El Ministro de Transporte y Obras Públicas, Marcelo Cabrera, emitió el acuerdo ministerial n.º 063-2021 con el cual se dispone a la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) la actualización del plan de incentivos para reactivar los aeropuertos administrados por dicha entidad en 2022.

Con la medida, que implica reducción de tasas y otros costos, el Gobierno espera generar un ambiente más atractivo para que las aerolíneas conecten terminales donde hoy en día no hay vuelos comerciales que antes tenían, como el de Santa Rosa, Esmeraldas o Latacunga, o que se incrementen los vuelos de pasajeros a destinos como Manta, Cuenca o Loja.

Para mejorar las tarifas, hay que aumentar la competitividad, sostiene el subsecretario de Transporte Aéreo, José Luis Aguilar, quien adelanta que “la reactivación de los aeropuertos también pasa por un análisis de costos que tienen que realizar las aerolíneas para justificar la operación aérea” en las terminales de esas ciudades.

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Y cada una de ellas presenta sus propias complejidades. Así lo ha constatado este medio a través de su red de corresponsales en el país.

En Cuenca, por ejemplo, cada mes el aeropuerto Mariscal La Mar moviliza a cerca de 16.000 usuarios y por el momento las dos aerolíneas disponibles solo viajan desde y hacia Quito. Un tema que les genera inconvenientes es que no han podido desalojar el avión Embraer de la desaparecida empresa pública Tame, que quedó varado en la cabecera norte de la pista tras el accidente ocurrido en 2016.

Marcelo Carvallo, director de la Corporación Aeroportuaria de Cuenca (Corpac), que administra el aeropuerto, explica que en la actualidad esta terminal aérea acoge a dos compañías: Avianca y Latam, que juntas ofrecen 30 frecuencias semanales, de lunes a domingo. La primera con 23 viajes y la segunda con siete.

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Esto les genera un promedio semanal de 4.000 pasajeros, los que salen y utilizan los servicios de Corpac deben pagar una tasa de $ 6,50. Por ahora lo que perciben mensualmente por operaciones propias representa el 50 % de sus ingresos, el porcentaje restante es por uso de otras dependencias como estacionamiento de vehículos y arriendo de oficinas a entidades públicas y privadas como una cooperativa de ahorro y crédito, cajeros, restaurantes, renta de autos, farmacia municipal, Ministerio de Gobierno y un punto de recaudación de la empresa pública Etapa.

CUENCA. El aeropuerto Mariscal La Mar se mantiene también con el alquiler de espacios para instituciones financieras y agencias de cobro de servicios de empresas públicas. Foto: Johnny Guambaña.

Pero también colocaron una oficina para pagar impuestos municipales, lo que según Carvallo generó un alza en el tráfico de personas que subió de 7.800 en junio a 10.200 en octubre.

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Uno de los temas pendientes es la cartera vencida que mantienen, la más grande es con la estatal Tame, actualmente en liquidación, que hasta la actualidad le adeuda $ 120.000 por mantener parqueado al avión Embraer 190 que se accidentó el 28 de abril de 2016 y que, según el informe de la DGAC, entre las causas probables estuvieron “las condiciones de la pista (…) que se encontraba contaminada con agua y resbalosa” y que “el aterrizaje se realizó luego de una aproximación no estabilizada”. El problema que Carvallo advierte es que al desaparecer TAME, el cobro se complica.

Los compromisos pendientes de pago de Tame suman $ 316,8 millones, monto siete veces más alto que el de sus activos, valorados en $ 45,1 millones, según datos de la Empresa Coordinadora de Empresas Públicas (EMCO).

Desde 2016, en la pista del aeropuerto Mariscal La Mar permanece un avión de la desaparecida aerolínea TAME. Esto significa una deuda por cobrar de $ 120.000, hasta el momento. Foto: Johnny Guambaña

En cuanto al presupuesto del aeropuerto de Cuenca, aún no está aprobado el monto para el 2022, pero sus personeros esperan que por lo menos se mantenga similar al de este año que termina, que fue de $ 4′900.000, de los cuales el 35 % se usó para gasto corriente, entre ellos el sueldo de los 97 trabajadores. El resto se destinó a gastos de capital, como mejoramiento de servicios, consultorías, obras, etc.

En el 2021 se realizaron trabajos de fresado y reposición de la carpeta asfáltica en tres metros de ancho de la pista en las puntas constructivas longitudinales. Mientras tanto, para el año venidero se prevé hacer un retiro total del asfalto en el segundo semestre del 2022 gracias a un crédito internacional.

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Sobre una reubicación del aeropuerto a otra zona, Carvallo dice que desde 2012 hay estudios para el nuevo aeropuerto que se deben complementar con otros, de tipo meteorológicos y climáticos, que se los espera iniciar en 2022. Pero cambiarse de lugar no es un tema fácil de definir, sobre todo cuando el flujo de pasajeros no justifica la inversión.

Esmeraldas, subutilizado

Con 40 pasajeros a bordo, la empresa Aeroregional realizó su último vuelo Esmeraldas–Quito, desde el aeropuerto Carlos Concha Torres, de Esmeraldas, en agosto de este año.

En septiembre del 2020, esa aerolínea asumió algunas frecuencias dejadas por Tame, cuya liquidación fue ordenada el 19 de mayo de ese año por el entonces presidente Lenín Moreno. La idea era ofrecer pasajes a bajo costo, pero la pandemia del COVID-19, el cierre de la frontera binacional Ecuador–Colombia y la baja demanda de pasajeros, obligó a Aeroregional a suspender sus operaciones temporalmente.

En septiembre del 2020, Esmeraldas tuvo su último vuelo comercial. Foto: Luis Freire Adrián

“En esta empresa los pasajes bajaron a $ 70, mientras que en TAME se pagaban $ 120 entre Esmeraldas y Quito”, recuerda la comerciante Lorena Macías.

Ecuatoriana Airlines propone tres rutas nacionales desde y hacia Manta

TAME tenía siete vuelos semanales (nacionales) y tres desde Cali, Colombia. Contaba con aviones Embraer ERJ 170, Embraer ERJ 190, Airbus A320, Airbus A319, ATR 42-500, este último cubría una ruta a Guayaquil. La empresa aún espera vender esos activos y por ahora está gastando en mantenimiento, reconoce el subsecretario Aguilar.

La Cámara de Turismo, la de Hoteleros, la gobernadora Tania Obando y la alcaldesa de Esmeraldas, Lucía Sosa, gestionan para que alguna aerolínea retome estas frecuencias. Una de ella sería Ecuatoriana Airlines, que en junio pasado anunció que asumiría las cinco frecuencias semanales asignadas por la DAC, aunque recién empezaría sus operaciones en el primer trimestre del 2022 y también haría operaciones en Manta, donde el Municipio asumirá ahora el proceso de delegación de su aeropuerto.

Igual gestión por reactivar el aeropuerto de Esmeraldas hacen las agencias de turismo, ya que el principal ingreso económico son los visitantes de Colombia, con la ruta Cali–Quito– Esmeraldas, manifiesta un representante de una de estas operadoras, que tiene conexión con empresas en Mompiche y Atacames.

Esperan que el Gobierno no solo revise las tarifas aéreas nacionales, sino que además eliminen el pago del impuesto a la salida de divisas (ISD) para las aerolíneas nacionales (las extranjeras ya no lo pagan desde agosto) y que establezca corredores turísticos libres de impuestos y aranceles.

Por falta de vuelos comerciales, el aeropuerto Carlos Concha, ubicado en la parroquia Tachina, frente a la ciudad de Esmeraldas, está subutilizado.

Avionetas particulares, dos vuelos mensuales de transporte de personal militar de Guayaquil, operaciones de Fuerzas Armadas en la frontera norte, candidatos nacionales en campaña electoral, funcionarios de Gobierno, son los que actualmente utilizan este aeropuerto, cuya remodelación, en 2014, costó $ 18 millones. (I)