“Algún día te tocaré”, escribió Diana en la fotografía que compartió con sus amistades y en la que ella se muestra a pocos pasos de la campana dorada que tocan las personas que superan el cáncer en Solca Guayaquil. Ese es su objetivo y lucha para alcanzarlo con optimismo y fe desde hace un año, cuando le detectaron un tumor en el seno.

Recostada en un sillón y mientras recibe su dosis de quimioterapia en Solca Guayaquil, esta manabita de 55 años recuerda el intento fallido de ser aceptada en Solca de Portoviejo, de donde es oriunda, a pesar de haber sido derivada por el IESS.

“Me dijeron que no están atendiendo pacientes del Seguro por asuntos económicos (...), estuve casi tres meses insistiendo, pero nada”, cuenta esta afiliada, cuya hija tramitó su ingreso a Solca Guayaquil, en donde los últimos siete meses ha recibido una “buena atención”.

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En otra sala, Ana esperaba su turno con el oncólogo. Hace cuatro meses le extirparon el tumor de un seno y desde hace cerca de un año se trata en este centro por “cuenta propia”. Pese a tener 30 años afiliada al Seguro Campesino, no logró tramitar su derivación a Guayaquil.

Clínica refiere que IESS le debe al menos $ 7 millones y que ha recurrido a préstamo de banco para continuar operando

“Me cansé de esperar, no podía esperar más”, lamenta la mujer, quien asegura que durante meses pidió al médico del dispensario de un recinto de El Triunfo (Guayas) que la refieran a esta ciudad: “Pero dijo que no pueden enviar a Guayaquil, porque lo sancionaban. Solo me podía enviar a Cuenca, pero me queda más lejos, tengo que pagar pasaje, hotel, comida”, comenta esta mujer, de 62 años.

Al inicio, asegura, acudió al hospital de Cuenca, pero por “demoras” en la atención y el costo de cada viaje decidió venir a Guayaquil, en donde ha pagado su atención con los descuentos que le han concedido en Solca, uno de los 724 prestadores externos del IESS.

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Los afiliados, jubilados y sus dependientes tienen acceso a centros privados a través del call center (140) y la página web del IESS para agendar citas médicas generales. Y si necesita un especialista o exámenes, estas unidades también los proveen.

“Mi vida está en riesgo, soy una persona joven”, ruego de paciente del IESS que no recibe medicamentos

A Ángel (64), por ejemplo, le asignaron un turno con el urólogo para tratar la inflamación de su próstata el 7 de noviembre, un mes después de la cita con el médico general, en el centro Medigroup, ubicado dentro de un supermercado en Los Vergeles. “Un amigo me recomendó venir y ha sido rápido”, dice este afiliado, al salir de esta unidad, en donde una de sus colaboradoras repartía volantes con promociones en su cartera de servicios.

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Pero no aplica para todos. Si es derivado por el IESS, hay ciertas limitaciones: “Solo (se dan atenciones) en medicina general, medicina interna, urología y endocrinología. Ya no tenemos pediatría, ginecología, traumatología, terapia, laboratorio ni imágenes para pacientes IESS, solo para particulares”, explica la trabajadora a una usuaria y añade que esta restricción se daría por la deuda que mantiene el Seguro Social con este prestador, que pertenece al grupo empresarial de la Clínica San Francisco.

En Semedic, donde el 97 % de sus pacientes son del IESS, la afiliada Andrea cuenta que elige ese centro (en Urdesa) desde hace siete años para atender a su hija. “Me queda cerca, la atienden bien y le hacen los exámenes que necesita”, indica al salir de esta unidad y cuestiona: “El IESS, con tanta plata que paga a los prestadores, debería invertir en mejorar su atención”. (I)