Un equipo de arqueólogos de Pompeya descubrió los restos de una “habitación de esclavos”, en un hallazgo excepcionalmente raro en una villa romana destruida por la erupción del Vesubio hace casi 2.000 años.

El pequeño cuarto de tres camas, una vasija de cerámica y un cofre de madera fue descubierto durante una excavación en la Villa de Civita Giuliana, a pocos cientos de metros del resto de la ciudad antigua.

A principios de este año, los arqueólogos también descubrieron una carroza romana ornamentada y casi intacta. Los arqueólogos creen que la habitación descubierta el sábado albergaba a los esclavos encargados de mantener y preparar la carroza.

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“Es una ventana a la precaria realidad de unas personas que rara vez aparecen en las fuentes históricas, escritas casi exclusivamente por hombres de la élite”, dijo el director general de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel, sobre un descubrimiento que calificó como “de los más emocionantes” de su vida como arqueólogo.

Pompeya quedó sepultada bajo cenizas cuando el Vesubio entró en erupción en el año 79 d. C., matando a los que no consiguieron abandonar la ciudad a tiempo.

El cuarto de 16 metros cuadrados servía como dormitorio y almacén: además de tres camas -una de ellas de tamaño infantil- había ocho ánforas en un rincón.

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El cofre de madera contenía objetos de metal que parecían formar parte de los arneses de los caballos de las carrozas. También se encontró un eje de aquella, apoyado en una de las camas.

“La habitación nos ofrece una rara visión de la realidad cotidiana de los esclavos, gracias al excepcional estado de conservación de la misma”, dijo el parque arqueológico de Pompeya.

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Las camas estaban formadas por varios tablones de madera, que podían ajustarse según la altura de la persona que las utilizaba.

Dos de ellas medían alrededor de 1,7 metros de largo y la otra 1,4 metros, por lo que podría haber pertenecido a un niño. Según el parque arqueológico, los tres esclavos podrían haber sido una familia.

Los arqueólogos también encontraron varios objetos personales bajo las camas, incluida una ánfora para pertenencias personales, jarras de cerámica y lo que podría ser un orinal.

La habitación estaba iluminada por una pequeña ventana superior, y no hay rastros ni decoraciones en las paredes.

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La excavación forma parte de un programa puesto en marcha en 2017 destinado a luchar contra la actividad ilegal en la zona, que incluye la excavación de túneles para llegar a piezas que puedan venderse en mercados ilícitos. (I)