Ipiales

En Nariño, Colombia, los operativos contra las bandas dedicadas al tráfico de personas fueron intensificados. Uniformados del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes de Pupiales, a 12 kilómetros del puente internacional de Rumichaca, interceptaron dos vehículos de servicio público y uno particular con más de un centenar de personas de varios países.

En los automotores, que se detuvieron en el barrio Avenida Sarasty de esa jurisdicción, eran transportadas 102 personas de origen haitiano, dominicano y afgano, entre las que fueron identificados 10 menores de edad, según informó la Policía de Ipiales.

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Las rutas que ofrecen los ‘coyoteros’ para llegar ilegalmente a los Estados Unidos

Las bandas transnacionales dedicadas a estas actividades utilizan los pasos fronterizos que comunican a Tulcán con Ipiales, que son parte de la ruta que lleva a los migrantes y ecuatorianos hasta la selva del Darién, en la frontera colombo-panameña, para llegar irregularmente a los Estados Unidos.

Las dos ciudades fronterizas se han convertido en la parada obligada de las personas que quieren hacer realidad el denominado sueño americano. Desde Ecuador son desplazados hacia territorio colombiano por coyoteros, cruzando por trochas el río internacional.

Al momento de la acción migratoria en la zona de frontera, los extranjeros no portaban ningún documento de identidad o autorización que certifique el legal ingreso y permanencia en territorio colombiano, indicaron las autoridades.

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Madre intentó vender a su pequeña hija en Nicaragua para dirigirse a Estados Unidos junto con su hermana; padre, oriundo de Carchi, alertó a la Policía

En la operación también fueron capturadas siete personas, quienes en ese momento realizaban el transporte ilegal de los foráneos. Los detenidos son investigados para determinar si son parte de alguna organización vinculada con trata de personas.

Los infractores (migrantes) fueron puestos a órdenes de Migración Colombia. Según inteligencia migratoria colombiana, las bandas dedicadas a esta actividad ilegal utilizan vías de segundo orden y superan la frontera por el río binacional Carchi-Guáitara para burlar los controles fronterizos. (I)