Mario Freire, de 42 años, padece una enfermedad catastrófica llamada mieloma múltiple, que es una forma de cáncer.

Fue atendido en el hospital Carlos Andrade Marín, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), de Quito, hasta mayo del 2021. Pero aseguró que dos meses antes dejó de recibir sus medicinas.

Fue derivado a la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca), donde le hicieron un trasplante de médula ósea en marzo de este año.

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Contó que en Ecuador una inyección que debe colocarse, cada semana, cuesta entre $ 400 y $ 450. Inicialmente gastó más de $ 1.600, pero luego pudo conseguirla en $ 150 por intermedio de un allegado.

“Hemos traído a través de un amigo medicamentos de Colombia, porque desde febrero del año anterior ya dejamos de tener estos medicamentos. (...) Empezamos a ayudar a la gente que no conseguía aquí o que lo conseguía demasiado caro”, dijo.

Pero Freire toma además pastillas que valen $ 3.500, que las puede cubrir al tener un seguro privado. Lo debe hacer por tres años.

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El pasado 24 de julio agregó que aún personas lo contactan para pedirle ayuda a fin de conseguir fármacos en Colombia, porque no los hay en el IESS.

Culpó de la falta de medicamentos al funcionamiento del sistema de salud.

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‘No hay guantes, no hay insumos, toca traer porque no tienen nada’: la resignación de familiares y pacientes del Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS, en Quito

Otro de los pedidos de pacientes con enfermedades catastróficas ha sido el pago de la deuda que mantiene el seguro social. Foto: Cortesía

Se ha vuelto habitual ver a familiares de pacientes salir del hospital Carlos Andrade Marín, ya sea del ingreso principal o de urgencia, cruzar la calle e ingresar a una de las siete farmacias circundantes para adquirir lo que no se encuentra en esa casa de salud y que los médicos lo escriben en pedazos de papel.

Desde el sanatorio se mencionó que se requeriría una asignación presupuestaria de casi $ 50 millones para medicamentos y $ 40 millones para dispositivos, a fin de tener una cobertura de toda la cantidad de pacientes que atiende el hospital.

Se han asignado para medicamentos $ 19 millones y $ 15 millones para dispositivos, indicó Mauricio Heredia, director médico (e) de esa casa de salud, quien tiene a su cargo la atención a los pacientes.

Señaló que ya se ha comprado el 80 % del monto asignado para medicamentos, lo que ha producido un 54 % de abastecimiento.

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Sobre dispositivos médicos, hay un abastecimiento del 50 %, pero —acotó— hubo un retraso debido al proceso de contratación pública, que demora.

“Depende de que las empresas tengan, que las empresas importen, que nos digan que ya están listos para entregarse. Todo ese tiempo, desde el inicio de compra, puede durar hasta dos o tres meses”, agregó.

Entre los insumos que están llegando al hospital hay guantes, gasas y jeringas.

Afirmó que casi todo el presupuesto entregado ha sido dirigido a comprar medicamentos para enfermedades catastróficas, raras y huérfanas, que son altamente costosas.

Al preguntarle si habrá un momento en el que la gente deje de comprar medicamentos fuera de la casa de salud, Heredia respondió: “Podemos llegar a un 60, 80 % de abastecimiento (...), pero para poder decir que el abastecimiento puede ser ya, llegar a más del 90 %, etc., se requiere entonces de un proyecto más a largo plazo”, que lo atribuyó a que el hospital atiende muchas especialidades. (I)