El Canal de Suez permitió la comunicación entre el mar Rojo y el mar Mediterráneo, cuando el 17 de noviembre de 1869 se dio paso, en medio de celebraciones y algarabías, a este “ambicioso” proyecto de ingeniería, con autoría del francés Ferdinand de Lesseps, cónsul de Francia en Egipto en la época.

El Canal de Suez tiene en la actualidad una longitud aproximada de 195 km, aunque al inicio del proyecto era de 163 km. La anchura mínima de la parte inferior del canal es de 60 metros, mientras que la máxima es de 170 metros. Por esta ostentosa obra pueden pasar barcos de 20 metros de calado. No necesita esclusas, ya que comunica dos puntos situados ambos sobre el nivel del mar, y además, sin producir una acumulación excesiva de sedimentos.


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Esta vía artificial era como un sueño para los antiguos egipcios y las personas, ya que permitía reducir a casi la mitad el trayecto náutico entre Europa y Asia. En parte de los festejos de la inauguración no se contó con el estreno mundial de la ópera Aída, del músico italiano Giuseppe Verdi, sino con la Marcha egipcia, de Johann Strauss hijo.

La construcción duró diez años que, para muchos, parecían interminables. Cientos de obreros fallecieron y se empleó un tipo especial de “barcaza” para dragar el canal a una profundidad y anchura uniforme.

El Canal de Suez experimentó varias vicisitudes políticas y situaciones relacionadas con la geoestrategia. Por ejemplo, en 1875 el virrey Ismail, con una deuda externa exorbitante, se vio forzado a vender las acciones egipcias del canal. Los británicos tomaron entonces el control del Canal de Suez. Con el fin de evitar posibles “suspicacias”, un acuerdo internacional firmado en el año 1888 establecía que el canal quedaba abierto al tráfico de barcos de todas las naciones, sin discriminación alguna, en épocas de paz o de guerra.

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Sin embargo, el día llegó: el 26 de julio de 1956 el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser decidió nacionalizarlo, lo que provocó un entusiasmo y felicidad al pueblo egipcio, pero también varias crisis, como la guerra del Sinaí, conocida también como la crisis de Suez, y tiempos después la guerra de los seis días con Israel. (I)