La Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) paga 0,26 dólares al Consorcio Lecto Guayaquil por la toma de la lectura del medidor de energía eléctrica, imprimir la factura del consumo y entregarla al usuario, según el tarifario que consta en un contrato que se firmó el 1 de julio de 2021 entre esas partes, documento que fue cargado en el portal de Compras Públicas el jueves 22 de julio pasado.

Dicho acuerdo es un contrato complementario que se desprende de la contratación de los servicios técnicos para la lectofacturación, toma de lecturas en línea, entrega de facturas, notificaciones de clientes con impedimentos de lecturas para la Unidad de Negocios Guayaquil, que se concretó el 7 de abril pasado, por un monto $ 4,1 millones de dólares, y que se abrió en diciembre anterior para solucionar los problemas de lectura de medidores que provocaron reclamos de miles de usuarios.

12 millones de dólares se están devolviendo a clientes ante reclamos por cobros excesivos: Rafael Vásquez, gerente de CNEL

Rafael Hidalgo, gerente Comercial de la CNEL, explica que se firmó dicho contrato complementario “porque (en el contrato inicial, de abril) no se detallaban los costos del trabajo del contratista cuando no se realiza la lectofacturación, porque hay lugares donde no hay la señal de las operadoras (celular) para poder hacer la lectofacturación, es decir, el envío de la lectura del medidor y la recepción del cálculo a facturar”.

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La lectofacturación, el proceso por el que la CNEL apuesta para mejorar la fiabilidad y calidad de la facturación, se la aplica a cerca del 40 % de la población de Guayaquil, según la entidad.

Rafael Vásquez, gerente de la CNEL, detalla que el personal que toma la lectura del medidor también fotografía la cifra del consumo de energía que aparece en el aparato, como insumo para contrastar los datos ante una eventual novedad.

“Ese consumo que lo calcula en ese momento el sistema, lo compara con los consumos que anteriormente ha registrado históricamente el cliente. Si ese consumo está dentro de esos parámetros históricos del cliente, inmediatamente, el sistema transmite al lecto facturador el valor de esos kilovatios. O sea, el servicio ya lo costea con la tarifa que ya está ingresada al sistema y emite la planilla y se la entrega en manos del cliente en ese mismo momento. Todo ese proceso dura aproximadamente 3 minutos”, indica Vásquez.

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“Si en esa validación de consuno observamos que sobrepasa al historial que ha tenido el cliente no se emite la planilla. Sino que se genera una orden de trabajo para que una unidad vaya al domicilio a revisar el medidor o verificar por qué situación el consumo se ha incrementado”.

La lectofacturación tiene un costo unitario de $ 0,28, según el tarifario que consta en el contrato complementario que se firmó a inicios de este mes. Ese precio es menor al valor de una negociación pasada, según Vásquez, quien comenta que “en el contrato anterior estaba la lectofacturación, pero no se hizo”.

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“Creo (que) estaba por los $ 0,30, pero no sé si es lectofacturación, aquí sí se está haciendo lectofacturación”, asegura.

El sitio digital Primicias citó en junio de 2020 al director ejecutivo de la Agencia de Regulación y Control de Electricidad (Arconel), Bolívar Lucio, quien detalló el monto que cobraba el contratista anterior por lectura de medidor.

“Conocemos que Proyelect Holding trabaja de manera temporal desde inicios del año pasado y ellos se hicieron cargo de un proceso que estaba a cargo otra empresa (Sercoel). (Sobre esta última empresa) la CNEL declaró el contrato terminado de manera unilateral -a inicios de 2019- por los problemas que esa empresa había mostrado (...). Proyelec cobra $ 0,35 por cada lectura, y como referencia, se conoce que hay agentes que pueden llegar a realizar hasta 400 lecturas diarias. Consideramos que en el nuevo concurso hay que buscar la manera para que esa cifra sea ajustable. (sic)”, dijo Lucio al medio digital.

Según el gerente de la CNEL, Rafael Vásquez, se envió una solicitud a la Contraloría para que realice un examen especial a “todos los contratos anteriores de lectura”. (I)

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