Hace seis décadas, un muro de casi 160 kilómetros de extensión atravesaba Alemania; 43 de estos cruzaban la capital, ciudad que daría nombre al famoso Muro de Berlín, que se mantuvo en pie por casi treinta años, hasta el 9 de noviembre de 1989, cuando fue derrumbado por los ciudadanos del este y el oeste, dando fin a uno de los periodos más tensos en la historia: la Guerra Fría.

El país europeo recordó el viernes los sesenta años del domingo 13 de agosto de 1961, día en que se inició la construcción del muro que partió la ciudad y cuyos restos son ahora objeto de curiosidad para el visitante o de reflexión sobre la traumática división, recoge EFE.

A primeras horas de aquel domingo, las autoridades comunistas de la Alemania del este empezaron a construir el Muro de Berlín, cortando la ciudad en dos y taponando la última abertura de la “cortina de acero”.

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Dos meses antes del inicio de las obras, el gobernante de la República Democrática Alemana (RDA), Walter Ulbricht, había asegurado que nadie tenía la intención de construir un muro. Muchos historiadores piensan que, en realidad, quería cerrar la frontera en Berlín ya mucho antes, recoge DW.

Torre de seguridad de lo que un día fue el Muro de Berlín. Foto: EFE

Los rumores de que la frontera entre el este y el oeste de Berlín estaba a punto de cerrarse empezaron 48 horas antes, y a medida que pasaban las horas se hacían más reales. Dos días antes, el Parlamento o Cámara del Pueblo de la comunista RDA había dado luz verde para tomar las medidas necesarias a fin de contener el éxodo de su población hacia el oeste.

A lo largo de doce años, más de tres millones de ciudadanos huyeron del estricto régimen y optaron por la libertad y la prosperidad que ofrecía Alemania occidental.

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”Alambradas y púas defensivas fueron instaladas durante la noche para cerrar herméticamente la frontera entre Berlín este y Berlín oeste... La carretera está prácticamente bloqueada para refugiados. La mayoría de los puntos de paso entre los dos lados de la ciudad han sido bloqueados desde el alba y patrullas policiales con armas al hombro los vigilan”, describía un corresponsal de AFP presente en el lugar en ese entonces.

Durante más de 28 años, los 156,4 kilómetros de muro constituyeron una representación física de la cortina de acero” que dividió Alemania y Europa, y fueron escenario de al menos 140 muertes, pero también de al menos 5.075 fugas exitosas.

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La frontera interna se volvió cada vez más impermeable. Personas que intentaron escapar murieron bajo la lluvia de balazos de los policías fronterizos. “Para nosotros eran traidores… Da igual cuales fueran los motivos, políticos o económicos, nada justificaba una huida”, dijo el teniente Harald Jäger, un hombre del servicio de inteligencia germano oriental, conocido como Stasi, en un documental de la televisora alemana ARD y DW.

Murales en Alemania en memoria de lo que fueron los 28 años que el Muro de Berlín estuvo levantado. Foto: EFE

Cada 13 de agosto, Berlín recuerda en primer lugar a los muertos que perdieron la vida junto al muro y los alambres de espinas, pero también “el sufrimiento humano que causó la división de la ciudad y del país con la separación de familias, amigos y allegados, y la pérdida de oportunidades en la vida”, dice el alcalde-gobernador de Berlín, el socialdemócrata Michael Müller.

Müller ha hecho un llamado a mantener vivo el recuerdo de lo acontecido el 13 de agosto, sobre todo porque las generaciones más jóvenes “tuvieron la suerte de no vivir esta división”, y la memoria colectiva les permitirá valorar el concepto de libertad.

El recuerdo de las víctimas del Muro debe servir también para trasladar a aquellas personas que no vivieron los horrores de un régimen totalitario “el valor de los derechos democráticos fundamentales y los peligros de las ideologías totalitarias”, dice la ministra de Cultura, Monika Grütters.

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Como acto central del 60.º aniversario de la construcción del Muro, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y el alcalde-gobernador de la ciudad participaron en una ceremonia en el memorial y centro de documentación del Muro de Berlín en la avenida Bernauer Strasse.

Restos del Muro ya son parte del paisaje urbano

Los restos más conocidos del Muro que quedan en pie se encuentran, entre otros lugares, en la llamada East Side Gallery —1,3 kilómetros de Muro con grafitis de diversos artistas, entre ellos, el famoso “beso de tornillo” entre los líderes soviético y germano-oriental, Leonid Brézhnev y Erich Honecker, obra de Dmitri Vrúbel— y en la Potsdamer Platz.

El Muro de Berlín se mantuvo en pie hasta el 9 de noviembre de 1989, cuando fue derrumbado por los ciudadanos del este y el oeste. Foto: EFE

El tramo en la calle Niederkirchner Straße —cerca de Checkpoint Charlie, antiguo control fronterizo entre el este y el sector estadounidense— atrae también a los curiosos, así como los restos en la calle Bernauer Strasse, símbolo de la división alemana por haber quedado partida por el Muro y donde se encuentra también el centro de documentación del Muro.

Por su ubicación, otros pedazos de Muro pasan desapercibidos para turistas y berlineses, como el tramo en el cruce de las calles Dolomitenstrasse y Maximilianstrasse, en el distrito de Pankow, en el norte de la ciudad, que el año pasado perdió 60 de sus 70 metros todavía en pie para hacer sitio a un proyecto de vivienda nueva. (I)