Fiestas y reuniones donde no usan mascarillas ni hay distanciamiento físico; vendedores que sin tener tapabocas preparan, hablan y ofrecen alimentos u otros productos; compradores y familias que también están en contacto con quienes descuidan medidas son parte de las escenas que se repiten con frecuencia desde hace semanas y que aumentan en esta temporada de encuentros por Navidad y fin de año.

Y a esto se suma la falta del lavado de manos con agua y jabón o la desinfección de estas con alcohol. Aquello, al igual que otras medidas sanitarias que muchos han dejado de aplicar, exponen a más contagios de COVID-19 en un momento en el que los casos positivos suben en Ecuador, que ya tiene su primer paciente confirmado con la variante ómicron.

La vacunación con su dosis de refuerzo; el uso correcto de la mascarilla, que cubra nariz y boca; el distanciamiento físico; no reunirse con personas ajenas a su círculo cercano; optar por sitios abiertos y ventilados; aislarse apenas se sienta enfermo para no contagiar al resto e ir por atención médica son parte de las recomendaciones que dan epidemiólogos y médicos para evitar más casos de COVID-19, que se expanda rápidamente esta nueva variante y que llegue a colapsar el sistema de salud.

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Con la ómicron se pueden presentar síntomas después de 48 o 72 horas del contagio, mientras que con otras variantes aparecen hasta 14 días posteriores a la infección. Y la capacidad de infectar o transmitir el virus se puede hasta cuadruplicar con la ómicron, dicen los galenos.

Si una persona con la variante delta puede contagiar a seis u ocho personas, con la ómicron puede pasar de 20 y llegar hasta 30 por la facilidad de la transmisión, por las vías respiratorias, al hablar, cantar, gritar, estornudar, toser, entre otros, detalla el epidemiólogo Jhony Real, quien sostiene que la prevención y el cuidado o protección recaen en la responsabilidad de cada ciudadano.

Ministerio de Salud confirma presencia de la variante ómicron en Ecuador

La ómicron tiene 55 mutaciones. De estas, más de 32 se pegan en la espiga o proteína S, que es la entrada al organismo humano donde los anticuerpos neutralizantes hacen el combate, a diferencia de la delta que tiene 7 mutaciones a ese nivel de la espiga o en la proteína, explica el epidemiólogo Real.

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Cuenta que en Ecuador la variante que domina y circula más es la delta, que ataca directo a los pulmones y produce más gravedad en los pacientes, mientras que la forma actual de la ómicron se aloja en los bronquios, produciendo una enfermedad que va de leve a moderada por el momento, pues todavía se deben esperar unas seis u ocho semanas para ver si esta última puede enfermar gravemente y llevar a la muerte, dado que su aparición es casi reciente (identificada el mes pasado en Sudáfrica, pero que se ha extendido rápidamente por el mundo).

Con un aumento diario de 266 casos positivos de COVID-19 en Ecuador, según las cifras oficiales, y también de hospitalizados por este virus, los médicos coinciden en que los más afectados siguen siendo las personas no vacunadas y de riesgo como adultos mayores, ciudadanos con sobrepeso u obesidad que son más propensos a desarrollar síntomas graves con la variante delta, pacientes inmunodeprimidos (su sistema inmunológico no combate adecuadamente las enfermedades e infecciones) o con enfermedades preexistentes.

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Hasta el último informe actualizado que tiene el Ministerio de Salud Pública, con corte al 13 de diciembre último, en Ecuador el COVID-19 ha dejado 33.570 muertos, entre confirmados por el virus y probables, desde el inicio de la pandemia, 29 de febrero de 2020 hasta el 13 de diciembre de 2021. Al igual que 534.176 contagiados positivos con prueba PCR en estos dos años.

Al hospital Bicentenario siguen llegando pacientes con síntomas respiratorios o con sospecha de COVID-19. Foto: Jorge Peñafiel. Foto: El Universo

En Guayaquil se registraba un incremento sostenido de contagios de COVID-19 en la semana 49 del informe epidemiológico, del 6 al 12 de diciembre, que lleva la Mesa Técnica de Salud del Municipio local, y que en su mayoría iban de leve a moderado. Así, la tasa de casos confirmados de COVID-19 en Guayaquil era de 3,4 por cada 10.000 habitantes.

La vacunación por sí sola no cubre el 100 % y tiene que estar acompañada de las otras medidas de bioseguridad como mascarilla, lavado de manos y distanciamiento. No a reuniones con personas ajenas o que no se conozca su trayectoria, su actividad diaria (si está vacunado o no, si usa mascarillas en sus salidas).

Jhony Real, epidemiólogo

En las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales de Guayaquil se registraban 43 pacientes en esta semana epidemiológica, se indicó. Y las muertes confirmadas por el virus bajaron a un promedio de 0,8 fallecimientos diarios en los días del reporte.

Alberto Campodónico, médico intensivista e internista de la clínica Kennedy de la Alborada, que atiende casos de COVID-19 desde el inicio de la pandemia, resalta que para estas fechas ha comenzado a disminuir el grado de inmunidad que las vacunas otorgan frente al virus, sobre todo en los adultos mayores y grupos de riesgo que ya tienen seis meses de haber recibido sus dosis.

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La vacunación completa, incluyendo la dosis de refuerzo, es vital, ya que es una de las herramientas en la lucha contra el COVID-19, que ayuda a que el paciente no se agrave en caso de contagiarse del virus, según los médicos. Foto: Jorge Guzmán Foto: El Universo

Ante ello, dice, es necesario inmunizar más rápido, que más personas se pongan la dosis de refuerzo (tercera dosis), y que se llegue cuanto antes a los grupos no vacunados, ya que estos últimos no están protegidos frente al desarrollo de una enfermedad grave por el virus y son fuente o vía de contagio para el resto, así los otros estén vacunados.

Campodónico expone que los hospitalizados por COVID-19 comenzaron a subir a partir del 15 de octubre pasado tras los feriados por el 9 de octubre y por noviembre. Ahí ingresaban un promedio de tres a cuatro pacientes diarios, a diferencia de semanas anteriores a eso, donde uno o dos necesitaban hospitalización. Esto último ya cuando se habían superado los meses más críticos de la pandemia en el país y tras el proceso de vacunación masiva.

Entre los pacientes más complicados que ha atendido en las últimas semanas estaba el caso de una mujer menor de 50 años cuya neumonía, provocada por el virus, avanzó en dos días. Ella y su familia no estaban vacunados. En UCI (cuidados intensivos o críticos) también ha tenido pacientes intubados en estos últimos meses, algo que no se veía con frecuencia desde que comenzó a hacer efecto la vacunación masiva.

También han necesitado hospitalización algunos vacunados que superan los 40 y 60 años y que han tenido alguna enfermedad preexistente o comorbilidad, como hipertensión, diabetes, obesidad, problemas renales o que son inmunodeprimidos, agrega.

Limitaciones de aforo, prohibición de bailes, procesiones y quema de monigotes en áreas públicas, entre medidas restrictivas para Navidad y Fin de Año

Los niños y adolescentes también son otra fuente o vía de contagio. Y ellos por lo general son asintomáticos, es decir, no presentan síntomas, dice el médico pediatra Carlos Ulfe Machuca, presidente de la Comisión Médica Voluntaria.

Y hay un grupo, los menores de 5 años, que todavía no puede vacunarse contra el COVID-19. También están los que ya se pueden inocular, pero que aún no lo hacen porque sus familiares lo han decidido así, por sus creencias o por desconocimiento sobre los beneficios y riesgos de la inmunización, o los que solo han recibido la primera dosis.

En reuniones, fiestas, paseos o en comercios se aprecia también a niños que andan sin mascarillas, pese a que pueden usarlas, y que comparten juegos incluso con menores que no conocen y que tampoco portan tapabocas.

Ulfe llama a los padres a cuidar y proteger a los niños. Recuerda que en los primeros días de la vacunación para la población de 5 a 11 años eran los progenitores los que no querían respetar las filas ni el distanciamiento físico y se aglomeraban pese a que unos no tenían mascarillas, sin importarles el riesgo de exposición al contagio.

Él recomienda mejorar la alimentación en los niños para ayudarlos a reforzar su sistema inmunológico y que puedan combatir enfermedades, más en esta época donde aumentan los virus estacionales como los de la influenza o gripe, adicional al del COVID-19.

Por ejemplo, dice, los padres pueden hacerles a los niños cremas o sopas con acelga, espinaca y brócoli, acompañadas con un trozo de carne o de pescado. Evitar darles solo carbohidratos, como “sopas de fideo”, gaseosas, dulces, entre otros. Tienen que consumir proteínas, frutas, resalta este pediatra.

En el caso de los bebés o niños lactantes son vitales la lactancia materna hasta los 2 años y una buena alimentación y nutrición para el niño y la madre, agrega. (I)