Loja

En el cantón Zapotillo, provincia de Loja, la falta de agua y pastos ya cobró la vida de varios animales. Y quienes se animaron a sembrar están al borde de perder completamente sus cultivos.

Mientras en otros sectores de la provincia se piensa en labores para mitigar el impacto del temporal invernal, en dicha localidad enfrentan la otra cara del clima: la sequía que azota al cantón está cobrando un valor alto a la ganadería y agricultura. No llueve desde hace casi dos meses.

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En parroquias como Paletillas, Bolaspamba, Mangahurco y Cazaderos (muy conocidas por el florecimiento de guayacanes), la situación se torna insostenible, pero sus moradores se aferran a luchar como lo vienen haciendo cada año. No obstante, piden ayuda gubernamental.

Mercedes Farfán, presidenta del gobierno parroquial de Mangahurco, recordó que desde el 13 de diciembre del año pasado, cuando se presentaron las primeras precipitaciones en el sector y se dio el florecimiento de los guayacanes (que se toma como un indicador del inicio del invierno), hasta la fecha no ha vuelto a llover.

Solo en la parte alta de la parroquia el sábado anterior hubo algo de lluvia, lo que motivó a los agricultores de la zona a sembrar maíz, sin embargo, las precipitaciones se ausentaron.

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“En la parte baja de Mangahurco no ha habido lluvias, lo que afecta seriamente a los agricultores y ganaderos”, señaló Farfán.

También explicó que los pozos someros existentes en la ribera de la quebrada ya se están secando, lo que pone en riesgo los cultivos de maíz, sandía, pimiento, melón y frutales, que sirven para la sostenibilidad alimentaria de los habitantes.

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Debido al problema que se ha intensificado en los últimos años por el cambio climático, dijo, coordinan acciones con el gobierno provincial y municipio para realizar los estudios correspondientes que permitan tener una verdadera solución que serían los pozos perforados, con lo que agricultores y ganaderos podrían seguir trabajando.

“La situación es crítica, antes la gente migraba a la ciudad, pero en la ciudad tampoco hay trabajo”, expuso la funcionaria.

Farfán indicó que los agricultores esperan que llueva, pero ya hay un retraso de casi dos meses y debe considerarse que ellos ya adquirieron semillas e insumos para la siembra.

En tanto, en lo concerniente a ganaderos, “se están presentando ya pérdidas de ganado, sobre todo, vacuno, toda vez que no hay agua”, manifestó la presidenta del gobierno parroquial de Mangahurco.

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Algunos campesinos deben movilizarse con el ganado en tramos de hasta dos horas de camino para que puedan acceder a una fuente de agua.

Farfán mencionó que así como no hay agua, tampoco hay pasto para alimentar al ganado.

Citó que al momento alrededor de una docena de animales ya han muerto solo en la parroquia, porque ganaderos acuden al gobierno parroquial a indicar la cruda realidad que atraviesan sus animales que pasan hambre.

Hay ejemplares que cayeron y no se volvieron a levantar, incluso, se han perdido reproductores, lo cual preocupa más.

En el caso de los agricultores, muchos mantienen préstamos con BanEcuador, por lo cual piden que la entidad realice inspecciones para constatar la situación que atraviesan.

Farfán informó que en enero se reunieron con el alcalde Efrén Vidal y le informaron de la problemática. Solicitaron, dijo, que se dé la declaratoria de emergencia en el cantón, sobre todo en Bolaspamba, Mangahurco, Cazaderos y Paletillas, porque son parroquias que no se benefician con el canal de riego Zapotillo y sufren las consecuencias de la sequía.

Vicente Encalada, ganadero de la parroquia Paletillas, se ha visto obligado a transportar en camiones a sus animales hasta el sector de Palmales, cantón Arenillas, provincia de El Oro, porque no llueve en su parroquia y no hay pasto ni agua para que puedan subsistir.

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Muchos ganaderos de su zona están optando por esa práctica con la esperanza de engordar al ganado y venderlo, porque no les queda otra alternativa.

En la parroquia Cazaderos, los integrantes de la familia Paladines se han visto obligados a extraer agua de los pozos profundos para mediante baldes llevar agua a sus animales y buscan los pocos brotes verdes para alimentarlos. (I)