Se habla de esto medio en broma, medio en serio, pero no podemos negar que esa vena emprendedora propia de los ecuatorianos se disparó durante el periodo de confinamiento que vivimos gran parte de 2020 y dio paso a pequeños negocios. Lo dice Gabriel Rovayo, presidente de la consultora Roadmak Solutions.

“Debido a la imposibilidad de salir a abastecerse de productos, por ejemplo, surgieron negocios familiares de distribución de víveres, vegetales, frutas, etc., muy bien organizados, por cierto. Otros optaron por sacar a relucir sus dotes de cocineros o chefs y les salvaron la vida a aquellos cuyo fuerte no es la cocina. Proveedores de insumos de limpieza, de alcohol, mascarillas, servicios de entrega a domicilio, en fin, la creatividad en su máxima expresión”.

Como experto en emprendimiento, y revisando estudios serios sobre el tema, afirma que todo este fenómeno le resulta por demás interesante. “Antes de la pandemia, como país, ya éramos líderes en emprendimiento en la región. Pero, durante el confinamiento, el 30 % de la población ecuatoriana creó un negocio y al frente de estos estuvieron (y en muchos casos continúan) personas o familias que incorporaron gran parte de las tecnologías de innovación y comunicación, muchos empíricamente y otros aplicando lo aprendido en sus centros de estudios. El reto era hacerle frente al COVID-19 y sobrevivir no solo a la enfermedad, sino a la necesidad de generar ingresos”.

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Foto: CORTESÍA

Sin embargo, añade, una vez superado lo peor de la crisis, esa imposibilidad total de abandonar los hogares para prevenir el contagio, y habiendo llegado a un punto de una nueva normalidad, que nos ha permitido salir a trabajar, a estudiar, a abastecernos de productos necesarios, es pertinente preguntarnos ¿cuál es el futuro pos-COVID de los emprendimientos nacidos en pandemia?

“Las respuestas exigen medidas oportunas de nuestras autoridades para evitar que buenas y creativas ideas mueran por falta de apoyo económico. El emprendimiento ecuatoriano se encuentra en un proceso de ajustes internos bajo la influencia de la crisis sanitaria. Pero son necesarios y urgentes un diseño de políticas públicas y un nuevo marco regulatorio al respecto. Es más que evidente que el ecuatoriano pide trabajo a gritos y que cuando debemos arrimar el hombro lo hacemos. Que no nos amilanamos ante las dificultades y que somos capaces de ver oportunidades en crisis tan complicadas como la del COVID-19.

Requerimos un golpe de timón drástico, con apoyo gubernamental en forma de créditos a bajos intereses y que los ciudadanos tengan la posibilidad de formarse y dejar de ser analfabetos digitales. Un ecuatoriano emprendedor armado con herramientas de cómo mantener un negocio hará de este algo trascendente. Así se irán sumando los emprendimientos que sobrevivan y den empleo a otros ecuatorianos. Ese podría ser el resultado de la suma de esfuerzos de todos los agentes económicos y gubernamentales. ¡De eso se trata la verdadera reactivación de la economía y que se necesita en el país!”.

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*grovayo@roadmak.com