Manta, MANABÍ

La imagen que circuló el martes de esta semana, de un remolino frente a la playa de Santa Marianita, ubicada unos 15 minutos al oeste de Manta, captó la atención de gran parte de ciudadanos por la forma en que se generó en un momento en el que las costas ecuatorianas sufren el embate de un fuerte oleaje.

La periodista Cynthia Wright atribuyó la gráfica a Davo Hidalgo, instructor de kitesurf en esa playa manabita. Aunque este Diario intentó contactar a quien habría realizado esta gráfica, él no atendió las llamadas telefónicas.

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La presencia de estos fenómenos naturales, como remolinos en el mar, es normal.

Así lo sostuvo William Jaén, gerente general de la empresa consultora Ingeniería y Asistencia Técnica (Inatec), quien ha tenido la oportunidad de desarrollar proyectos a lo largo de la costa de Ecuador y de colaborar en iniciativas internacionales en Perú, Chile, Argentina, Irán y Sudáfrica.

“Se puede generar en cualquier lugar, pero frente a la playa de Santa Marianita no es algo usual, ya que para poder crearse este remolino se han tenido que presentar ciertas características en las que influyen la morfología propia del sector y corrientes generadas por el oleaje, marea y vientos. Las características del oleaje que han llegado estos días han sido un factor que ha favorecido a la formación de este remolino”, explicó Jaén.

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Daños en la estructura de uno de los rompeolas del malecón de Súa por los oleajes intensos

El especialista que realizó su doctorado en Argentina, laborando para el Instituto Argentino de Oceanografía, indicó que se tiene que aceptar una realidad: los efectos del cambio climático cada vez se van a sentir más en las costas, y que se tendrán a futuro incrementos del nivel del mar y fuertes oleajes con mayor recurrencia.

“Lamentablemente gran parte de las infraestructuras marítimas del país no han sido diseñadas correctamente considerando un punto de vista marítimo, todos los proyectos son multidisciplinarios, pero al trabajar en estos estudios han dejado a la parte marítima de lado. A esto le sumamos parte de la población que ha construido sobre las dunas de las playas, que son las reservas naturales de arena”, expresó Jaén.

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El especialista mencionó que al eliminar esta reserva, la playa buscará la manera de recuperar estos sedimentos, para lo cual comenzará a erosionar la costa hasta llegar nuevamente a un equilibrio. Esta es una situación que ocurre actualmente con varias playas del país y algunos puntos de la Ruta del Spondylus.

Si bien los fenómenos naturales no son predecibles es importante, según Jaén, que la mayoría de las costas del país ya tengan establecidas sus rutas de evacuación hacia zonas altas después de que se haya generado una alerta de tsunami, pero aquello no es suficiente.

Muelle de Crucita fue afectado por la fuerza de las olas

Jaén tuvo la oportunidad de hacer el primer análisis integral sobre un puerto en el país, en el cual se consideraron datos de oleajes de 40 años, variables de cambio climático y se evaluó su condición operativa, funcional y estructural. Parte de este trabajo fue presentado en un congreso en China, en el 2020.

“Los propietarios de viviendas frente al mar deben de evaluar las condiciones actuales del lugar donde residen, porque la solución no es solo colocar escolleras. Cada lugar es diferente y las soluciones no se pueden repetir en todos los casos, es un análisis donde intervienen algunas variables”, manifestó.

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El especialista indicó que el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) también debe actualizar el tipo de estudios que solicita para autorizar la construcción de infraestructuras marítimas, ya que intervienen más variables que deben ser consideradas.

De acuerdo con un avance de la investigación realizada por Jaén, la provincia de Manabí es la más afectada. Varias playas, vías y casi todos sus puertos no son funcionales, tienen problemas de rebases y no se ha considerado el transporte de sedimentos

En un comunicado emitido por la Capitanía del Puerto de Manta se indicó que por información emitida por el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar), entre el 16 y 21 de este mes la costa ecuatoriana experimentará olas que pueden superar los dos metros, y a partir del 28 de enero de este 2023 se espera el arribo de un nuevo oleaje, con características similares al que actualmente afecta a la costa ecuatoriana.

Por ello, las autoridades del Inocar recomiendan reforzar las medidas de prevención durante el fondeo y amarre de las embarcaciones, carga y descarga de combustible, embarque y desembarque de carga y pasajeros, turismo costero en embarcaciones menores y actividades de recreación en playas. (I)