Ibarra

Agochagua es una pequeña parroquia ubicada a 24,3 kilometros de Ibarra que fue reconocida como el mejor pueblo turístico, según la Organización Mundial del Turismo (OMT).

El sitio consta en la lista de los “Best Tourism Villages 2022″ en donde Ecuador forma parte de los 18 países reconocidos.

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El galardón reconoce a los destinos rurales y a los pueblos comprometidos con la innovación y la sostenibilidad económica, social y ambiental, en los que el turismo mueve el desarrollo, crea nuevas oportunidades laborales y está en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Para este reconocimiento se recibieron 136 postulaciones de pueblos de 57 estados miembros de la OMT de los cuales 32 localidades fueron reconocidas por el Best Tourism Villages by UNWTO.

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La evaluación se hizo tomando en consideración nueve criterios relacionados con recursos culturales y naturales; promoción y conservación de la cultura; sostenibilidad económica, social y ambiental; desarrollo turístico e integración de la cadena de valor; gobernanza y priorización del turismo, infraestructura, conectividad, salud y seguridad.

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Esta distinción incluye a Ecuador en la red mundial de UNWTO Best Tourism Villages creada en 2021 y que actualmente cuenta con 115 pueblos en los cinco continentes.

Este registro facilita la obtención de beneficios como formación presencial y online, acceso al intercambio de buenas prácticas, y el reconocimiento y visibilidad de una marca internacional para Angochagua, explicó Rosa Colimba, presidenta de la junta parroquial.

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“Desde la nominación los turistas nacionales y extranjeros se han multiplicado”, agregó la autoridad.

Angochagua tiene paisajes naturales, variedad de flora y fauna, ríos, cascadas, diversidad cultural, por, ello es ideal para el turismo comunitario.

El Museo Samay Huasi es parte del inventario de sitios que los turistas tienen la oportunidad de conocer en Angochagua. Foto: El Universo

En los últimos años, además, los habitantes de esta parroquia convirtieron a sus pequeñas viviendas en lugares ideales para acoger a turistas o permitirles acampar en los verdes prados del lugar.

La oferta de recreación y diversión contempla pesca deportiva, cabalgatas, visitas a emprendimientos artesanales, deportes extremos y la inigualable gastronomía local.

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Es considerada la capital del bordado

El fotoperiodista, José Luis Mafla, destacó que colegas suyos de diferentes partes del mundo quedan maravillados con los hermosos diseños y puntos que imprimen en blusas, camisas, chales, mascarillas, entre otras prendas, las bordadoras del lugar.

La feria de emprendedores de Zuleta, programada los sábados, domingos y feriados, es otro de los atractivos que maravillan por las inigualables artesanías, vestuario, mantelería, productos procesados, derivados de la leche y miel, alimentos agroecológicos, licores nativos, gastronomía y eventos culturales en vivo, en el Centro Cultural y Deportivo Zuleta, junto al coliseo mayor.

Durante los picos altos de la pandemia, que afectaron el turismo, las artesanas de la zona le apostaron a la elaboración de inéditas y coloridas mascarillas con bordados de personajes o simbología indígena de la zona, que sigue siendo la atracción de los turistas que no dudan en comprarlas desde $ 5.

Borrego, una de las especialidades

La especialidad es la carne de borrego que deleita a propios y visitantes. Este cárnico apetecido, y en extinción en las ciudades, tiene un sabor que invita a los comensales a volver a degustarlo.

Al llegar a este lugar los olores inundan el ambiente. Estelas de humo salen desde las chimeneas y parrillas de los restaurantes advirtiendo que la carne es la marca al momento de comer.

El borrego asado acompañado de mote, papas al vapor y encurtido junto a una inconfundible jarra de chicha, constituyen el plato emblemático de esta parroquia. Cautiva, además, la carne asada a la cruz, que es servida con papa cocida, habas, mellocos, choclo y salsa de queso.

La Feria de Emprendedores de Zuleta ofrece artículos y productos de Angochagua, en los exteriores del coliseo parroquial. Foto: El Universo

Existen 80 locales de alimentos en todo el sector que ofertan también caldos de gallina criolla, de patas o de pato y yaguarlocro desde $ 3. Empanadas con jugos naturales o con café de la zona, higos con miel y queso o chochos con tostado son algunos de los aperitivos locales.

Los sitios recomendados para disfrutar de la mejor carne de borrego son Sigsiloma, La Magdalena, Zuleta o los restaurantes junto a la carretera de ingreso a esta jurisdicción rural.

Los platos nacionales e internacionales son parte del menú de la mayoría de restaurantes. que son ambientados con utensilios y antigüedades del sector.

Sitios a visitar

La Plaza de Angochagua Causay, a 2 kilómetros, por la vía Galo Plaza, es un sitio que aún mantiene el patrimonio arquitectónico. Un columpio natural posibilita avistar desde las alturas el inmenso paisaje que custodia a esta zona.

El visitante puede recorrer granjas y realizar actividades agrícolas y pecuarias. Para refrescarse y alimentarse es recomendable hacer una parada para disfrutar de una cerveza artesanal, acompañada de una variedad de platos tradicionales con recetas de las abuelas, que preparan las guisanderas de la zona.

En Angochagua Kinti se prepara la comida en viandas que son enterradas y tapadas con barro. Los alimentos se cocinan con el calor que emanan las piedras volcánicas. Los deliciosos y nativos platillos alcanzan una gran textura y sabor diferente.

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En las lagunas de Yanacocha e Indicocha ofrecen paseos en bote, desde donde son avistadas aves y si hay algo de suerte es admirado el majestuoso cóndor, que es el ave emblema de Angocochagua.

Durante las caminatas se puede observar también el oso de anteojos, tapires, pumas y lobos.

Mientras que, en La Rinconada, Angochagua y Zuleta los museos en sitio representan la cultura ancestral de estos pueblos indígenas de Imbabura. La Casa del Molino es otro lugar mágico que conserva intacto un molino rustico de agua construido décadas atrás en piedra y madera.

Los hospedajes familiares, en los que los viajeros comparten diferentes actividades de casa con las familias, tienen un costo de $ 25. (I)