El periodo para el que fueron elegidos los concejales de Guayaquil culmina en 2024. Es decir, ha pasado la mitad de su gestión. Si bien es un tiempo relativamente corto, los concejales que han tenido experiencia en televisión no han pensado en la reelección.

Jorge Rodríguez indica que por ahora solo piensa en seguir apuntalando sus promesas de campaña y proyectos que actualmente gestionan con la Dirección de la Mujer como el apoyo a lideresas para capacitarlas en prevención de cáncer de piel y en emprendimiento. “También queremos crear una villa para poder independizar a chicos con discapacidad intelectual en edad universitaria, como es en España, para que ellos puedan ser independientes y que no tengan que quedarse con sus padres. Esto ya ha recibido el visto bueno de la alcaldesa”, dice.

En tanto, Luzmila Nicolalde ya no podrá lanzarse a una reelección, ya que el actual es su segundo periodo como concejal. Afirma que “no sabe qué pasará después” de que acabe su gestión, pero “siempre estará para servir a la gente”, aunque sea desde el sector privado. Y que seguirá gestionando ordenanzas y proyectos.

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La gente no sabía, hasta que llegué a política en 2006, que tenía 30 años de experiencia en empresa privada. Yo tenía experiencia en todo lo que es logística y la televisión fue un hobby, pero mis conocimientos empresariales los puse en práctica en la función pública”, dice.

Asegura que por ahora, desde su curul de concejal, seguirá impulsando iniciativas para que los guayaquileños ejerzan y conozcan sus derechos. Además, trabaja en una ordenanza que beneficiaría a las personas con discapacidad.

En cambio, Úrsula Strenge reconoce que lo que más le ha costado de ser concejal es “ser política”. Afirma que dentro del Partido Social Cristiano todavía no se ha debatido el tema de la reelección y que personalmente no ha decidido si aceptaría postularse de nuevo.

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A mí lo que me mueve es estar cerca de la gente, lo social y llevando solución a sus problemas y necesidades. Me ha tocado aprender sobre la marcha los temas políticos, las estrategias políticas, los procesos jurídicos, pero sigo sintiendo que no soy una mujer política. Sé que se están empezando a mover los objetivos de las próximas elecciones, pero yo me voy con cautela. Yo le he dicho a la señora alcaldesa que cuente conmigo, no sé si como concejal, pero sí como ciudadana”, señala.

Dice que ahora se dedicará a empujar proyectos e iniciativas para mejorar la salud emocional de los ecuatorianos y ayudar a concretar, para el próximo año, el primer centro de salud mental de Guayaquil.

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A diferencia de Strenge, Andrés Guschmer piensa “todos los días” si iría a una reelección, ya que si bien la labor de concejal es enriquecedora, es agotadora, afirma: “Mi hermano me dice que ya no me lance y disfrute de mi familia, de mis hijos, que duerma hasta más tarde, pero a mí me mueve el reconocimiento de la gente”.

Cita como ejemplo cuando vio a padres de familia “llorando” en la inauguración de una cancha en El Cisne 2: “Quizá esos proyectos se hubiesen hecho sin mí, pero es excelente saber que se gestionó para impulsar esas iniciativas. Aunque también hay gente que te critica, en especial en redes sociales, y eso me hace pensar en la reelección”, dice. (I)