Un cuadro del médico quiteño Eugenio Espejo y unas 20 pequeñas plantas, una de sus aficiones, son parte del mobiliario del despacho del ministro de Salud, José Ruales, en la Plataforma Social que se ubica en el sur de Quito.

Médico, especialista en salud pública, exfuncionario de organismos internacionales, de entidades locales y nacionales de Ecuador, recibe a un equipo de este Diario para hacer una evaluación del COVID-19 durante el 2022, luego de que se decidiera retornar al uso de la mascarilla y de lo que se puede esperar para el 2023.

¿Cuál es la situación del COVID19 en Ecuador?

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Es una infección respiratoria viral que va a tener diversos momentos de alzas, de brotes y de reducciones.

Las últimas 4 semanas hemos tenido incremento en el número de casos, pero durante la semana pasada ya observamos que el número de atenciones se ha reducido de 4.969 a 4.810.

La curva ya se empieza a aplanar y nosotros esperamos que esto se siga reduciendo. Esto no ocurre igual en todas las provincias por las condiciones climáticas, observamos una reducción importante en Guayas, Guayaquil, sin embargo, todavía se observa un aumento en Pichincha.

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Lo que ocurrió este mes no fue un brote de COVID, sino de enfermedades respiratorias que ocurría hasta 2019.

En el promedio nacional tenemos ya una meseta y observamos que, en general, el COVID está descendiendo.

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¿Es una endemia ya en Ecuador o no se lo puede calificar de esa manera?

Estos términos dependen de las características de la transmisión.

Se llama pandemia porque tenemos una transmisión a nivel global. Se llama epidemia cuando tenemos un aumento inusitado de casos de una enfermedad que normalmente está presente.

Una endemia aquella epidemia o aquellos casos que ocurren solamente en una zona limitada, solo en un país, o solo en una región.

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Lo que tenemos en el caso del COVID es que se mantiene la transmisión a nivel de muchos países y entre países, por lo tanto, la definición si deja de ser una pandemia, es decir, deja de tener riesgo de transmisión a nivel global o a nivel de las regiones, lo va a determinar la Organización Mundial de la Salud.

COE dispone uso obligatorio de mascarilla en lugares cerrados por aumento de enfermedades respiratorias

¿El volver al uso de la mascarilla en espacios cerrados no significa que fue una mala decisión eliminar la obligatoriedad de abril pasado?

Yo considero que es un proceso más educativo para la población ¿por qué? nosotros desde inicios de noviembre, una vez que en octubre tuvimos la mayor reducción de casos, hemos estado insistiendo, yo particularmente en el COE (Comité de Operaciones de Emergencia), se establecieron también criterios y resoluciones del COE solicitando a la población que mantenga el uso de mascarilla en el caso de sintomatología.

Debe mantenerse ya lo que se llama una etiqueta respiratoria, nosotros tenemos que aprender ya que estos virus respiratorios se van a mantener, van a quedar circulando en el país y van a haber momentos, especialmente cuando hay los cambios climáticos como en la temporada invernal -que tenemos ahora en la Sierra con frío, lluvias y por lo tanto la gente se reúne más y también los eventos de las fiestas de Quito, navideños y de fin de año- cuando esto ocurre y -en la Costa una vez que empieza la temporada de lluvias- en los casos que tengamos síntomas respiratorios: fiebre, secreción nasal, tos, carraspera, irritación de los ojos, desde hace dos meses estamos insistiendo en que la población debe usar obligatoriamente mascarilla.

Pero ministro, si no es con sanciones no funciona

No se puede sancionar a todas las personas, por eso queremos que sea algo educativo, que la gente reconozca, si yo tengo síntomas respiratorios tengo el riesgo de contagiar a mi familia, a mis compañeros de trabajo, a las personas que van en el bus.

Si no tenemos conciencia de eso y utilizamos la mascarilla para evitar contagiar a los otros debemos usar para evitar que los otros, que no lo están haciendo, me contagien, esa es la forma de protegernos.

No puede ser un mecanismo que cada vez que hay un aumento de casos nos veamos obligados a declarar la obligatoriedad, debería ser un elemento que debemos tomar conciencia. Por eso hemos planteado que la obligatoriedad sea usar mientras uno tiene síntomas, usar cinco días después y quedarse en casa cuando uno tiene síntomas.

Esto hemos estado recomendando todo el tiempo, pero vemos que no ha habido una respuesta adecuada entonces la idea es vamos a recalcar: si hay un brote recuerden hay que usar mascarilla.

Si nosotros logramos ya como se está esperando una reducción de la transmisión en las próximas dos semanas entonces sugeriremos al COE que ya no es necesario la obligatoriedad, pero sí la educación, sí la recomendación.

Entre un 37 % y 46 % se incrementó la positividad de pruebas PCR en laboratorios privados y públicos en nuevo repunte de COVID-19 en Guayaquil

¿Hubo un cambio de seguimiento a la pandemia. Hacían reportes diarios, ahora son semanales?

Seguimos haciendo reportes diarios, pero no estamos publicando los reportes todos los días.

¿Por qué?

Porque cuando son pocos casos como lo que está ocurriendo ahora, muchos se reportan tardíamente, es decir, los casos que ocurren hoy no se reportan hoy necesariamente ni mañana, hay algunos que nos reportan después de 3 o 4 días.

Entonces, en el caso de que haya una alta incidencia, pasamos a hacer una evaluación diaria. Cada semana yo recojo los datos porque hay muchos que vienen atrasados y publico el día sábado.

¿Cuántas pruebas se están aplicando para detectar COVID?

Las de antígeno se han hecho 13.041 y la positividad es 30 % la semana pasada. Las pruebas PCR se hicieron 3.032 y la positividad es 39 %, pero la semana anterior nos reportaron 5.200, entonces eso muestra como la semana previa hubo mucha más demanda y hubo más casos.

¿No son muy pocas?

Sí, son pocas, estas son las que se registran. El número de casos que tenemos son 5.366.

Sin sanciones de por medio, en Quito se hacen controles de uso adecuado de mascarilla en el transporte municipal

¿Si bien la campaña 9/100 fue un éxito, esta del primer refuerzo no ha tenido ese mismo alcance, apenas hasta el 12 de diciembre había cerca del 55 % con el primer refuerzo?

Nosotros hemos hecho todos los esfuerzos incluso hicimos una campaña con la vicepresidencia de la República.

Hemos hecho campañas con varias ONG’s, seguimos visitando a las comunidades, a los barrios todas las semanas, salimos a buscar a la gente y tenemos un buen nivel de vacunación en la población más susceptible: mayores de 65 años, niños, pero no tenemos ahora una buena respuesta.

Por ejemplo, estas dos semanas que hemos tenido un mayor índice de contagios, la gente ha vuelto a vacunarse, a completar sus esquemas, han subido, que se yo, de 8.000 que teníamos a 20.000 el número de vacunas diarias y también ha habido mucha demanda de vacuna de la influenza, pero es como que la sensación de riesgo es la que genera también la demanda.

Hay muchas personas que consideran que ya la enfermedad ha pasado, que es una enfermedad leve, que no hay necesidad de vacunarse, también hay información sobre o en contra de las vacunas.

De todos modos, el hecho de tener niveles tan importantes de vacunación del esquema completo nos ha ayudado a reducir en mucho el riesgo, en este momento prácticamente no hay hospitalizados.

¿Se está pensando en una quinta dosis, hay médicos que hablan de la vacuna bivalente?

Ya estamos también en eso. Creemos que es importante tener una vacuna que sea más específica a las cepas circulantes y que sea especialmente para la población de riesgo.

Ya no consideramos que sea necesariamente una vacuna universal para toda la población, pero sí a la población de riesgo, es decir, a adultos mayores, que tiene comorbilidades, con discapacidad, etc.

Ya hicimos una solicitud a través del mecanismo Covax, que es uno de los que teníamos para la compra de vacuna COVID. Le hicimos ya, el mes pasado, una solicitud con recursos que todavía tenemos para compra de vacunas para vacuna bivalente de las farmacéuticas Pfizer o Moderna.

Ellos nos han hecho una primera oferta, pero no nos han definido todavía la fecha de entrega que debería ser el primer trimestre.

Una quinta dosis de vacuna contra el COVID-19 es necesaria después de seis meses de la última inmunización, pero ¿hay stock suficiente en Ecuador?

¿Cuántas vacunas?

3,5 millones de dosis de vacuna que es lo que estamos logrando con la segunda dosis de refuerzo. La idea es vacunar a esos grupos de riesgo.

De todos modos, tenemos otros recursos a través de un crédito del Banco Mundial para la compra de vacunas COVID que hemos reservado porque muchas veces uno no conoce cómo se va a comportar el virus respiratorio.

¿Llegarían el primer trimestre del 2023?

Estas están para el primer trimestre del 2023.

¿Cuál es la inversión?

Tenemos una restricción porque no podemos informar el valor de la vacuna, eso es parte del contrato que firmó el gobierno anterior que había una cláusula de confidencialidad.

Garantizamos la necesidad de esta quinta dosis o la dosis de refuerzo estacional anual como ésta ocurriendo con la influenza. (I)