En la vía al Antisana, de unos 5 kilómetros de longitud, está ubicado el control pétreo que se encarga de cobrar el paso a vehículos que realizan trabajos de minería en el sector. Sin embargo, existen tarifas diferenciadas para volquetas de la parroquia, mientras que las que llegan desde otros puntos de la ciudad pagan el valor completo.

El pago normal es de $ 3, en el caso de los vehículos de un eje y $ 5 para los que tienen dos ejes. Pero, los otros vehículos, pertenecientes a Píntag, solo pagan $ 1.

Ante esto, Gabriel Altamirano, de la Asociación de Transporte Pesado en Volquetas y Maquinaria de Quito (Atrovolq), dijo que “las tarifas no pueden ser discriminatorias” y que, de hecho, el mencionado control no cuenta con los estudios técnicos requeridos para su funcionamiento.

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Por su parte, Gabriel Noroña, presidente del GAD de Píntag, aseguró que se están realizando jornadas de socialización con la comunidad para determinar si se mantendrá o se retirará el control pétreo. Por el momento, los transportistas de la parroquia se negaron a que se elimine la tarifa preferencial.

“Consultamos con varios dirigentes y ellos están en contra de retirar el control porque de ahí se recauda para la inversión de las obras”, de hacerlo amenazaron con cerrar las minas e impedir el ingreso de las volquetas desde la capital, declaró Noroña.

Para Altamirano, esto representa un riesgo para el personal y los vehículos. Incluso en sus redes sociales, Atrovolq responsabilizó al alcalde Jorge Yunda si sus vehículos son retenidos o afectados.

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Él explicó que la advertencia de cerrar las minas vino desde Juan Gabriel Noroña, quien es padre del presidente del GAD y a la vez delegado del Municipio y coordinador de parroquias rurales. “Fue con un oficio del alcalde a decir que es su delegado. ¿Cómo pueden mandar al papá a mediar en un conflicto? Hace entender que el alcalde es cómplice de lo que vaya a pasar”, finalizó Altamirano.

Este Diario solicitó una entrevista con el alcalde Jorge Yunda pero, se informó que “no está atendiendo entrevistas por el momento”.

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Otro problema latente en la zona es el estado de la vía. El pasado 14 de abril se realizó una paralización en la carretera para exigir su repavimentación. Pese a esto no ha existido respuesta ni han iniciado trabajos para mejorar las condiciones del asfaltado.

En Píntag los ciudadanos protestaron por el mal estado de las vías; amenazaron con cortar el suministro de agua de Quito si no se atienden sus requerimientos

De acuerdo con datos del GAD de Píntag, el control pétreo recauda un aproximado de $ 400 diarios utilizados para el mantenimiento vial de los 40 barrios de la parroquia. Esto no contempla trabajos de construcción como es la repavimentación, en este caso de la vía al Antisana.

Pues la competencia para hacerlo, aseguró Noroña, no es del gobierno parroquial sino de la Prefectura. Para ello iniciaron mesas de trabajo junto al Municipio de Quito, pero la inestabilidad en la administración ha provocado que todo quede en pausa. (I)