El sonido de las herramientas mezclado con el mosaico de voces formando un ambiente de jovialidad se escuchaba desde la puerta de ingreso del Colegio Técnico Sucre, ubicado en el sur de Quito.

Entre los pasos de los estudiantes y docentes, el rugir de un motor se hizo escuchar con gran intensidad, entre las sonrisas de los estudiantes se podía conocer que lograron el objetivo de su proyecto final: recuperaron un motor hasta su encendido.

El 16 de junio deberán presentar los proyectos los 82 estudiantes de tercero de bachillerato que desean graduarse en Mecánica Automotriz. De ellos, siete mujeres también han trabajado en los proyectos requeridos para finalizar su carrera.

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Gabriela Amaguaya es una de las siete mujeres próximas a graduarse. Ella resaltó que el amor por los autos nació gracias a su padre, aunque su profesión está ligada a la comunicación, pero cuando era pequeña viajaba con él a su trabajo y juntos acudían a la mecánica a las revisiones de su automóvil. Ahí vio por primera vez los motores y nació la curiosidad por su funcionamiento.

En el futuro quisiera estudiar Mecatrónica o Ingeniería Mecánica. Una inspiración extra ha sido demostrar que las mujeres son capaces de todo y que no deben estar alejadas de los motores, eliminando los antiguos límites de género.

La nota mínima que los estudiantes deben alcanzar en el proyecto demostrativo final es de siete puntos y equivale al 20 % de la nota total de titulación. El 70 % corresponde a las calificaciones obtenidas desde octavo año de educación básica hasta tercero de bachillerato, y el 10 % restante será conformado por el proyecto de participación estudiantil.

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Los estudiantes que no logren obtener la nota mínima, por dos intentos, deberán rendir un examen de grado, como última opción para culminar los estudios.

Carlos Changotaxi, docente de Electromecánica Automotriz, aseguró que sus estudiantes no tendrán problema en superar la nota mínima, pues a su juicio todos cuentan con la capacitación y acompañamiento permanente de los docentes.

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QUITO.- Alumnos del Colegio Técnico Sucre trabajando en un motor que será parte de su proyecto final. Ellos saldrán graduados como bachilleres técnicos en Mecánica Automotriz. Foto: Carlos Granja Medranda

Según el Ministerio de Educación, los bachilleres técnicos en Electromecánica Automotriz saldrán con la capacidad de trabajar como ayudantes de mecánica automotriz y aprovechar las bases para estudiar tecnologías o ingenierías en Mecánica Automotriz y Mecatrónica.

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La familia de Allan Chafla tiene una mecánica, cuando él no tiene muchas tareas por hacer, suele colaborar con las labores, por eso ha adquirido un conocimiento superior sobre mecánica automotriz. Sin embargo, en el colegio aprendió todas las bases que le permitirán cumplir su sueño, tener su propio taller y ofrecer trabajo a otros mecánicos.

Con un escáner realizaba un diagnóstico por el posible daño eléctrico en uno de los autos que se encontraba en los talleres de la institución. Son prácticas reales, vehículos de dueños que han confiado en el trabajo que realizaron los estudiantes.

Miguel Román, director del Distrito de Educación Eloy Alfaro, puntualizó que existen 72 unidades educativas fiscales, de las cuales 22 ofertan un bachillerato técnico en 16 figuras profesionales. Además, indicó que realizarán una inversión de $ 250.000 para mejorar la infraestructura de los talleres del Colegio Sucre, prevén que para el inicio de clases del próximo periodo las obras estén finalizadas.

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La economía actual en los hogares de Quito es complicada, y varios de los graduados de bachiller no logran acceder a educación superior. Por ello, esta opción se muestra como una alternativa para los estudiantes que desarrollaron una pasión por los motores y que desean generar ingresos para continuar preparándose. (I)