Óscar Barreneche es representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ecuador desde noviembre del 2021.

Es colombiano. Médico y especialista en salud pública. Ha trabajado en esos organismos internacionales en otras naciones.

En un diálogo con este Diario hizo una evaluación del COVID-19, tres años después de su aparecimiento, además de cuáles son los retos para el futuro, pues a pesar de que la fase más grave ha pasado, el virus sigue circulando y la ciencia busca maneras más efectivas para enfrentarlo.

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El coronavirus está ya prácticamente tres años circulando a nivel internacional y también en Ecuador, ¿qué lecciones deja la pandemia?

Se cumplen tres años de los primeros casos registrados. Nuestra región, la región de las Américas, fue una de las más afectadas. Nosotros contamos con más del 25 % de los casos registrados mundialmente y más del 40 % de las muertes.

Lo primero que hay que decir es que claramente no estábamos, ninguna organización ni los países estábamos preparados para responder a la pandemia.

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A partir de ahí se demuestra la necesidad o la pandemia sacó a flote varias debilidades que teníamos en los sistemas de salud de los países de la región asociadas con las brechas o las inequidades, que son las diferencias injustas que existen en accesos a servicios de salud.

Estas brechas se han visto resaltadas con la llegada del virus. También nos demostró que los países que tenían un primer nivel de atención o una atención primaria de salud más desarrollada fueron los que mejor pudieron amortizar el impacto de la llegada de la pandemia.

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Esto resalta la necesidad de algo que veníamos diciendo desde hace ya cierto tiempo, la de construir sistemas de salud desarrollados sobre un primer nivel de atención operacional fuerte.

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Hemos visto que hay una necesidad de mejorar la vigilancia a nivel comunitario, pero también mejorar las herramientas, y esto fue una de las primeras cosas positivas que se puede considerar de la respuesta al COVID-19, el desarrollo, por ejemplo, de la red de vigilancia genómica que permite a los países realizar, muchos de ellos por primera vez, secuenciación genética de los virus que estaban siendo encontrados en sus comunidades. Esto es fundamental, a medida que el virus se adapta, estamos pudiendo ver el tipo de virus que está circulando, pero también estamos pudiendo ver en qué medida estos virus se están adaptando a los mecanismos de defensa que tenemos como las vacunas.

En las Américas enviamos más de medio millón de secuenciaciones a la red global de vigilancia y esto permite saber en dónde estamos, pero lo más importante de esta vigilancia genómica no es solamente que se aplica al coronavirus, sino también se puede aplicar a otro problema que está siendo observado muy de cerca como es el virus de la influenza aviaria.

Se necesita un marco de respuesta global a las pandemias, y realmente buscamos un marco que sea más solidario entre los países y que no sea aquellos que tienen mejor situación financiera que puedan acceder más rápido a las herramientas de protección que puedan ser generadas como respuesta a las diferentes pandemias que vayan a suceder en el futuro.

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¿Eso quiere decir que ese es el estado actual de la pandemia, todavía siguen apareciendo casos, infecciones y muertes?

En tres años no hemos salido completamente de esto, hemos salido de la etapa aguda, pero todavía estamos observando -yo estaba escuchando hace poco- que ha habido más de 17.000 muertes causadas en el último mes y más de un millón de casos reportados en el mundo, nuevos casos de infección.

Y el riesgo de la aparición de nuevas variantes que puedan ser más virulentas, más agresivas derivadas del coronavirus, es un riesgo real. La vacunación debe continuar, ser una prioridad en todos nuestros países.

Aunque tengamos un muy buen nivel de cobertura, por ejemplo en Ecuador, en el mundo, todavía existe un 30 %, alrededor de un 30 % de personas que no han sido vacunadas con la primera dosis, y esa inequidad tiene que ser resuelta, porque si no protegemos a aquellos países más vulnerables, nunca vamos a salir del problema de estas pandemias.

La fase aguda efectivamente la hemos superado, pero la pandemia no ha desaparecido en el sentido de que siguen apareciendo nuevos casos y siguen muriendo personas.

El virus tiene que comportarse de una manera más predecible para que podamos salir de esa fase de explosión, tiene que comportarse de una manera más previsible y a la cual podamos responder de una mejor manera.

En la medida en que hay nuevos casos, muertos, en la medida en que todavía hay una brecha de vacunación sobre todo, en las dosis de refuerzo, en la mayoría de nuestros países, no se puede considerar que hayamos salido de la pandemia. El riesgo de una nueva variante, más virulenta, es real.

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¿Seguimos en pandemia o ya se le puede denominar de otra manera?

Seguimos en pandemia, la fase aguda, la fase más grave se ha terminado.

La vacunación protege, por supuesto, de las formas más graves contra la muerte, eso ha sido ampliamente demostrado en Ecuador y en todos los países del mundo, pero en la medida en que siga habiendo casos y muertos, en donde las brechas que existen en vacunación todavía se mantengan, por ejemplo, si bien es cierto en Ecuador alcanzamos unos niveles de vacunación más elevados que el promedio, muy buenos, todavía falta el acceso a las dosis de refuerzo.

En la medida en que esto todavía suceda, en las poblaciones, sobre todo las que no hayan sido vacunadas, existe el riesgo de que la mutación se facilite o que existan apariciones de nuevas variantes.

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¿Y cómo lograr que estas dosis de refuerzo lleguen a la gente o cómo motivar para que la gente vaya a recibir sus dosis de refuerzo?

Ese efectivamente es el reto que tienen los países. Pienso que la vacunación tiene que estar precisamente enfocada a aquellas poblaciones, aquellos grupos de población más vulnerable como los mayores de 60 años, las personas que tienen enfermedades concomitantes como hipertensión, diabetes, o aquellos que tienen problemas en su sistema inmunológico, que tengan acceso a todo el esquema completo y a la dosis de refuerzo.

En estudios que se han desarrollado a nivel global, pero también en Ecuador, hemos demostrado que, en la medida en que estas dosis de refuerzo se incrementan, el riesgo de muerte disminuye, y eso lo hemos visto acá, no estamos observando muertos, incluso entre las personas vulnerables, mientras que estamos observando mortalidad en aquellos que tienen esquemas que no han sido completos.

Las personas tienen que saber que aquellos que fueron considerados vulnerables al principio de la pandemia: hipertensos, diabéticos o personas con problemas en sus defensas, siguen siendo vulnerables.

Pienso que el enfoque de la vacunación tiene que ir hacia allá, a que sigamos protegiendo a las personas adultas mayores, a las personas con situaciones de vulnerabilidad, para que los casos graves y las muertes continúen disminuyendo.

Y la vigilancia, porque mucho hay de que los reportes de los casos probablemente están disminuyendo también.

Y cuando el virus empiece a comportarse de una manera mucho más previsible, pienso que en ese momento se hará la evaluación necesaria entre los comités que aconsejan a la OMS sobre la salida de la infección por coronavirus como una emergencia de salud pública de preocupación a nivel internacional.

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Las vacunas se desarrollan a partir de material genético de los virus, las vacunas que originalmente utilizamos tenían material genético del virus original que apareció, pero esta nueva (vacuna) bivalente incluye material genético de los virus de las últimas cepas, de ómicron, entonces permite que la inmunogenicidad, es decir, la respuesta de defensa que genera, es más importante que una que ha utilizado solamente cepas, las cepas originales, y se ha demostrado, cuando se hacen esas combinaciones entre vacunas de diferentes tecnología pero que además usan la nueva bivalente, protegen más contra muerte o contra enfermedad grave, pero las vacunas no protegen contra la circulación del virus, eso hay que recordarlo.

Es importante que las personas que tienen síntomas respiratorios mantengan las medidas de protección personal como el porte de mascarilla o evitar ir a sitios en donde hay gran aglomeración de personas.

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Ecuador está en el trámite de empezar a colocar las vacunas bivalentes, ¿la OMS/OPS está apoyando para conseguir estas vacunas?

No. Lo que yo tengo entendido es que son compras facilitadas por el Ministerio de Salud.

Nosotros no hemos estado involucrados en esas compras. Nosotros apoyamos al país a través de las compras que se hagan, las donaciones que se hicieron a través de Covax o las compras que se hicieron a través de Covax, pero también a través de las compras que se puedan hacer a través del Fondo Rotatorio de vacunas de la OPS. (I)