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Dar créditos de acuerdo con el ciclo productivo es parte del plan agropecuario del Gobierno

En entrevista el ministro de agricultura subrogante, Eddie Pesántez, anuncia préstamos para riego y mejora genética con interés del 6%, desde este mes.

El ministro de Agricultura subrogante, Eddie Pesántez, en una de sus actividades en el agro del país. Foto: CORTESÍA

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El Plan Nacional Agropecuario 2020-2030, que incluye las políticas por ejecutar durante la próxima década más las inversiones que deberían hacerse en el agro, es uno de los aportes que deja el régimen del presidente de la República, Lenín Moreno, al nuevo Gobierno que se instalará en mayo próximo, según el ministro de Agricultura y Ganadería (subrogante), Eddie Pesántez.

“Hicimos una política agropecuaria con base en el trabajo hecho junto con FAO (Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y su equipo consultor, más inclusivamente nuestras asociaciones, productores pequeños, medianos y grandes, agricultura familiar. Ha sido una política participativa”, enfatiza.

El objetivo, agrega, sería llegar al 2030 con “un agro ecuatoriano próspero, competitivo y sostenible”, uno que “sea reconocido y tratado como un sector estratégico motor del desarrollo del país”, afirma.

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Una de las aristas es dar créditos acordes con los ciclos productivos. Pesántez resalta uno por un monto de hasta $ 70.000 dirigido para riego y mejora genética y que tiene una subvención estatal de la tasa de interés para que sea de un solo dígito.

Los interesados pueden acceder a partir de este mes. Los proyectos son validados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), organismo que aprueba al fideicomiso el desembolso correspondiente a la tasa a BanEcuador, la institución financiera pública que finalmente dará estos préstamos.

El funcionario plantea además un fondo que sirva de garantía para financiar proyectos de asociaciones que sean viables y sostenibles.

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¿Qué limitaciones han tenido para saldar la deuda con el agro que dejó y reconoció el expresidente de la República Rafael Correa y que el actual primer mandatario prometió pagar?

Sí. En la parte presupuestaria tenemos que reconocer el mayor esfuerzo del Gobierno central para ayudarnos. Sin embargo, las limitaciones económicas hacen que los deseos no puedan ser la totalidad de lo que se busca, pero en esta administración de técnicos y productores agropecuarios hemos puesto nuestro trabajo al servicio del país. Muchas de las cosas en el campo requieren de estrategia y de una planeación. Hay cosas que se toman tiempo, otras requieren dinero. En el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) hemos tratado de hacer una administración recursiva, de trabajar con base en lo que podemos y tenemos, de hacer rendir al dólar estirándolo lo más que podamos. Creemos que una administración correcta se ve en las malas, no en las buenas, y no nos ha quitado ni el sueño ni la energía para decirle al agro que tenemos todas las condiciones para crecer y solo necesitamos pilares que fortalezcan el trabajo diario. Y eso es lo que hemos hecho con la política agropecuaria y el Plan Nacional Agropecuario, que es la manera como se intervendrá en territorio de parte del MAG y la dimensión de lo que se puede hacer. Ver las limitaciones y potencialidades en todo, en clima, economía, recursos, en nuestra gente, con base en eso podemos ponernos metas con indicadores como la reducción de la pobreza de aquí a diez años (casi la mitad de la población rural gana menos de $ 84 al mes), crédito agropecuario, asociatividad, sistemas productivos, superficie apta para expansión del área agrícola, asistencia técnica, ferias.

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Pero todo tiene que hacerse de manera simultánea para que funcione.

Todo tiene que ir en cadena. Mucha de la inversión puede venir del sector privado que supera a una administración, a un presidente, política de Estado, porque el señor que produce agricultura y ganadería requiere una visión para endeudarse, saber a dónde va, que sea incluyente y no excluyente, qué oportunidades de desarrollo da, eso es lo que buscamos, dinamizar.

También se requiere que el Estado facilite el camino a los agricultores pequeños y medianos.

Esto requiere de acceso a servicio e infraestructura. El agricultor necesita infraestructura crediticia que vaya acorde con el ciclo biológico de cada uno de los productos. No es lo mismo sembrar en ciclo corto que un producto forestal o frutal que se demora unos cinco años o más. Tienen que tener las condiciones que cumpla ese crédito. Al pedir nosotros en la política agropecuaria que exista mucha innovación, estamos hablando de maquinaria, equipo, infraestructura para procesamiento, poscosecha y comercialización. En ese sentido las asociaciones y cooperativismo moderno también necesitan fondos de garantía, porque no puede ser un limitante no tenerla y que eso vaya en contra de una gran idea. Hemos pedido esta visión de un fondo de garantía para estas asociaciones, para los productores que tienen una gran idea.

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¿Entonces el Estado garantizará estos créditos?

Por supuesto, que garantice un gran proyecto y entonces democratizamos oportunidades. Nosotros como administración los llevamos a la feria más importante de alimentos y frutas y nos traen grandes desarrollos, como pequeños productores que llegaron a tener contratos comerciales que ellos nunca pensaron. Además de ingresos para el país, subimos el autoestima del productor al darse cuenta de que tiene mucho más por explorar y obtener, por eso tienen que intervenir más en ferias. Que el MAG al asegurar la calidad y todo tenga una trazabilidad de su producción para poder tomar decisiones de almacenamiento, de fomento de uno u otro producto y también, aunque no es nuestra competencia, ser vigilantes con una política de acceso a servicios e infraestructura. En la parte de infraestructura y riego sí es nuestra parte, pero en otras que no tenemos competencia pues hay luchar para que estén disponibles, como vialidad, agua potable, energía, conectividad, para ir más acorde con los mercados.

Una de las razones por las que los agricultores no pueden acceder a créditos legales es la falta de un garante o de un bien inmueble que sea aceptado como garantía, por lo que deben acudir a chulqueros.

Es parte de esta problemática, por eso es que planteamos como el sexto eje de la política agropecuaria la modernización del Ministerio de Agricultura y servicios anexos al productor. Necesitamos tener las mejores plataformas tecnológicas para otorgar créditos, acceso a cajeros y una visión integral, pero el fondo de garantía, es decir, tu país cree en ti y tu país respalda este esfuerzo, y obviamente tiene que salir con base en un estudio de oferta y demanda, a un contrato de mercados abiertos, que ayude al crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) nacional mediante el PIB agrícola, por eso apostar a este capital semilla nos puede generar un desarrollo magnífico al país, pero hay que apostar.

¿Cómo van a capitalizar este fondo de garantía?

Como la política en general, pero sobre todo la política agropecuaria, es la lucha por tener las herramientas necesarias para desarrollar el campo, primero hicimos una política nacional agropecuaria que sea el paraguas para los proyectos, para la sostenibilidad del sector y sobre todo para el crecimiento. Segundo, nosotros requerimos que un fondo sea siempre como un gasto estatal, que la mayoría de ocasiones no tendrá dificultad porque hay que aprobarlo, esto es un premio y la gente debe entender que no se puede garantizar cualquier proyecto, sino uno exitoso porque es un privilegio que va a tener un sector y hay que saberlo utilizar de una manera adecuada.

La sociedad está garantizando este crédito.

Exacto, para dar trabajo y crecimiento, ya lo hemos logrado, solo que las cuantías que tenemos en la actualidad no son las suficientes como quisiéramos, pero hay que lucharlas para demostrar que ese es el camino

¿A cuánto asciende la cuantía?

En este rato (el lunes 15 de marzo de 2021) no tengo el total, pero son fondos de garantía que se han manejado con el Banco del Pacífico y la Corporación Financiera Nacional (CFN).

¿El dinero del fondo de garantía saldrá del presupuesto estatal?

Deberíamos tener un fondo de garantía estatal para estos proyectos donde se ve la oferta y la demanda, esa es la política que seguimos buscando y esperamos que las arcas estatales se recuperen para poderlo tener.

Los agricultores piden también créditos con tasas de interés de un solo dígito.

El tema ahora es demostrar cómo se puede incidir en la tasa. Hemos hecho un fideicomiso para inferir en el riego y en la genética, cosas que cambian la vida. Poner riego puede ser como comprarse otra finca. La mayoría de problemas que tenemos en el sector rural son por la ineficiencia productiva. Si usted a un productor que solo tiene una cosecha para vivir un año, si le cambia la producción y tiene un riego tecnificado que le permita tener otro tipo de productos y producir todo el año, pues la calidad de vida en el campo cambia significativamente. En otras zonas necesitarán drenaje, pero atacamos directamente a esa tasa de interés con un fideicomiso que creamos a través de la CFN para incentivar el uso de riego, de genética, de calidad y subvencionar un porcentaje de la tasa, para que se dé un crédito a un valor mucho más bajo. Entonces la del 11% (que es la tasa de interés actual de la banca pública) no es atractiva, pero la del 6% (tasa que se aplicará para este tipo de créditos que empezará a otorgar BanEcuador desde finales de este mes) sí lo es. Estamos siendo recursivos, a pesar de las dificultades no podemos dejar de pensar y luchar por estos cambios, porque van a mostrar el camino que debe llevar la producción agropecuaria a nivel nacional y cómo invertir en el agro es un buen negocio.

Los comerciantes son parte del negocio agrícola, pero hay un alto nivel de intermediación que nos perjudica a todos porque el agricultor recibe precios bajos y el consumidor final termina pagando un mayor costo.

La clave es la asociatividad. A un productor que está a dos horas de Guayaquil y produce diez cajas de tomate le va a ser difícil y costoso llevar a Guayaquil esa cosecha, pero si se junta y se paga el camión en conjunto, les saldrá mucho más barato. Además de que pueden acceder a mercados más grandes, eso queremos decirles, solos somos muy débiles, juntos somos muy fuertes. Ecuador tiene una zona de aprovechamiento agrícola, pecuario y forestal de casi 9,5 millones de hectáreas a nivel nacional.

¿Todo está ya en explotación o por explotar?

Es el potencial total entre explotado y no explotado. Y en la región Insular tenemos 27.000 hectáreas. En 40 años seguirá siendo la misma área potencial, por eso tenemos que llegar a la productividad, porque la sociedad crecerá, las necesidades serán mayores, la demanda igual y nuestro territorio potencial de aprovechamiento será el mismo, por eso la necesidad de proyectarnos desde un punto de vista tecnológico, adecuado, explotando al máximo las capacidades agroecológicas para cada cultivo.

¿El plan de inversiones en el agro que estará listo en mayo próximo es un aporte de este régimen para el que vendrá?

Hay proyectos planteados para solventar estas problemáticas, sin embargo respetuosos de cada administración, todo plan es perfectible, dinámico, se probó hasta en la pandemia, por eso lo estamos impulsando como un nivel de desarrollo inclusivo.

¿Qué ha sucedido con la infraestructura de almacenamiento de las cosechas?

El problema muchas de las veces es por el manejo de los excedentes. Si tuviéramos una infraestructura para almacenamiento de producción, manejos de stock respecto a la oferta y demanda, podemos en lugar de tender a sacar cuando el precio está a la baja, guardarla para cuando los precios estén al alza, pero se requiere de infraestructura que lo planteamos como política agropecuaria y el fortalecimiento de la asociatividad, cooperativismo, participación. Muchas de nuestras asociaciones han sido formadas para pedir y no para producir y lo que queremos es decirles que tienen toda la capacidad de desarrollo para producir con un gran diferenciador que es nuestro quinto pilar, la sostenibilidad y la adaptación y la mitigación al cambio climático, porque de esa manera vamos a tener un producto de calidad, sostenible, diferenciado y con un valor social. Somos muy buenos para producir pero muy malos para vender, necesitamos dar más capacidad de comercialización a nuestro productor. Utilizar plataformas tecnológicas para que también nuestro joven rural no deje el campo, sino más bien que sea el nexo para que nuestra agricultura y pecuaria nacional sea fomentada por plataformas digitales BI (Business Intelligence, siglas en inglés que corresponden a herramientas digitales de inteligencia de negocios) dirigidas al productor, pero solo lo lograremos con asociatividad y una oferta clara del producto.

Pero los maiceros de Manabí y los arroceros de Guayas dicen que los silos de almacenamiento existentes no están operativos.

Muchas de las necesidades que tiene el sector las han dejado a la decisión de un Estado y eso no es adecuado. El almacenamiento debe ser la necesidad del sector, del gremio, entonces, lo que deberíamos discutir es el sistema, cómo incentivar a que exista más almacenamiento, una tasa diferenciada, un crédito acorde con largo tiempo para pagar.

El plazo sería como los que se dan para financiar una casa en las ciudades (hasta 25 años).

Así es, pero la discusión se centra en que el Estado tiene que solucionar

El tema es que el Estado ha asumido por décadas ese rol a través de la Unidad Nacional de Almacenamiento.

Hemos demostrado cómo el manejo de excedentes da bienestar, todos estos años sacamos excedente de arroz a Colombia y el precio lo hemos logrado mantener. Seguimos con esa política, pero el Estado está para otros oficios, este puede facilitar el crédito, dar incentivos para que lo hagan, pero los que realmente intervienen en el sector son los que deben ver esa capacidad. El almacenamiento en Ecuador está entero por mejorarlo.

Incluida la infraestructura estatal, ¿qué se hará con los silos actuales?

Lo que está en manos del MAG puede disponer y ayudar a los sectores productores bien organizados, pero uno de los problemas es que cuando damos centros de acopio no tienen el capital operativo para funcionar y esperar ese almacenamiento que al final es un gasto financiero. El productor quiere recibir de su cosecha o también se podría tener el servicio de almacenamiento, que es cómo se maneja en el mundo, la gente guarda su cosecha en almacenadoras.

¿Pero se paga por ello?

Totalmente paga por su almacenaje. Ahí es donde tenemos que ir construyendo la política acorde con la necesidad del sector, política de crédito con almacenaje, seguro de almacenamiento, y entonces empieza a funcionar, pero cuando no hay un demandante que pida esa política, obviamente las cosas no evolucionan y no caminan a la velocidad del sector, todos tenemos que poner de parte. Hay un trabajo que hace la parte estatal, gremial, industrial, el productor de materias primas y otro el de proveedores de insumos, esa cadena agroindustrial puede ser armonizada para tener éxito.

¿Cómo lograr que los futuros regímenes asuman al agro como un sector estratégico?

Dentro de esto tenemos muchos objetivos estratégicos. Primero, hay que superar la pobreza y dar una vida digna a los agricultores por medio de créditos, seguros y más extensionismo (un mayor plazo de los préstamos). Mejorar las capacidades, que (el sector rural) sea el gran dinamizador de la economía ecuatoriana incrementando el PIB del sector y allí es donde entra el tema de explotación sostenible con agrocalidad y en la diversificación de productos con nuevos actores, donde buscamos una nueva asociación y un cooperativismo moderno para que el pequeño productor se fortalezca con el objetivo de poder abrir mercado. Esta pandemia... nos ha hecho ver que falta mucha innovación en el campo. Pero antes tenemos que fomentar la productividad y la calidad de nuestros productos. Para ello sacamos (certificado de) buenas prácticas agrícolas en Latacunga, tenemos diversas certificaciones mejorando la calidad en genética, adaptadas a las condiciones de suelo y de clima del país, sobre todo buscando una productividad mayor. Esta política de fomento para la productividad y calidad implica el impulso de la investigación para desarrollar en diferentes pisos agroclimáticos y diversificar los rubros agropecuarios, pero queremos que todo sea desarrollado a base de mercados con demanda nacional e internacional... A veces uno de los problemas más grandes es la falta de orientación de la oferta en función de la tendencia de demanda del mercado. Esto hace que un producto se sature y bajan los precios o simplemente la estacionalidad de producción, cuando todos sacamos a la misma hora, el mismo día y en el mismo lugar, entonces eso da mucha ventaja al comercializador. Debemos hacer una programación más organizada con base en la demanda o en una oferta de la asociación, de la cooperativa.

¿Quién finalmente maneja la competencia del riego?

Está en los GAD (gobiernos autónomos descentralizados), en el Ministerio del Ambiente y Agua y nosotros que tenemos el riego parcelario. En eso se debe unificar una política para que cumpla una visión global de país, esas son las políticas que se instauraron, sin embargo, pueden ser perfectibles y mejorables, pero cualquier política debe ir al servicio del verdadero actor, que es el productor agrícola y pecuario.

¿Qué consejo le da al ministro de Agricultura y Ganadería que se designe?

En primer lugar vamos por el respeto al sector agropecuario. Vamos a entregar esta administración, como debió ser siempre, entregando todos los proyectos, todos los caminos, todo lo que hemos generado para que se los considere, se les dé vialidad, continuidad y se los perfeccione. Hay cosas que no logramos acabar por cuestión de tiempo, otra por recursos, pero la visión estratégica está planteada. Esperamos que tengan el mejor desempeño. (I)


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