Andrea Montalvo es titular de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) desde hace tres meses. Estudió una licenciatura en Psicología Laboral, una maestría en Educación con Especialización en Asesoramiento Familiar y una maestría en Política Pública.

En una entrevista con este Diario afirma que la entidad no se eliminará, pese a que en su campaña política el entonces candidato y hoy presidente de la República, Guillermo Lasso, ofreció desaparecer la Senescy, instancia que ha llevado adelante los procesos de asignación de cupos en la universidad pública.

Montalvo se refirió, además, a este proceso que desde el 2023 será asumido por las universidades para el acceso de los bachilleres a la educación superior.

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La funcionaria sostuvo que es importante que los bachilleres opten por otras carreras que no sean las tradicionales, como Medicina y demás.

Desde el próximo año, las universidades y escuelas politécnicas estarán a cargo del proceso de acceso de los estudiantes a la educación superior. ¿Por qué hubo este cambio?

El cambio, principalmente, se da debido a que, al tener una única ventanilla donde se asignaban todos los cupos para la educación superior, esto constituía que las personas que aspiraban a la educación superior, pues, tuvieran que verse muchas veces obligadas a tomar una carrera que no era precisamente la carrera de su preferencia.

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Adicionalmente, un componente importantísimo es que las universidades recibían simplemente un listado de jóvenes y no conocían cuáles eran sus habilidades, sus competencias, cuál era la estrategia de nivelación que debían implementar para ese acceso.

Los jóvenes ecuatorianos y a nivel mundial tienen el derecho de acceder a la universidad que sea de su preferencia y postular a la misma o a las carreras y universidades a las que quieran hacerlo.

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Este sistema totalmente totalitario, digámoslo así, en el que una sola institución del Gobierno manejaba su cupo, resulta ineficiente, sobre todo en cuanto a la calidad de la educación superior, la permanencia y la futura titulación.

¿Por qué se tardaron tanto en tomar esta decisión?

Desde el inicio de la gestión se buscaron los mecanismos para poder eliminar el proceso de acceso desde Senescyt. De esa manera, tan solo en la segunda semana de gobierno, el presidente (Guillermo Lasso) personalmente presentó en la Asamblea Nacional la reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), la cual aún sigue en debate y no posibilitaba implementar este proceso.

Sin embargo, sabiendo la importancia que tenía este y el impacto positivo que va a tener este cambio sustancial en la educación superior, se estudiaron todas las aristas, normativa secundaria; y, de esa manera, pudimos definir que, amparados desde la Constitución y la misma ley como tal, se pudo buscar una alternativa con la reforma del reglamento de la LOES, que se expide en julio del 2022.

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‘Tengo 984 puntos y no tengo cupo’: el reclamo de bachilleres por no poder ingresar a la universidad

¿Cuál sería el balance en todo este tiempo que la Senescyt ha estado a cargo del proceso de acceso?

Lo que hicimos con total responsabilidad y conociendo cuál es el verdadero principio y cuál es la verdadera función que debe tener el acceso es, en primer lugar, implementar un proceso de orientación vocacional, cambiar de un test además de conocimiento que se venía tomando, cambiar a un test de habilidades y competencias, que nos permita saber cuál es la situación académica de los jóvenes para poder tomar decisiones y ejecutar política pública tanto en educación media como en superior.

Los datos nos han reflejado que hay una labor importante que vamos a implementar también con el Ministerio de Educación para que esa orientación vocacional se la ejecute desde el primer año de bachillerato; y, de igual manera, empezar a evaluar habilidades y competencias que permitan nivelar a los jóvenes y que se encuentren aptos para el acceso a la educación superior.

También se hizo un proceso importantísimo, en conjunto con las universidades, para brindar más oportunidades a los jóvenes durante este año y medio: hemos pasado de 90.000 cupos que se ofertaban a este periodo llegar a 143.000 cupos.

Y un tema importantísimo que se ha podido evidenciar es que, en el momento en que nosotros podemos pasar el acceso a las universidades, que pasará desde el próximo semestre, también se pueden hacer evaluaciones específicas por campo del conocimiento.

Como sabemos, hay carreras que son sumamente demandadas pero que también requieren un conocimiento y unas habilidades específicas por parte de un aspirante a ese tipo de carreras, como es Medicina, ingenierías.

El hecho de poder promover la formación dual, que es un tema tan importante, necesita un proceso de admisión diferente. Este proceso único lo que hacía era no tener como un horizonte claro para poder diversificar la oferta académica, para poder permitir a las universidades que, en el uso de su autonomía, vayan también evidenciando cuál es la demanda que tienen los jóvenes en cada una de sus carreras, qué necesidades de nivelación se han evidenciado. Y el compromiso es firme, en ambas partes. Estamos ya viendo un sistema de educación superior totalmente articulado.

Sin duda alguna, habrá que seguir dando apoyo a las universidades, que retomarán este proceso. Y, sobre todo, (está) el compromiso y la obligación de nuestro Gobierno de monitorear para que ese proceso para los jóvenes siempre esté enmarcado en los principios de ética, de transparencia y de eficiencia.

¿Qué es lo que van a hacer las universidades? ¿Tendrán alguna tarea adicional a lo que hacía la Senescyt?

Las universidades lo que harán desde el próximo periodo académico, en el año 2023, es manejar el proceso de admisión, y nos reportarán a nosotros cuáles son las personas que han accedido, siempre cumpliendo con las políticas de acción afirmativa y de igualdad de oportunidades.

El proceso, por ejemplo, la evaluación que se determine, la ejecutarán ellos desde la propia universidad: determinarán cuál es el tipo de evaluación que se requiere, qué ponderación tendrá dentro de unos rangos mínimos que establecemos como normativa; pero ellos podrán manejar tanto la admisión como la nivelación de los jóvenes y ya la ejecución de las carreras.

¿Tendrán la plataforma adecuada para ese proceso o ustedes la van a facilitar?

Para que el proceso funcione de la mejor manera, Senescyt implementará una plataforma que es un registro nacional en donde nosotros vamos a proveer a las universidades de toda la información que requieren de un aspirante para su postulación, es decir, cuáles son sus notas, que recogemos del Ministerio de Educación; si se encuentran en situación de vulnerabilidad, estos datos los obtenemos del Registro Social; enfermedades catastróficas, con el Ministerio de Salud; datos generales, en el Registro Civil; los propios datos de educación superior, si es que estuvieron antes en alguna carrera. Es decir, nosotros proveemos a la universidad toda la información que necesita para que ese estudiante pueda postular y que no tenga divergencia de información.

Y, posteriormente, en esa misma plataforma se registrarán las aceptaciones de los cupos, de carrera, con la finalidad de que una vez que un joven acepte una carrera se puedan liberar esos cupos y tengamos una asignación eficiente.

Me decía que han pasado de 90.000 a 143.000, ¿de qué año a qué año?

Iniciamos este gobierno en el año 2021. En el periodo anterior se ofertaron 90.000 cupos. En el siguiente periodo académico ya ofertábamos, gracias al apoyo de las universidades, 120.000 cupos. Subimos a 127.000 cupos en el primer periodo de este año 2022. Y en este tenemos la gran noticia de que hemos llegado a 143.000 cupos.

Más de 43.000 cupos aún están disponibles para educación superior; oferta desglosada por carreras ya está disponible

No obstante, los cupos no parecen ser suficientes para cubrir las demandas de las carreras o de las carreras más demandadas...

Exactamente, y aquí hay una labor importantísima de política pública, de acercamiento con los jóvenes, de acercamiento con sus familiares, en las comunidades, desde el mismo colegio, para que los jóvenes encuentren también una alternativa en carreras que te permiten una inserción laboral mucho más eficiente, con un rango salarial mucho mayor a lo que quizá (existe) en la concepción que tiene la población. Y esto sucede a nivel mundial, de que educación superior es Medicina o Derecho.

Las carreras, por ejemplo, (relacionadas con) software, tecnologías, ciberseguridad, ingenierías (...), son ampliamente demandadas en el campo laboral y que nuestro país requiere.

De igual manera, la matriz productiva nos evidencia que carreras como Agricultura, Energía y Petróleos aseguran una mejor inserción laboral. Y el trabajo está en hacer conocer a los jóvenes esta oferta, porque no sería prudente tampoco, y en el uso de la autonomía de las universidades, pues, que todas ofrezcan solo dos carreras y que nuestro país solo tenga doctores y médicos.

Ha hecho falta también hacer conocer a los jóvenes cuál es esa oferta académica; ese es un trabajo que hemos venido haciendo. Hemos llegado ya a 60.000 personas que están estudiando en carreras técnicas y tecnológicas en institutos públicos.

Al final de los procesos de postulación-aceptación siempre sobran cupos...

Los remanentes de cupos principalmente se han dado en carreras, en programas de universidades privadas que ofertaban, por ejemplo, becas que no eran 100 % y no contemplaban una gratuidad.

Con este nuevo proceso de acceso —desde el próximo año— las universidades privadas, en el uso de autonomía, harán su oferta directamente a la ciudadanía en cuanto a becas. Y (hay que) seguir trabajando en las comunidades, en territorio; seguir promoviendo el test de orientación vocacional para que esas carreras cumplan con esa demanda y satisfagan esa demanda que tienen los jóvenes y también la empresa.

Guillermo Lasso confirma que trabaja en decretos y reglamentos para cerrar la Senescyt

El presidente Guillermo Lasso cuando era candidato anunció su intención de cerrar la Senescyt. ¿Cómo va ese proceso?

Lo principal que nuestro presidente buscaba era la eliminación de este proceso que se limitaba a una ventanilla única. Había varios mecanismos que se estudiaron para poder llegar a ese objetivo, como la reforma a la ley orgánica, la misma eliminación de la Senescyt... Y, en efecto, al eliminarse el acceso por parte de Senescyt, el reto viene muchísimo más grande en cuanto a política pública de educación superior, para promover la investigación, el desarrollo y la innovación, algo que nuestro presidente y los mismos planes de gobierno, el plan de desarrollo, lo promueven. Y sabemos la necesidad que tienen: promover una academia que realmente trabaje con creatividad, en procesos de innovación, que diversifique su oferta académica, que produzca proyectos de investigación que realmente impacten y solucionen problemas de la ciudadanía.

Esos son varios de los hitos importantes que se deben cumplir, como esta cartera de Estado lo determina dentro de sus funciones.

¿No se va a eliminar la Senescyt?

No, no se va a eliminar la Senescyt. (I)