisis social profundo, otra propuesta de la cultura es el aspecto de la economía, porque en varios países se ha demostrado que una inversión cultural adecuada, como es el caso de Corea del Sur, puede generar recursos importantes. Somos críticos de la economía naranja cuya versión europea fracasó en el 2008, porque hizo endeudar a todo el mundo y al final la cultura se financió con créditos privados.

¿Por qué es importante la cultura para la sociedad?

Por varios factores, el más importante porque es el espacio que nos permite resignificar lo que somos. Es decir, nos permite entendernos como una población, como una comunidad y nos permite entrelazarnos hacia el futuro. Pero no puede ser menospreciado el rol que puede hacer la cultura en el espacio económico, como un espacio de reconstrucción de tejido social y los procesos educativos. (I)