El olor a eucalipto, orégano, palo santo e ylang-ylang se percibe al ingreso de la finca de Young Living, ubicada en la parroquia Chongón, en Guayaquil.

Desde ese sitio se producen más de 2.000 kilos de aceites esenciales anuales, los cuales son exportados a la matriz de la multinacional, asentada en Utah (Estados Unidos), para luego ser envasados y enviados a más de cien países. Incluso regresan a Ecuador para su venta y uso en los tratamientos del spa de la compañía.

El fuerte de los ingresos de la sucursal en Ecuador proviene de afuera, tanto en productos como en servicios de masajes, baños florales, terapias corporales, mascarillas faciales, entre otros.

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José Serrano, gerente financiero de Young Living, afirma que en los dos últimos años de la pandemia de COVID-19 se han invertido 3,5 millones de dólares en las cuatro empresas del grupo en Ecuador: Young Living Essential Oils, NovaVita Wellness Center, Finca Botánica Young Living y Fundación Young Living.

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Esa inversión se concentró en la ampliación del edificio de NovaVita, esto es, la construcción de un restaurante y más bungalós. Estos últimos son habitaciones para hospedarse.

Los masajes con aceites esenciales son uno de los servicios en NovaVita. Foto: Belén Zapata Mora.

Además, prevén en los próximos meses una ampliación de hectáreas para la producción de los aceites: pasarán de 47 a 120 hectáreas, y con esto también surgirá la necesidad de expandir la destiladora donde nacen los aceites esenciales.

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Con estos desarrollos esperan generar aproximadamente 30 plazas de empleo adicionales en la finca y la involucración de 2.000 nuevos socios comerciales, que se transforman en emprendedores porque ofertan los productos. Actualmente existen 7.000.

Otro de los detalles es que hace poco la compañía abrió una finca en el cantón Mera, en la provincia de Pastaza, donde produce la ocotea, uno de sus aceites.

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“Siempre en una inversión hay un análisis de retorno. La meta es recuperarla a largo plazo”, dice Serrano, quien agrega que los ingresos extranjeros bordean los $ 3 o $ 4 millones al año. La demanda nacional es menor.

Y aunque no todos los aceites se crean en Ecuador, la aceptación ha sido importante, indica Orlando Pacheco, gerente de Producción Finca Young Living.

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Desde la finca de Chongón surgen ocho aceites: palo santo, eucalipto, dorado azul, orégano, ylang-ylang, ocotea, melisa inca, paicotea. Y desde la finca de Mera, ocotea.

Su producción es todo el año porque, de acuerdo con Pacheco, las estaciones de verano e invierno son ideales para las plantaciones, además de que la tierra de Chongón es muy fértil.

“La cantidad de ylang-ylang es la que supera a los demás; por eso tenemos que ampliar la destiladora, porque nosotros teníamos una producción que bordeaba los 2.000 kilos de aceite al año, y esperamos sobrepasar los 3.000 kilos de aceite”, comenta Pacheco.

Tras un proceso, mediante técnicas como la destilación al vapor, se obtienen los aceites esenciales. En la foto se observa cómo el aceite está separado del agua. Foto: Belén Zapata Mora.

Pero la demanda no fue solo el motivo, sino tener un equilibrio en los turnos laborales. “Nosotros teníamos que hacer muchos turnos cuando teníamos producciones altas, y por eso se hizo un análisis tanto financiero como productivo”, señala.

Y estas inversiones también conllevan el lanzamiento de productos que se unen a los más de cien dentro de su portafolio. Desde el 2020 ofertan en su tienda ubicada en Mall del Sol pastas dentales con aceites esenciales.

Carlos Meléndez, gerente para Colombia y Ecuador, menciona que próximamente lanzarán un roll-on para niños con mezclas específicas. Por ejemplo, para conciliar el sueño, liberar el estrés, ayudar a la función digestiva, potenciar la concentración y demás.

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“Es un frasquito con un pequeño roll-on para ponértelo en el cuello o frente”, indica Meléndez.

En tanto, Young Living también planifica inversiones en su parte social, esto es, en la escuela y colegio de esa parroquia, donde se educa a 350 estudiantes de manera gratuita.

Andrea Ollague, gerente general de la Fundación Young Living, señala que la inversión anual es de $ 1,2 millones; dentro de esto constan uniformes, internet, transporte, equipos tecnológicos, nutrición y educación para los menores.

Cuenta que, durante la pandemia, se entregaron todos los equipos a los estudiantes para que recibieran clases telemáticas.

Esperan instruir a 1.000 estudiantes con la nueva infraestructura que está construyéndose cerca de la escuela, en un terreno de trece hectáreas.

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“Se adquirieron trece hectáreas nuevas, y nuestro plan a un futuro cercano es ampliar edificios y conseguir padrinos y tener 1.000 estudiantes”, dice Ollague.

La compañía tiene una academia donde estudian 350 niños de manera gratuita. Un porcentaje de las ventas va destinada a esta actividad. Foto: Belén Zapata Mora.

Esta labor es en beneficio de los niños de Chongón, que cada vez incrementa más el interés de las familias; pero Johnny González, rector de Young Living Academy, enfatiza que se analiza cada caso.

“Se analiza la situación económica. Ha habido casos de chicos que los han dejado solos en un cuartito y que los vecinos les dan de comer; si no los ayudábamos, no lo hacía nadie, y es una alta posibilidad de caer en las drogas”, relata González y añade que en la institución se enseña todo: computación, inglés y hasta lenguaje de señas. (I)