Presencia masiva de usuarios y espera se registró en algunos centros de vacunación contra el COVID-19 en Quito

Unas cien personas hacían fila, este lunes 27 de diciembre, en los exteriores del Centro Deportivo Metropolitano, ubicado en el sector de Iñaquito, en el norte de Quito, donde está instalado un punto de inoculación contra el COVID-19.

Mariano Carrera, de 75 años, era el último en la fila pasadas las 10:00. A ese lugar fue a ver si podía acceder ya a la dosis de refuerzo.

Contó que fue al lugar la semana pasada, pero le habían dicho que aún faltaban unos días. No notó alta demanda de ciudadanos cuando fue al lugar en días anteriores. En sus primeras dosis, que recibió en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), no hubo demora.

“Me preocupa mi salud; hay que cuidarse también, sobre todo por mi edad (...). Tantas cosas que hay, los contagios”, dijo mientras mostraba su carné de inoculación, donde constaba que la segunda dosis la había recibido en julio pasado.

Para Carrera era preferible esperar, pero se iba a ir vacunado.

Alrededor de una hora tuvo que esperar Roberto Ayala, de 55 años y quien trabaja en el sector público, para la tercera dosis. A su llegada también tuvo que hacer fila. Recordó que para su segunda dosis, en el coliseo de la Unidad Educativa Consejo Provincial de Pichincha, en el sur de la ciudad, tuvo que esperar más o menos una hora.

“Sí es necesario tener el carné (de vacunación), por la variante (omicrón)”, indicó Ayala luego de ser inoculado.

A las 9:10, Rodrigo Gómez de la Torre empezó a hacer fila en las afueras; comentó que fue de aproximadamente una cuadra. A los 20 minutos ingresó.

En sus dos dosis anteriores no recordó haber esperado para recibirlas, pero agregó que, en este caso, las personas iban por su primera, segunda o la dosis de refuerzo.

En otro punto de vacunación masivo, el del coliseo de la Universidad Central, que se ubica en el centro norte de Quito, fue grande la sorpresa de personas que llegaron al lugar, pues estaba cerrado.

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Unos cinco ciudadanos mexicanos buscaban vacunarse, pero no lo pudieron hacer, mientras gente de la tercera edad quería colocarse la tercera dosis y tampoco accedieron.

La alternativa de los adultos mayores, al vivir en la Villaflora, en el sur de Quito, fue acudir a un sitio más cercano a su domicilio.

De acuerdo con la coordinación zonal 9 del Ministerio de Salud Pública (MSP), que corresponde al Distrito Metropolitano de Quito, el punto de inoculación de esa universidad estaba en proceso de desinfección, por lo que a los usuarios se los estaba direccionando al Centro Deportivo Metropolitano.

En algunos centros de vacunación, como el de San Juan, ubicado en el centro de Quito, también hubo fila de personas.

Laura Calvache, de 63 años, estaba a pocos metros de la puerta de ingreso de ese centro de vacunación para la dosis de refuerzo. Contó que llevaba treinta minutos de espera. Si bien no había mucha demanda, les habían dicho que solo estaba una doctora, por lo que había demora y les pidieron esperar.

En la Universidad Católica, en el norte de la capital de la República, recibió la primera dosis; y en el colegio Mejía, la segunda, en el centro. En ambos sitios no se demoró, afirmó.

“Me vengo a vacunar para tener el carné (de vacunación), porque es necesario para hacer todo trámite (...) y por la salud también, para prevenir la enfermedad”, sostuvo Calvache sobre el motivo para ir.

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Walter Araujo, de 78 años, fue a la tercera dosis, pues se enteró de que a los cinco meses ya se la podían administrar. Las dos primeras dosis las recibió en el parque Bicentenario, en el norte de Quito, donde destacó la agilidad en la atención, mientras la demora en el centro de vacunación en San Juan lo atribuyó a falta de personal o a lentitud en la atención.

Para la ministra de Salud, Ximena Garzón, la obligatoriedad del carné de vacunación hace que más personas completen el esquema de inoculación y haya menos exposición al COVID-19.