Apenas cuatro de cada diez hogares con niñas y niños menores de 5 años reciben servicios de desarrollo infantil en Ecuador, según una encuesta del Fondo de las Naciones Unidas por la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).

La desigualdad también se da en el acceso a los medios para recibir la educación virtual, lo que incrementará las brechas de aprendizaje ya existentes antes de la pandemia, señala el organismo.

Las dos principales necesidades para continuar con la educación a distancia es tener una computadora, internet o mejorar la conexión.

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El informe de la Unicef, publicado en diciembre pasado y titulado Evitemos una década perdida: Hay que actuar ya para revertir los efectos del COVID-19 sobre la infancia y la juventud, señala las consecuencias negativas en el mundo por el cierre de las escuelas y colegios debido a las medidas de confinamiento en los países para reducir los contagios. Además, hace un diagnóstico del retroceso y el aumento de las brechas de aprendizaje generado.

La viceministra de Educación, Cinthya Game, afirma que con las clases presenciales se suplirá en parte este rezago existente y habla sobre la hoja de ruta esbozada por el actual régimen para enfrentar los efectos de la virtualidad obligada dentro de los procesos educativos, sobre todo en la educación pública.

¿Cómo revertir las brechas de aprendizaje más acentuadas que deja la pandemia?

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Diseñamos algunas acciones que nos permiten acompañar estas carencias que vienen desde la pobreza económica que habla el informe hasta la del aprendizaje. En estos casi ocho meses de gestión analizamos opciones en las que la presencialidad es un elemento relevante para dar continuidad a la educación en un estado o equilibrio emocional acorde a las necesidades de la formación integral de los niños, niñas y jóvenes insertos en el sistema educativo. A partir de septiembre (pasado) hemos dado continuidad a la educación a través de los planes institucionales de continuidad educativa (PICE), que tienen una modalidad alternada de retorno progresivo, en un inicio era voluntario, y continuo a las aulas de los establecimientos, lo que dependerá de los aforos, de las indicaciones de los COE (Centros de Operaciones de Emergencia) cantonales y de la aplicación de los protocolos de bioseguridad.

¿Qué diagnóstico han realizado sobre lo que han aprendido los estudiantes en la modalidad virtual?

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En nuestra etapa de diagnóstico del inicio del año escolar en el régimen Sierra y previo a nuestra gestión en el régimen Costa se incorpora la necesidad de identificar las carencias de aprendizaje y eso llevó al programa Aprender a Tiempo, que tiene cinco ejes, de los cuales tres están enfocados a las habilidades comunicacionales, es decir, a la comprensión lectora que el informe (de Unicef) indica, a los conocimientos matemáticos y a las habilidades socioemocionales. Este programa lo aplicamos en 2.000 instituciones educativas fiscales que identificamos en nuestros registros con carencias de aprendizaje. Desde la Subsecretaría a cargo de este programa hacemos un monitoreo en territorio para observar sus avances. Aparte emitimos el acuerdo de flexibilidad curricular, lo que permite a los docentes no solo preocuparse en el avance curricular para llegar a la meta, sino en la educación un poco más personalizada de acuerdo con las carencias de aprendizaje que tengan los estudiantes. Este responde a uno de los puntos que el informe propone sobre la importancia de verificar los aprendizajes en los estudiantes.

Entonces estos programas que menciona están diseñados para suplir los vacíos de conocimiento que tienen los estudiantes de las instituciones educativas fiscales profundizados durante la modalidad virtual obligada debido a la pandemia.

Sí, efectivamente. Las carencias de aprendizaje en relación con los estándares de calidad responden a esta necesidad de buscar otras estrategias y otros recursos. Estamos preparando para complementar en 2022 este programa de Aprender a Tiempo con recursos que permitan fortalecer esas habilidades básicas necesarias para que los estudiantes puedan adquirir las destrezas de acuerdo con su nivel y su necesidad individual en el proceso educativo.

Los analistas afirman que la crisis en la educación viene de décadas. Señalan, por ejemplo, la necesidad de impartir destrezas que impliquen el desarrollo de habilidades para emprender.

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En 2021 comenzamos el programa de Bachillerato Técnico (BT), en él se fortalece en una alianza con el Ministerio de Turismo, de Productividad y la Presidencia de la República con relación a las competencias que los estudiantes deben adquirir para pensar no solo en la reinserción laboral, sino en la reactivación productiva del país. Lo desarrollamos en los últimos tres meses del 2021 y estamos viendo modelos de autogestión, revisando los perfiles del BT. Justamente comenzamos la presencialidad el 22 de noviembre (pasado) con los estudiantes del BT y del sector rural, quienes son los que más necesitaban reactivarse en la continuidad de la educación debido a que estos necesitan la parte práctica. Son 402.000 que están en BT que empezaron ya con la presencialidad en 34 figuras profesionales. Comenzamos las mesas técnicas para revisar los perfiles y la pertinencia a la nueva realidad, que implica incorporar y actualizar ciertos contenidos. Nuestro foco al iniciar, acompañado con el plan de vacunación, uno de los grandes pilares del Gobierno del Encuentro del presidente (de la República), Guillermo Lasso, es llegar a esa reactivación. Por eso los jóvenes de 16 años en adelante fueron los primeros en vacunarse con las dos dosis, lo que dio la seguridad de poder iniciar.

No hay una cobertura del 100 % de los programas de educación inicial que atiende a los menores de 1 a 5 años. Este es un reto que se mantiene desde antes de la pandemia. ¿Qué hace falta para tener una mayor cobertura?

Como dice el informe (de Unicef) son importantes las asociaciones público-privadas y con los Gobiernos autónomos descentralizados, por eso hemos lanzado la estrategia “Apadrina una escuela”, que tiene el eslogan “Desde un borrador hasta una idea”. A nivel de las políticas públicas de la educación inicial, al Ministerio de Educación le corresponden los niños de 3 y 4 años. Los de 1 a 3 años son del Ministerio de Inclusión Económica y Social. En el caso nuestro, hemos atendido hasta el momento en ese subnivel dos que son los niños de 3 y 4 años a 20.528 niños en los servicios de atención familiar para la primera infancia, que es un programa itinerante que se da directamente en casa dentro de una comunidad. Cuando comenzamos nuestra gestión analizamos este programa y a través de un proyecto de inversión lo hemos trabajado y reactivado en estos tres últimos meses para darle continuidad al servicio educativo de la educación inicial. Sé que falta bastante todavía, pero ya hemos comenzado.

¿Tienen previsto ampliar la cobertura durante el 2022?

Estamos trabajando en eso, de poder institucionalizar (el proyecto).

Hay escuelas privadas ubicadas en sitios urbano marginales como Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, que suplían la falta de establecimientos fiscales pero han cerrado durante la pandemia. ¿Cómo se remediará para que estos menores no se queden sin estudiar?

Cuando una institución educativa cierra, dentro de este proceso está el traslado de los estudiantes al distrito y dentro del Ministerio de Educación los reubicaremos nuevamente a establecimientos fiscales. Las particulares que cierran lo hacen por decisión propia, pero sí estamos abiertos y atentos para reubicar a esos estudiantes. Tenemos un déficit en infraestructura a nivel nacional de $ 650 millones. Necesitamos cubrirlo y buscar estrategias como “Apadrina una escuela” y dar continuidad en infraestructuras. En Monte Sinaí preparamos un plan de intervención para poder cerrar el año lectivo y que se reaperturen las instituciones ubicadas en esa zona y dar continuidad con este plan a la educación.

¿Qué harían con los $ 650 millones que les hace falta?

Para reacondicionar, mantener y en algunos lugares hay que derrocar instituciones en deterioro y volver a construir.

¿Este monto no lo tienen para el 2022?

No está presupuestado, por eso tenemos la estrategia “Apadrina una escuela”, esperamos que durante los cuatro años (del régimen de Guillermo Lasso) podamos contar. Pero sí hemos subido un punto muy interesante en relación con lo que el Ministerio de Finanzas nos ha asignado para este tema en el 2022, además de proyectos de inversión como el Banco Mundial, que nos apoya con siete instituciones educativas a nivel nacional para poder reaperturarlas y darles el mantenimiento, y algunas como indico que están muy deterioradas, poder reconstruirlas.

¿Hasta el final del régimen Costa se seguirá con este modelo mixto de presencialidad alternando con lo virtual, que se aplica en algunas escuelas?

Trabajamos articulados con el COE nacional y el Ministerio de Salud Pública, participamos semanalmente de las reuniones para tomar las decisiones de la continuidad de la presencialidad en la educación. La continuidad de la educación está garantizada a través de la aprobación de los PICE, los que se reactivan en la segunda semana de enero, es decir, a partir del 10 de enero de 2022. Los establecimientos que los tenían aprobados continuarán con esa presencialidad y obviamente habrá que hacer ajustes porque en cada cantón hay un comportamiento diferente respecto a lo que ocurre con el virus del COVID-19.

¿Para el nuevo año lectivo la presencialidad será obligatoria?

La ministra de Educación, María Brown, ya lo anunció, el próximo 3 de mayo regresaremos a la presencialidad en el régimen Costa. Esperamos que este derecho a la vacunación pueda cubrir a la población que accederá y garantizar con esto la continuidad de la educación.

El acceso a una educación de calidad implica la reducción de la pobreza infantil en el futuro, por eso es importante lo que hagan para ayudar a estas familias vulnerables.

La pertinencia de la educación garantiza el aprendizaje y, por lo tanto, disminuye la pobreza en aprendizaje. Esto lo tenemos muy claro, poder apoyar y continuar con la calidad de la educación. Sabemos que debemos trabajar mucho en ella, por eso estamos flexibilizando, contextualizando la educación, revisando el currículo nacional para hacer ajustes con énfasis en competencias que tengan relevancia para la realidad actual, como las comunicacionales, de pensamiento crítico, digitales y socioemocionales. Estamos conscientes, trabajamos en eso, estamos en esa construcción y aparte de acuerdo con la nueva Ley (Orgánica de Educación Intercultural) pensamos en las nuevas modalidades. Una de ellas que estamos construyendo es la de distancia. Para eso preparamos dos colegios fiscales que se aperturarán el 7 de febrero y el 3 de mayo próximos, respectivamente, para el régimen Sierra/Amazonía y Costa/Galápagos. Eso permite reactivar económicamente a la sociedad y disminuir los índices de pobreza que enmarcan a todo un sistema. El Gobierno actual trabaja de forma articulada. (I)