Jeffrey Epstein, el magnate acusado por delitos sexuales desde el 2008, fue encontrado sin vida en la celda del Centro Correccional Metropolitano en Manhattan, el 10 de agosto del 2019.
Su muerte fue catalogada como suicidio, pues se lo encontró con una soga al cuello, menos de un mes después de su primer intento de acabar con su vida, el 23 de julio de ese mismo año.
Epstein se declaró culpable de agresiones sexuales a menores en el 2008 por el estado de Florida, por lo que fue arrestado por trece meses. El 6 de julio del 2019 fue condenado nuevamente por tráfico de menores.
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Jeffrey Epstein no se suicidó, fue asesinado, de acuerdo a evidencias valoradas por un forense
El New York Times recopiló toda la información sobre los últimos días de Jeffrey Epstein tras presentar una demanda bajo la Ley de Libertad de Información a la Oficina Federal de Prisiones. El documento, de más de dos mil páginas, señala todas las interacciones que tuvo el prisionero en ese último mes de vida.
La mayoría de su tiempo, Epstein se reunió con su abogado en una sala de conferencias. Cuando no estaba discutiendo su futuro legal, el agresor sexual se reunía con los psicólogos de la prisión.
Desde su primer intento de suicidio, Epstein se encontraba bajo vigilancia constante. Sin embargo, esa última noche estuvo totalmente solo. El registro indica que el prisionero llamó a su novia, cuando había solicitado hablar con su madre.
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Otras de las inconsistencias encontradas en el documento de la Oficina Federal de Prisiones fue que a Jeffrey Epstein se lo catalogaba formalmente como un hombre de color sin antecedentes de delitos sexuales.
Se conoce además que el prisionero negaba cualquier tipo de depresión o ganas de acabar con su vida, pero la reconstrucción psicológica de su muerte demuestra que el ambiente en el que vivió los últimos días el empresario impulsó su suicidio. Habiendo perdido el poder, las conexiones y la libertad, el agresor sexual tomó la decisión final. (I)