Ecuador mejoró su posición en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2022 generado por Transparencia Internacional. El organismo calificó de “significativo” el avance del país, que cerró en el lugar 101 de 180 naciones medidas.

Sin embargo, este avance se cataloga comparando la posición alcanzada en 2021 (105) o en 2016 (120), pero si tomamos de referencia el 2020 (lugar 92) se puede considerar como un retroceso.

Barómetro de la Corrupción 2022: Tres de cada cuatro ecuatorianos creen que el Gobierno no hace un buen trabajo en la lucha anticorrupción

América tiene un promedio de 43 puntos sobre 100 en este índice. Mientras más cercano al 100 es el puntaje, menos corrupta es la nación. A la cabeza del ranking regional se ubican Uruguay y Canadá, cada uno con una puntuación de 74, seguidos por Estados Unidos con 69.

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Ecuador logró 36 puntos. Se ubica por debajo de Colombia (39), Argentina (38), Brasil (38) y por encima de El Salvador (33), Bolivia (31), México (31), Paraguay (28), Guatemala (24) y Honduras (23), Nicaragua (19), Haití (17) y Venezuela (14). Venezuela es la nación más corrupta, según el índice.

En América Latina, dice Transparencia Internacional, las instituciones públicas débiles y sin rendición de cuentas han creado un terreno fértil para el crecimiento del crimen organizado, propiciando la violencia y la inseguridad. En muchos países, las autoridades responsables del cumplimiento de la ley y funcionarios corruptos colaboran con bandas criminales o aceptan sobornos a cambio de hacer caso omiso de sus actividades ilícitas.

Si bien destaca el avance de Ecuador, también cuestiona la figura de declaración de estado de excepción para enfrentar al crimen organizado decretado por el presidente Guillermo Lasso. Esta figura también la han aplicado El Salvador y Honduras.

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En nombre de la seguridad, estos gobiernos redujeron el espacio cívico, limitando la capacidad de supervisión y control por parte de otros actores y agravando sustancialmente los riesgos de corrupción y el retroceso democrático que padece la región”, afirma el ente.

Este informe llega en medio de denuncias de corrupción en el manejo de las empresas públicas estratégicas que salpica al gobierno de Lasso y su círculo familiar cercano. Pero la corrupción es un cáncer que ha aparecido en la mayoría de las administraciones presidenciales de la historia republicana del Ecuador, en especial luego de la década de los 80.

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Germán Rodas, coordinador de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), afirma que desde las esferas más altas del poder no ha existido un proyecto político anticorrupción, sino solo un conjunto de opiniones, una serie de eslóganes.

De 30 instituciones priorizadas, la Secretaría Anticorrupción ha podido implementar en dos entidades un mapeo y mitigación de riesgos de corrupción

Indica que en el actual Gobierno no se ha tenido la capacidad de deslindarse de “ciertos personajes” que han actuado a favor de la corruptela en los últimos quince años: “Algunos de ellos son reciclados en puestos claves de ministerios importantes que contribuyen a un manejo irregular de los recursos públicos”.

A esto añade que en épocas tan complejas como la pandemia se evidenció cómo estos personajes utilizaron el sistema de salud en medio de la pasividad del poder y lo mismo pasa en áreas estratégicas.

También cuestiona que todos los gobiernos han pregonado que luchan contra la corrupción, han creado entes que supuestamente servirían para este objetivo, pero los hechos demuestran lo contrario.

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A esto hay que sumarle la impunidad que existe en el país. Los delincuentes que han sido sancionados con varios años de cárcel y a la devolución de dinero han salido en libertad gracias a un sistema judicial que está hecho para la corrupción. Estas personas salen de la cárcel sin devolver un centavo”, dice.

Además, el escenario de corrupción se agrava al tener una Asamblea que también está involucrada en actos reñidos con la ley y la moral.

La CNA presentará un pedido de reformas al Código Orgánico Internacional con el objeto de garantizar la reparación integral al Estado e impedir la impunidad: “Queremos buscar que las personas sentenciadas por corrupción no salgan de prisión si no han pagado la reparación al Estado”.

En tanto, el 93 % de los ecuatorianos cree que la corrupción es un problema grande y muy grande en el país, según el Barómetro de la Corrupción 2022, estudio elaborado por Fundación Ciudadanía y Desarrollo, junto con Transparencia Internacional, con el apoyo de la Cooperación Alemana GIZ.

El 73 % sostiene que la corrupción aumentó en el país en los últimos doce meses y solo el 7 % opina que la corrupción disminuyó en el mismo periodo de tiempo.

A la ciudadanía le cuesta identificar acciones y resultados concretos en la lucha contra la corrupción de parte del régimen, indica el documento: tres de cada cuatro personas opinan que el Gobierno actual está haciendo un mal trabajo en el abordaje de ese problema.

Transparencia Internacional aclara que el puntaje del informe puede no contener los recientes hechos de corrupción de un país evaluado y que estos serían considerados en los siguientes reportes: “También es posible que se hayan capturado en el Índice de avances en el control de la corrupción en el sector público que contrarresten los casos negativos. Por otra parte, el índice no evalúa ciertos tipos de corrupción, como el blanqueo de fondos o el soborno transnacional”.

Algunos tipos de corrupción que mide el índice son sobornos, malversación de fondos públicos, funcionarios que utilizan su cargo público para obtener lucro personal sin afrontar las consecuencias. capacidad de los gobiernos para prevenir la corrupción en el sector público, excesiva burocracia en el sector público que puede incrementar las oportunidades de ejercer la corrupción, nepotismo en los nombramientos de funcionarios públicos, entre otros. (I)