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Foto: Cortesía del Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Foto: Archivo

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El covid podría propagarse potencialmente de los cadáveres a los vivos como si fuera un zombie, según sugieren dos nuevos estudios. Científicos en Japón encontraron rastros del coronavirus en las fosas nasales y los pulmones de cadáveres humanos y de hámsteres recientemente fallecidos hasta 17 días después de la autopsia.

Advirtieron que si bien el riesgo de transmisión de cadáveres al público en general es bajo, principalmente limitado a médicos forenses, patólogos y trabajadores de la salud, esas personas y familias en duelo deben tener cuidado.

“Es posible que los virus infecciosos se transmitan a través de los gases post mortem producidos por el proceso de descomposición u otros cambios post mortem en el cadáver”, escribieron los autores de uno de los estudios. En un estudio sobre roedores, los investigadores infectaron a un grupo de hámsteres con el coronavirus y los sacrificaron entre 24 y 48 horas después.

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Luego, sus cuerpos fueron desinfectados en un baño de alcohol durante 30 segundos y envueltos con una red de alambre para evitar que fueran canibalizados por hámsteres vivos en la misma jaula. Separaron a los roedores en dos grupos. En una jaula, colocaron un cuerpo envuelto y dos hámsteres no infectados, y en la otra jaula, pusieron juntos un ratóon infectado vivo y dos hámsteres no infectados. Veinticuatro horas después, encontraron títulos altos, o anticuerpos residuales de la infección, en los pulmones y la nariz de los hámsters vivos.

El covid se transmitió de todos los hámsteres infectados vivos en ambas condiciones de alojamiento compartido, mientras que los hámsteres infectados muertos mantuvieron altos títulos de virus en sus pulmones y narices 24 horas después de la autopsia.

También se descubrió que un método de entierro tradicional japonés, en el que se usan almohadillas de algodón para tapar las fosas nasales, la boca, las orejas y el recto del cadáver, atrapando los gases que escapan naturalmente cuando una persona muere, previene la transmisión.

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La costumbre, llamada Angel care, evitó efectivamente la transmisión de un hámster muerto. En el estudio que involucró a humanos, los científicos japoneses recolectaron ocho hisopos nasales y 11 muestras de pulmón de 11 casos de autopsia con covid en 2021 e investigaron la composición genética de las cepas virales.

Sus resultados mostraron que el virus estaba presente en seis de los 11 casos. Cuatro de esos 11 casos se encontraron a través de hisopos nasales, mientras que nueve de 19 muestras de pulmón mostraron evidencia del virus hasta 13 días después de la muerte.

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“Por lo tanto, se deben tomar las medidas adecuadas de control de infecciones al manipular cadáveres”, concluyeron.

El Ministerio de Salud de Japón decidió esta semana revertir las restricciones funerarias de la era de la pandemia que instaban a los familiares en duelo que eran contactos cercanos de los fallecidos a abstenerse de tocar o ver los cuerpos, o incluso asistir a sus funerales, privando a muchas familias de la oportunidad de una última adiós. (I)

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