Tras las reuniones de los principales líderes mundiales en los primeros días, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26) pasó a otra etapa en la que representantes de niveles inferiores, como ministros o secretarios, siguen las negociaciones de lo anunciado en los días previos.

La Unión Europea (UE) urgió ayer a los participantes de la cumbre del clima COP26 a mostrar mayor ambición en el recorte de emisiones durante esta década para limitar el calentamiento global, y anticipó que “se va a tener que hacer mucho más después de Glasgow” en ese terreno, según EFE.

El negociador jefe de la Comisión Europea (CE) en la cumbre, Jacob Werksman, sostuvo en una rueda de prensa que los compromisos adicionales anunciados durante los primeros días de la reunión climática no van a modificar “significativamente” las previsiones que se hacían hasta ahora de cara a 2030.

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“Los objetivos con los que se llegaba a la COP nos ponían en una trayectoria en dirección hacia los 2,7 grados centígrados de incremento de la temperatura, muy lejos de lo necesario para 1,5 grados”, afirmó Werksman.

“Los anuncios que se han hecho aquí están siendo analizados, pero entendemos, por lo que dicen muchos think tank, que las contribuciones nacionales adicionales de cara a 2030 no van a alejar significativamente la aguja de los 2,7 grados”, detalló.

Para el negociador comunitario, “claramente va a ser necesario hacer mucho más después de Glasgow en términos de mantener la presión política y asegurarse de que los países tratan de ser más ambiciosos en el recorte de emisiones”.

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Nelson Baldeón, consultor en geopolítica energética, comenta que el martes ya se fueron los presidentes y la responsabilidad quedó hasta el viernes o sábado en manos de ministros, especialmente de energía y ambiente, de distintos países que siguen cerrando acuerdos, creando alianzas o aumentando la red de contactos. Además la gente puede visitar los estands de los países para ver sus proyectos o políticas para reducir el impacto ambiental.

“No se ha definido aún la declaración final, que es la importante para saber cuáles son los compromisos que tienen que cumplir”, dice Baldeón, quien agrega que esta se conocería al final de la cita (12 de noviembre) o a mediados de la otra semana.

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Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, es el anfitrión de la cumbre.

El aumento de la protección de bosques, descarbonización, disminución de gases invernadero, dejar de financiar a la industria petrolera, inversión en ciencia y tecnología en 100 billones de dólares, tomando en cuenta que para descarbonizar la economía mundial se necesitan 11 trillones de dólares, es poco, pero al menos un inicio. Esto, según Baldeón y otros expertos, es lo que se puede destacar hasta el momento, pero aún son mensajes bonitos que necesitan verse desde el punto de vista pragmático para ver en realidad qué puede implementarse.

Para Frances Colón, directora sénior de Política Climática Internacional del Center for American Progress, los primeros días para reducir las emisiones de metano y restaurar ecosistemas, por ejemplo, son grandes avances porque se han apuntado más de 105 países. Pero aún no es suficiente.

“Muchos países han anunciado grandes nuevas metas, pero no todos los grandes emisores. Así que todavía queda una semana de negociaciones, metas por anunciar, acuerdos a los cuales llegar, y los países van a tener que sumar y restar para saber en dónde están ahora con los compromisos que se han hecho y los objetivos que se han trazado... para ver si la suma de eso nos permite llegar a la meta para 2050 de permanecer con solo un aumento de 1,5 grados de calentamiento global. Hay muchos que dicen que no parece ser que podemos llegar sin aquellos que todavía faltan, como China y Rusia, y va a tener que haber muy serias conversaciones en los próximos días”, apunta Colón, quien añade que ahora se debe hablar de medidas de implementación y cómo verificarlas.

En tanto, de acuerdo con Belén Páez, de la Iniciativa Cuencas Sagradas, en el caso de la regiones con bosque, como es el caso de Ecuador, se necesita comprometerse a que las metas de deforestación se cumplan, y en ese sentido hay conversaciones en el tema de financiamiento climático, de adaptación, mitigación, de daños y pérdidas, de sistemas de los órganos subsidiarios que van a llegando a estos acuerdos, pero no se van a lograr suficientemente rápido, porque hay de por medio muchos intereses en el tema de finanzas globales. Aunque ve un interés de construir un capitalismo inclusivo.

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“Los científicos afirman que estos temas de los puntos de no retornos, tanto en los océanos como en los bosques, son supercomprometedores, y que no deberíamos ignorar las advertencias de la naturaleza y adoptar medidas para paliar estas situaciones. Dentro de las conversaciones de este año, el tema de los océanos se está quedando por fuera y se están concentrando más en bosques... La comunidad científica pide mayor ambición a la hora de abordar el tema del cambio de la temperatura en los océanos”, dice Páez.

Verónica Inmunda, dirigente de Juventudes de Confeniae, también expresa que Cuencas Sagradas dicta un marco para que los indígenas participen en todo lo que concierne a la protección de su zona y promover que la selva quede intacta.

Eduardo Pichilingue, también parte de esta iniciativa de indígenas de Ecuador y Perú, afirma que se debe poner atención en cómo se va a utilizar cualquier financiamiento, para que no termine siendo algo engorroso y burocrático que disminuya lo que va a llegar a los principales beneficiarios, que serían las poblaciones. Pero sobre todo espera que los avances no se queden solo en papel, como en anteriores COP. (I)