Dimensionar un posible impacto regional en Ecuador, Colombia y Perú del fenómeno El Niño busca establecer la Secretaría de Gestión de Riesgos con sus pares de esos países para determinar una articulación que permita un intercambio de experiencias, conocimiento y capacidades, en el caso de que se requiera.

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Así lo señaló el organismo como parte de la prevención y preparación ante la posible presencia de ese evento, que incluyó además una primera reunión con gobernadores del país, quienes ejercen la presidencia de los Comités de Operaciones de Emergencia.

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En tanto que la Dirección General Marítima de Colombia (Dimar) informó que se estaba organizando la vigésima sexta versión del Crucero Regional Conjunto de Investigación Oceanográfica en el Pacífico Sudeste (crucero Erfen).

“Gracias a estos cruceros oceanográficos conjuntos y las capacidades de su Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Pacífico es posible elaborar un pronóstico de los potenciales efectos de este fenómeno en el siguiente año, tanto para el entorno nacional como para el Pacífico Sudeste”, indicó en un comunicado la Dimar. Esto incluiría a Colombia, Ecuador, Perú y Chile.

Jonathan Cedeño, oceanógrafo y quien es el coordinador de la carrera de Oceanografía de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), mencionó que en el Pacífico Central, las probabilidades de ocurrencia de un evento cálido de El Niño, va desde el 82 %, en junio, y en el segundo semestre del año entre 89 a 94 %.

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“Cabe recalcar que El Niño tiene varias fases, y la fase de apogeo (la condición más cálida) ocurriría a finales de año, coincidiendo con el inicio de la estación de lluvias. Todavía queda por determinar, a base de la magnitud del evento, cómo este Niño pronosticado afectaría nuestra estación de lluvias, si esta se adelantaría”, dijo Cedeño, quien además es el representante de la Espol en el Erfen (Estudio Regional del Fenómeno El Niño).

Medidas preventivas

Para el docente, la preparación y prevención debería ser practicada todos los años y no solamente con la perspectiva de El Niño, de manera continua.

Algunas de las recomendaciones que hace son el mantenimiento preventivo de vías y carreteras, estabilización de taludes, especialmente de vías que han resultado críticas en inviernos pasados: Alóag-Santo Domingo, Balzapamba, y Molleturo-Cuenca.

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Además refuerzos de muros de ríos y canales, limpieza de canales de aguas lluvias urbanos. También se debe considerar mejorar los esquemas de manejo de cuencas y embales, como Daule-Guayas (cuencas) y Daule-Peripa (represa).

“Solo con un invierno fuerte como lo ha sido el 2023 hemos tenido inundaciones en el impacto d las zonas bajas del Daule debido a la apertura de compuertas de la represa (el embalse comenzaba a alcanzar su cota máxima (por) las lluvias acumuladas de marzo-abril)”, añadió.

La perspectiva de un El Niño de moderado a fuerte podría provocar un invierno fuerte y más largo, posibles inundaciones y acumulación de aguas, manifestó.

Esto ocasionaría que algunas enfermedades infecciosas podrían aumentar, como el dengue y malaria, por lo que hay que aprovisionarse de medicinas para combatir dichas enfermedades sin dejar de lado vacunas antiofídicas, contra la mordedura de serpientes, las cuales amplían su hábitat con las inundaciones de zonas bajas, refirió.

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En temas de cultivos, sostuvo, es importante la limpieza de canales y drenajes, y seleccionar cuidadosamente los tipos de cultivos y ciclos de siembra-cosecha más óptimos para condiciones cálidas y lluviosas que podrían ocurrir bajo la influencia de un evento El Niño.

Una manera de contribuir desde la sociedad es no botando basura en las calles (que podrían ocasionar el taponamiento de drenajes), la elaboración de un plan familiar de emergencias, y el contar con una mochila de emergencia, dijo. (I)