Entre febrero y mayo del 2022, Ecuador podría ser la Dinamarca de América Latina. El Gobierno ha estimado que con una caída de contagios en las próximas semanas se podría llegar a una ‘vida absolutamente normal’ en el Ecuador.

En el país europeo, desde el 1 de febrero de este año, se eliminaron casi todas las restricciones adoptadas por el COVID-19 y se levantó la calificación de enfermedad socialmente crítica.

Un poco sorprendido dijo sentirse Julio Vacacela, médico y periodista ecuatoriano, quien vive en esa nación, cuando se anunció el retiro de las restricciones como usar mascarillas para ir al trabajo, a comprar, en el transporte público, de aforo, de horarios, aunque se mantenía la recomendación de usar tapabocas en asilos de ancianos y tener el certificado COVID, que se emite tras la tercera vacuna.

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El pasado 2 de febrero mencionó, en radio FM Mundo, que ese país tiene un sistema sanitario fuerte, hay una gran capacidad de aplicar pruebas PCR gratuitamente y había el 70 % de vacunación en tercera dosis.

¿Libre de COVID-19?

El presidente Guillermo Lasso, en una entrevista difundida por la Presidencia de la República, sostuvo -el miércoles pasado- que probablemente cuando los niveles de contagio estén en 5 %, se podrá decir ‘vida absolutamente normal en el Ecuador’. Además consideró ‘probable’ que Ecuador esté libre de COVID-19 en mayo próximo.

En tanto que la ministra de Salud, Ximena Garzón, indicó que cuando la positividad viral vaya a menos de ese porcentaje, se ha decidido recomendar que ya no se use la mascarilla en los lugares abiertos, sobre todo lo que podría suceder entre abril y mayo, aunque este jueves mencionó que podría ser a finales de marzo.

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En esa línea, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional, decidió flexibilizar varias medidas restrictivas.

Según el Ministerio de Salud Pública (MSP), pese al brote de COVID-19 de inicios del 2022, el número de contagios ha bajado en estas últimas semanas. En la segunda semana de febrero se reportaron 19.945 confirmados, que en comparación a la última semana de enero, refleja una reducción del 50 %.

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En la segunda semana de febrero hubo 71 fallecimientos frente a los 164 reportados en la última de enero de 2022.

El 30 % de camas en hospitalización estaban ocupadas en las casas de salud del MSP; 23 % en cuidados intermedios y 59 % en cuidados intensivos (UCI).

De acuerdo con el vacunómetro, una herramienta del MSP para conocer cómo marcha el plan de vacunación, al 16 de febrero, el 83,65 % de la población ya contaba con las dos dosis de la vacuna y casi 3´500.000 con la de refuerzo.

Según Claire Muslin, doctora en virología, la pandemia aún no se acaba y no es realista que Ecuador esté libre de COVID-19 en los próximos meses.

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Argumentó que si bien las vacunas funcionan porque están protegiendo de desarrollar una enfermedad grave o de morir no impiden la infección.

Además aunque se llegue a vacunar al 100 % de la población el virus va a seguir circulando y habrá transmisión.

Muslin consideró que tal vez ese escenario pueda darse en el futuro cuando haya nuevas vacunas que impidan infectarse y el desarrollo de la enfermedad.

Con respecto a la flexibilización de medidas, para ella es necesaria debido a que hay que aprender a vivir con el COVID-19, dado que se volverá endémico, es decir, que va a ser parte de los virus que infectan a la población como la influenza o el dengue.

Para la experta, no se volverá a la misma vida de antes, pero sugiere aplicar, por ejemplo, modalidades híbridas entre presencialidad y teletrabajo, así como seguir con las medidas de bioseguridad: uso de la mascarilla en sitios cerrados, lavado de manos, o si una persona tiene síntomas respiratorios hacerse una prueba de detección y aislarse.

Sostuvo que en Dinamarca abandonaron completamente las medidas de bioseguridad y hubo un aumento del número de casos y de muertes por lo que, indicó, hay que hallar un equilibrio para que el país vuelva a funcionar con protección.

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Nikolaos Kyriakidis, PH. D. en inmunología, sostuvo que Ecuador sigue en pandemia y nadie puede predecir cómo va evolucionando.

“Si los datos epidemiológicos lo permiten -uno de los datos es justamente el nivel de contagio- podemos progresivamente retomar algunas actividades, pero regresar a una normalidad al 100 %, a lo que teníamos en diciembre de 2019, lo veo muy difícil al corto plazo; obviamente estas también son decisiones políticas”, indicó.

Para él, los indicadores más importantes serían la tasa de hospitalizaciones o las muertes por COVID.

Kyriakidis se mostró preocupado con la declaración de que Ecuador en mayo será país libre de COVID. Consideró que es posible que la humanidad conviva con el virus.

Si bien entiende las afectaciones económicas y psicológicas derivadas de la pandemia, recomendó que la flexibilización de restricciones sea paulatina y, en caso de empeoramiento de tasas de contagios, de hospitalización o fallecidos, volver a tomar medidas más estrictas.

Agregó que hay varios países con bajas tasas de vacunación que se convierten en focos para la formación de nuevas variantes.

Para Kyriakidis, hay que tomar en cuenta casos como el de Dinamarca, que tras levantar restricciones, está evidenciando un pico de casos nuevos, hospitalizaciones y muertes.

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HUAQUILLAS, El Oro. El Gobierno anunció para este viernes, 18 de febrero, la reapertura de la frontera con Perú, al sur del Ecuador, que permaneció cerrada por casi dos años.

Juan Zapata, presidente del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional, defendió que la flexibilización de medidas sea antes del feriado de carnaval.

“Hay miles de familias que dependen de estos feriados, que le piden al Ecuador reactivarse; si es que la situación sanitaria nos permite hay que dar espacios a sectores que han sido muy golpeados”, argumentó en una entrevista en Teleamazonas.

Para Juan Dawaher, especialista en enfermedades infecciosas, “hace rato”, -en referencia a estudios de principios del 2021- ya no se debería usar mascarilla en espacios exteriores porque, adujo, el virus no se contagia al aire libre sino en espacios cerrados.

Lo que se debería debatir, agregó, es cuándo no se debería usar en lugares cerrados.

“Volveríamos a una casi normalidad, que significaría que ya podremos andar sin tapabocas, por lo menos entre compañeros de trabajo o familiares y conocidos y usar solo tapabocas cuando tengamos algún síntoma respiratorio”, dijo Dawaher. (I)