Uno de los países con el programa de vacunación más avanzado del mundo es sudamericano y ya ve resultados.

Este lunes Chile reportó 1.015 casos nuevos de coronavirus, la cifra más baja desde noviembre pasado, al tiempo que los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos bajaron de los 2.000 por primera vez en cuatro meses.

“La incidencia de casos confirmados a 7 días alcanza los 81 casos por 100.000 habitantes”, dijo el ministro chileno de Salud, Enrique Paris.

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El balance total desde el inicio de la pandemia queda así en 1,6 millones de casos y 34.539 decesos, tras registrarse 24 muertos en las últimas 24 horas.

La tasa nacional de positividad -número de positivos por cada 100.000 pruebas PCR- fue por segundo día consecutivo inferior al 3 % (2,9 %) tras realizarse más de 30.600 exámenes.

La positividad nacional lleva dos semanas por debajo del 5 %, el umbral que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dar por controlada la pandemia.

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También descendió hasta 1.991 el número de pacientes hospitalizados en cuidados intensivos y a 11.575 los casos activos, es decir, las personas que puedan contagiar actualmente el virus.

“Los pacientes COVID son el 56 % del total de pacientes en unidades de cuidados intensivos, disminuyendo los ingresos un 65 %, desde los 243 en abril a los 74 en la media móvil de julio”, agregó Paris.

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Dada la favorable situación epidemiológica, desde el pasado jueves el país encara la pandemia con medidas menos estrictas y mayores ventajas para los vacunados, que pueden acceder a gimnasios, teatros, cines y centros de adultos mayores.

En la zona metropolitana de Santiago, donde viven 8 de los 19 millones de habitantes del país y fue durante meses el epicentro de la pandemia, se levanta a partir de esta semana la cuarentena que rige desde hace meses sábados y domingos.

Chile ha desplegado uno de los procesos de vacunación contra el COVID-19 más exitosos del mundo, que al día de hoy alcanza a más del 85 % de la población objetivo con una dosis y con casi 11,6 millones de personas con dos inyecciones, la mayor parte con Coronavac y en menor medida con Pfizer, AstraZeneca y CanSino.

El país, que mantiene el toque de queda y las fronteras cerradas hasta el 25 de julio, estudia aplicar una tercera dosis con el objetivo de evitar rebrotes, especialmente tras la llegada de la variante delta, de la que ya se confirmaron casi una veintena de casos. (I)

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