Faizuddin aún está traumatizado por el rayo que fulminó a sus tres amigos cuando se hacían fotos en un fuerte de 400 años en India, donde el cambio climático ha provocado un aumento de este tipo de casos.

Numerosas personas han sufrido esta muerte espantosa este año en el occidental estado desértico de Rajasthan, donde era raro que alguien muriera en una tormenta eléctrica.

“Me alcanzaron tres rayos, uno tras otro”, recordó Faizuddin con la voz temblorosa, envuelto en una manta en su modesta casa en Jaipur.

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Él y sus tres amigos de infancia habían subido cientos de peldaños para llegar a una torre de vigilancia sobre el Fuerte Amber durante una tormenta en julio, que se cobró otras ocho vidas.

“El sonido era ensordecedor, se sentía como un enorme estallido. Mis pantalones y zapatos se incendiaron, mis extremidades se paralizaron, no me podía mover”, contó el joven de 21 años a AFP.

Alrededor de 2.500 personas mueren cada año en India víctimas de los rayos, según cifras del gobierno, comparado con solo 45 en Estados Unidos.

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Ganado bovino y otros animales a menudo mueren o quedan mutilados durante tormentas eléctricas severas. Un rayo en el estado nororiental de Assam fulminó una manada de 18 elefantes en mayo pasado.

Los rayos tienen hasta un trillón de voltios de electricidad y pueden causar grandes daños a edificios.

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Meses atrás en otro fuerte de Chittorgarh, unas horas al sur de donde murieron los amigos de Faizuddin, un rayo impactó una torre y provocó el desprendimiento de una piedra enorme.

En el sitio se instaló un pararrayos para evitar daños a la centenaria estructura, “pero resultó inefectiva”, dijo Ratan Jitarwal, un conservador que supervisa la reparación del fuerte.

Aumento repentino

Los rayos se han vuelto más frecuentes, con casi 19 millones de impactos registrados en los 12 meses previos a marzo, un tercio más que el año anterior.

El aumento es provocado por el calentamiento global, dijo Sanjay Srivastava, de la Campaña India Resiliente a los rayos, una de las pocas organizaciones que recogen datos sobre tormentas eléctricas.

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“Debido al cambio climático, el calentamiento localizado de la superficie terrestre y a la mayor humedad, hay un repentino aumento de rayos”, dijo a AFP.

El fenómeno es mundial, e investigadores prevén que este año podría duplicarse el promedio de impactos de rayos dentro del Círculo Ártico en este siglo.

Ello podría causar incendios de tundra y hacer que cantidades masivas de carbono almacenado en el permahielo sean liberadas en la atmósfera, exacerbando el calentamiento global.

La evidencia sugiere que los impactos de rayos se están haciendo más comunes en áreas urbanas, algo preocupante en India, donde se prevé un dramático aumento de la población urbana los próximos años.

Srivastava dijo que los resultados podrían ser catastróficos si, por ejemplo, un rayo impacta un hospital y daña el equipo usado para mantener con vida a pacientes en cuidado intensivo.

“El diablo cayó del cielo”

Al igual que con el aumento en los niveles del mar, la creciente frecuencia de las ondas de calor y otras consecuencias del cambio climático, el país de 1.300 millones de personas lucha por adaptarse a la amenaza del incremento de las tormentas eléctricas.

La mayoría de las muertes humanas por tormentas eléctricas son prevenibles, pero pocos edificios tienen pararrayos para proteger a sus ocupantes, indicó Srivastava.

Científicos indios recientemente desarrollaron una aplicación móvil que busca emitir alertas en tiempo real sobre rayos y las precauciones que deben tomarse.

Pero tiene poca utilidad en un país donde solo la mitad de la población tiene acceso a teléfonos inteligentes, menos aún en las áreas rurales donde los rayos son más frecuentes.

Muchas personas desconocen los peligros y lo que se debe hacer en una tormenta eléctrica, como no resguardarse debajo de un árbol y evitar los espacios abiertos.

“Si hubiéramos sabido que los rayos (...) podían matar y mutilar, no habríamos permitido que nuestro hijo saliera de la casa”, comentó Mohamed Shamim, cuyo hijo de 20 años murió en el incidente del Fuerte Amber.

“Él ese día usó una camisa nueva y solo quería tomar fotos bonitas con su móvil. Pero parece como que el diablo cayó del cielo y se llevó a nuestro hijo”. (I)