Durante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) el tema que más se trata es la situación en Nicaragua. Aunque este jueves el tópico Venezuela también estuvo presente en la cita.

En el segundo día, Nicaragua volvió a pedir respeto y rechazó que se trate de hacer una resolución sobre la “situación” en el país centroamericano, la cual es promovida por las representaciones de Canadá, Antigua y Barbuda, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, República Dominicana y Uruguay para ser debatido en la Asamblea General, que Guatemala acoge hasta el viernes de forma virtual.

La resolución propuesta deplora el caso omiso del país centroamericano a las iniciativas diplomáticas y técnicas emprendidas desde junio de 2019 por la OEA para promover la “democracia representativa y la protección de los derechos humanos”. También busca declarar que las elecciones celebradas el pasado domingo en Nicaragua, en las que el presidente Daniel Ortega fue reelecto, “no fueron libres, justas ni transparentes, y no tienen legitimidad democrática”; de igual forma, que “las instituciones democráticas de Nicaragua han sido seriamente socavadas por el Gobierno”.

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Con los resultados del domingo, Ortega, quien gobierna desde 2007 tras haberlo hecho de 1979 a 1990, se garantizó cinco años más como presidente, nuevamente con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta. Ambos acusados de reprimir todo tipo de oposición, recoge EFE.

Desde las protestas de 2018, que pedían la dimisión de Ortega y se saldaron con cientos de muertos, se han ido sucediendo las detenciones.

La OEA lleva tiempo llamando a Nicaragua a respetar los derechos humanos y adoptó dos resoluciones en las que pedía la liberación “de los presos políticos” y unos comicios “libres y justos”.

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En la resolución aprobada en octubre advertía a Managua que en la asamblea general inaugurada este miércoles podría tomar “otras acciones en conformidad con la Carta de la Organización de Estados Americanos y la Carta Democrática Interamericana”.

Por “otras acciones” se entiende una eventual suspensión. Esta no aislaría completamente a Nicaragua a nivel internacional, “porque el régimen de Ortega cuenta con el apoyo de varios países que no son miembros de la OEA, los cuales, presumiblemente, continuarán dándole soporte diplomático, económico, comercial y financiero”, afirma a la AFP Luis Guillermo Solís, expresidente de Costa Rica y director interino del Centro de Estudios de América Latina y el Caribe Kimberly Green.

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La no suspensión de Nicaragua en la OEA “sería un fracaso de la comunidad internacional”, apunta Joel Martínez, analista del Center for American Progress.

Solís resalta la dificultad de inducir a un país a acatar sus obligaciones internacionales si se niega “de manera reiterada, desafiante y tozuda”. Por eso considera más eficaz que la negociación corra a cargo de organizaciones humanitarias apolíticas, de una personalidad que no esté vinculada a Nicaragua, como un premio nobel o una figura artística o deportiva, o incluso de alguien que simpatice con la causa de Ortega y precisamente por ello tenga un cierto “poder de convocatoria”.

En cualquier caso, la OEA enfrenta un quebradero de cabeza diplomático de desenlace incierto.

Además este jueves un organismo humanitario local, Nicaragua Nunca Más, aseguró que al menos 95.000 nicaragüenses han dejado el país en lo que va de 2021, principalmente a Estados Unidos, como consecuencia de la crisis que vive Nicaragua desde abril de 2018 y que se ha agravado este año con la cascada de arrestos de dirigentes opositores en el marco del contexto electoral.

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En tanto, en otra polémica, México y Argentina encabezaron un grupo de países que objetó la presencia de la representación del líder opositor venezolano Juan Guaidó en la 51.ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), y señalaron que el Gobierno de Nicolás Maduro anunció su decisión de abandonar ese organismo en 2017.

La embajadora de México ante la OEA, Luz Elena Baños Rivas, indicó a AFP que la inclusión de la representación actual de Venezuela sienta “un precedente muy grave”, y exigió que se “incluya un pie de página en todas las resoluciones” en el que se informe al respecto.

De la misma manera se pronunció el representante permanente de Bolivia en la OEA, Héctor Enrique Arce Zaconeta, quien enfatizó que su país “no acepta las credenciales de Venezuela, de igual forma como México”.

Al discurso de México y Bolivia sobre la representación de Venezuela se sumaron los representantes de Nicaragua, Argentina, Dominica, Antigua y Barbuda, Belice y Trinidad y Tobago.

La OEA reconoce desde 2019 como representante de Venezuela a la Asamblea Nacional de Venezuela (AN, Parlamento) dirigida por el líder opositor Guaidó, después de que el régimen de Maduro oficializara su salida del ente en 2017.

En la cita, Costa Rica y República Dominicana pidieron, por su parte, incluir en el temario “la situación de Haití”, que vive un proceso de crisis política, social y económica acrecentada por el asesinato de su presidente el pasado 7 de julio en su domicilio.

Guatemala es el país anfitrión de la 51.ª Asamblea General de la OEA, que se desarrolla del 10 al 12 de noviembre de forma virtual por segundo año consecutivo por la pandemia del COVID-19, con un escenario dominado por las cuestionadas elecciones de Nicaragua y bajo el lema “Por una América renovada”. (I)