Paola Giler, de 43 años de edad, creía que el hospital Municipal Bicentenario de Guayaquil, que funciona en las instalaciones de la cerrada maternidad Enrique Sotomayor, solo atendía los casos de COVID-19 y las secuelas que provoca.

Una amiga le dijo lo contrario por lo que acudió en octubre pasado en busca de una operación en la rodilla, que en la red del Ministerio de Salud Pública (MSP) no terminaban de hacerle.

Su padecimiento empezó el 6 de febrero de 2022 cuando tuvo una caída. Del dispensario del MSP en Sauces 3 la enviaron al Hospital General Guasmo Sur, en Guayaquil, y de allí la derivaron en mayo pasado a un servidor privado.

Publicidad

“Dijeron que no estaban haciendo ese tipo de cirugías, por eso me derivaron pero la institución particular me daba muchas largas. Cada mes sucedía algo más por parte del médico hasta que en octubre (último) me dijeron que posiblemente me operarían este año. No podía esperar porque luego mi cirugía iba a ser abierta, por eso busqué alternativas”, dice esta ama de casa.

En el Bicentenario tuvo su primera cita el 31 de octubre, ese mismo día consiguió el turno y finalmente entró a cirugía el 21 de diciembre pasado, de forma gratuita. El diagnóstico fue daño en los meniscos de la rodilla derecha.

“La operación de reconstrucción duró cuarenta minutos. En las resonancias (magnéticas) del MSP y de la unidad particular a la que me derivaron me salía que el problema era en los ligamentos, que el uno estaba roto y el otro desgarrado, pero al entrar al quirófano los médicos vieron que no era así, los que sí estaban dañados eran los meniscos que me los repararon”.

Publicidad

El problema está en que detuvo el proceso de rehabilitación, servicio que la red municipal ofrece en sus establecimientos de salud con la contratación de un prestador privado. “Como el contrato terminó se decidió no renovarlo, ya que estamos en un periodo de transición por el cambio de administración”, reconoce Hugo Guillén, director del hospital Bicentenario.

Es lo único que al momento no está habilitado en la red municipal de salud, agrega Guillén.

Publicidad

La aspiración es que la nueva administración del alcalde electo, Aquiles Álvarez (del movimiento correísta Revolución Ciudadana), recontrate este servicio a partir del 14 de mayo próximo, cuando se tiene previsto que asuma en reemplazo de Cynthia Viteri, quien deja el cargo y cierra 31 años de administración del Partido Social Cristiano (PSC) en la ciudad.

Paola está a la espera de retomar su rehabilitación en fisioterapia. Hizo la última el 17 de febrero pasado. “Al no tenerla he tenido un retroceso y privadamente cuesta desde $ 15 cada una, al Bicentenario acudía una vez a la semana que al menos es una ayuda, ojalá que no cierren porque la atención en los centros del MSP es engorrosa y difícil”, asegura.

El Bicentenario está habilitado desde mayo del 2020 y nació para atender los casos de COVID-19, pero luego sus servicios fueron ampliados, señala Guillén. Es el único de la red municipal que tiene la categoría de hospital general, que otorga el MSP. Emplea a 84 servidores (40 médicos más 44 enfermeros, auxiliares, terapistas respiratorios y personal administrativo) y posee dos quirófanos.

El servicio en la red de hospitales del Municipio de Guayaquil abarca la entrega de medicinas de forma gratuita. Foto: Xavier Ramos

Una repotenciación, que ya fue contratada, abarcará la instalación de cuatro quirófanos más durante este año. “Al momento hay 35 personas al mes beneficiadas de estas cirugías. Acuden a nosotros ante el colapso de las listas de espera del MSP, todo acá es completamente gratuito”, recalca Guillén.

Publicidad

Los servicios de salud municipales incluyen una unidad de enfermedades infecciosas y un programa de control de vectores y de plagas. Un total de 800 personas trabajan en estas labores, incluido el personal del Bicentenario, añade Guillén.

Solo el área de medicina general atiende a 500.000 pacientes cada año. El presupuesto para el 2023 de la Dirección de Salud e Higiene del Municipio es de $ 15′492.834, que abarca la operación de lo habilitado, más la ejecución de nuevas obras que ya fueron contratadas para este año.

No se ha desvinculado a nadie, todos están en sus puestos. El trabajo que hacemos tiene que seguir siendo lo más prolijo posible, a pesar de cualquier situación política que atraviese la ciudad. La nueva administración tiene que ver el impacto social grande de esta dirección en la población. La cobertura universal de salud es una utopía y nosotros hemos hecho un gran aporte al ente rector que es el Ministerio de Salud para poder alcanzarla”, añade Guillén.

La red municipal cuenta con 53 establecimientos desplegados en las parroquias urbanas y rurales. Estos incluyen 34 clínicas móviles distribuidas en las zonas urbano marginales de la ciudad, consultorios rurales en El Morro, Progreso y Puná, dispensarios y ocho hospitales del día clínicos y quirúrgicos.

En estos últimos se hacen cirugías programadas y ambulatorias, como reparación de hernias, colecistectomía (retiro de la vesícula biliar), exéresis de lipomas (extirpación de masas superficiales) y de algunas tumoraciones blandas benignas.

En la red de hospitales municipales, indica Guillén, hay laboratorio clínico, servicio de rayos X y ecografías. Solo en el Bicentenario hay tomografías.

Un laboratorio móvil de Rayos X de ecografías se ubica en los exteriores de los hospitales del Día, ya que no todos cuentan con una unidad fija.

Lucrecia Garcés, de 67 años, es otra de los 7.500 pacientes al mes que atiende el Bicentenario (90.000 al año). Llegó en marzo del 2022 con dolor en el pecho y una tos intensa. Sospechaba que era coronavirus por lo que fue al lugar, donde se lo confirmaron tras los exámenes respectivos.

Pero en junio del año pasado sufrió una quemadura de segundo grado en el dedo índice de la mano derecha, por lo que retornó al área de emergencias. “Me hicieron radiografía y ecografía para verificar que el daño no avanzara al hueso”.

Durante el tratamiento compró cremas, que no se las dieron porque no las tenían, dice, pero si recibe medicinas y que la diferencia con los hospitales del MSP está en una atención más cordial. “Me dan ácido fólico, digeril, paracetamol, omeprazol. Me dicen no hay tal cosa porque no han traído, puede comprar me preguntan, y yo les digo que si, acá el trato es diferente”, menciona.

Como la herida de la quemadura era profunda y no se curaba, afirma Lucrecia, en el Bicentenario creyeron que era diabética y le hicieron el examen, pero no resultó así. Ella se sigue atendiendo en este centro hospitalario.

Incluso decidió esperar su turno hasta mayo próximo para unos exámenes de laboratorio. “Me dijeron que había para esa fecha, que si podía me los haga antes afuera, pero les dije que me quedaba con ellos. La atención de los médicos es muy agradable”, asegura.

En el centro de salud del MSP ubicado en Venezuela y Portete, en el suroeste de la ciudad, Lucrecia ha palpado una atención diferente: “Uno dice niña por favor y de una te responden espere, sin ninguna explicación”, acota esta comerciante que no es jubilada.

El papel municipal, de la mano con el MSP, se centra también en el control de vectores y plagas con jornadas de fumigación y desratización, al igual que una unidad de prevención de enfermedades infecciosas, que opera desde el Bicentenario. Este último posee un programa de eliminación de la sífilis congénita, que tiene un gran impacto ya que ese es uno de los objetivos mundiales para este siglo, afirma Guillén.

El hospital del Día de Puná y la repotenciación del Bicentenario quedan ya contratados

La repotenciación del hospital Municipal Bicentenario incluye la adecuación de nuevas áreas de hospitalización en las especialidades de pediatría, ginecología, medicina interna y cirugía general.

Las obras contratadas abarcan también la construcción del hospital del Día en la parroquia rural Puná, que atenderá las 24 horas. Habrá consulta externa en las áreas de medicina general, psicología y odontología con laboratorio clínico y de imágenes.

La atención de emergencia es de triaje (por prioridad), procedimientos menores, observación e hidratación.

Esta obra en la isla Puná es una aspiración esperada por décadas por los habitantes que están a merced de embarcaciones para atenderse sus dolencias, ya sea en Guayaquil o Posorja, las localidades más cercanas.

Ambas obras tienen previsto hacerse hasta diciembre del 2023. (I)