El canciller de Alemania, Olaf Scholz, reafirmó este domingo que su país no permitirá que la guerra en Ucrania escale a un conflicto entre Rusia y la OTAN, tras reunirse en Santiago con el presidente chileno Gabriel Boric, en el marco de su gira por Sudamérica.

“Hemos contribuido a que no haya una escalada del conflicto porque esto tendría consecuencias graves para todo el mundo. Esto llevaría, por ejemplo, a una guerra entre Rusia y los países de la OTAN, esto no sucederá, vamos a evitarlo con todos nuestros esfuerzos, lo hemos conseguido hasta ahora y lo seguiremos haciendo”, dijo el jefe del gobierno alemán.

Tras declarar en una entrevista este domingo con un medio alemán que no enviaría aviones de combate a Ucrania luego de haber prometido 14 tanques Leopard 2, el canciller alemán explicó en Santiago que junto al presidente de Estados Unidos Joe Biden “rechazamos enviar tropas a Ucrania” con el fin de evitar una escalada del conflicto.

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“Se trata de apoyar a Ucrania, se trata de tener un debate serio para tomar las decisiones que se tengan que tomar y no debería ser una competencia de quien envía más armas”, explicó Scholz.

El líder alemán recordó que Alemania “ha entregado apoyo como otros países de forma financiera, de forma humanitaria y también envíos de armas es nuestra obligación”.

“No existe un país que apoye mas a Ucrania que Alemania”, añadió.

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Por su parte, Boric indicó que sostendrá a la brevedad una videollamada con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, y reafirmó su compromiso de apoyar “en materia de desminado” una vez que acabe la guerra y “contribuir multilateralmente a la paz”.

“Vamos a defender siempre el multilateralismo, la resolución pacifica de los conflictos y la vigencia de los derechos humanos”, manifestó el mandatario chileno.

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La gira de Scholz por Sudamérica comenzó el sábado en Argentina donde se reunió con el presidente Alberto Fernández. El lunes, el canciller alemán continuará en Santiago para reunirse con empresarios chilenos y alemanes.

Luego de ese encuentro partirá a Brasil y se convertirá en el primer líder de las potencias occidentales en reunirse con Lula da Silva desde que éste asumió la presidencia el 1 de enero. (i)