Estados Unidos está buscando un acercamiento entre Israel y Arabia Saudí con negociaciones discretas que podrían incluir dos estratégicas islas del mar Rojo, un aumento de los vuelos por el espacio aéreo saudí y coordinación militar contra el gran enemigo común, Irán.

La aproximación entre Israel y Arabia Saudí, que no tienen relaciones diplomáticas, se está fraguando en un “proceso de varios pasos” que Washington está facilitando, dijo a Efe una fuente de EE.UU. familiarizada con las conversaciones y que pidió conservar el anonimato.

Públicamente, ninguna de las partes ha confirmado las negociaciones, que supuestamente llevan produciéndose meses y afrontarán un momento clave con el viaje del presidente estadounidense, Joe Biden, a la región entre el 13 y 16 de este mes.

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Pistas sobre una posible aproximación

No obstante, los líderes de las tres naciones llevan semanas dando pistas sobre un posible acercamiento.

El más contundente ha sido el primer ministro israelí en funciones, Yair Lapid. En junio, cuando solo era ministro de Exteriores, apuntó a la posibilidad de que se anunciasen “medidas” sobre una aproximación entre Israel y Arabia Saudí durante la visita de Biden, pero no dio más detalles para no robarle “el show”.

Por su parte, Biden reveló la semana pasada que uno de los objetivos de su viaje es "profundizar" la integración de Israel en Oriente Medio.

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En un gesto de gran contenido simbólico, Biden será el primer presidente estadounidense en hacer el trayecto en avión de Israel a Arabia Saudí, país que no reconoce el derecho de existir del Estado hebreo. Su antecesor Donald Trump (2017-2021) tuvo que hacer el viaje al revés.

Aunque al principio era reticente, Biden ha dejado clara su intención de ampliar los "Acuerdos de Abraham", orquestados por Trump y con los que Israel normalizó relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos.

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Por su parte, el príncipe heredero y gobernante de facto saudí, Mohamed bin Salmán, afirmó en marzo en una entrevista que Riad ve a Israel como "un aliado potencial", aunque reiteró la necesidad de una solución al conflicto con Palestina.

Su padre, el rey Salman bin Abdulaziz, de 86 años, es un fiero defensor de la causa palestina y ha dejado claro que no se establecerán relaciones con Israel hasta que reconozca un Estado palestino.

El primer paso: unas islas estratégicas en el mar rojo

Según explicó la fuente familiarizada con las conversaciones, por ahora se están centrando en las islas del Mar Rojo Tirán y Sanafir, de gran importancia estratégica por situarse en la desembocadura del Golfo de Aqaba, desde donde en caso de conflicto se podría bloquear el paso a un importante puerto de Israel y otro de Jordania.

El control de las dos pequeñas islas ha sido objeto de polémica en los últimos años: Egipto y Arabia Saudí firmaron en 2016 un acuerdo para que los territorios pasaran de la tutela egipcia al dominio soberano saudí, algo que provocó cierta inquietud entre las autoridades israelíes.

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Israel ocupó las islas en 1967 durante la Guerra de los Seis Días y en 1982 se las devolvió a Egipto, pero a condición de que garantizara la circulación de sus barcos.

Dicha condición quedó recogida en el tratado de paz egipcio-israelí de 1979, con el que se creó una fuerza de observación internacional liderada por Washington para asegurar la libre navegación.

Con la transferencia de las islas de Egipto a Arabia Saudí, Israel quiere asegurarse de que sus barcos seguirán gozando de los mismos beneficios que hasta ahora, sobre todo si Riad pone fin a la misión liderada por EE.UU.

El problema es que aún no se ha encontrado una fórmula para que Riad dé garantías a Israel sobre su libertad de navegación sin llegar a reconocer la existencia del Estado hebreo, dijo a Efe Hussein Ibish, analista de un centro de pensamiento especializado en los países del golfo Pérsico.

De ahí la importancia de la mediación de EE.UU., que podría actuar como garante de un acuerdo indirecto entre Israel y Arabia Saudí.

Coordinación frente a Irán y un aumento de vuelos

Sobre la mesa está también un aumento de la cooperación entre los países de la región, incluidos Israel y Arabia Saudí, para hacer frente a los cohetes, drones y misiles de Irán y los grupos a los que apoya, incluidos los rebeldes hutíes del Yemen.

Las conversaciones se centran en la coordinación de los sistemas de defensa aérea creados para destruir misiles, como la Cúpula de Hierro de Israel y el sistema de fabricación estadounidenses THAAD que ya usa Emiratos.

Por último, Israel quiere que Arabia Saudí permita a aerolíneas israelíes cruzar su espacio aéreo con el objetivo de acortar los trayectos a China, la India o Tailandia, según han señalado medios israelíes y estadounidenses.

Además, el Gobierno israelí ha instado a Riad a permitir vuelos directos para que los musulmanes de Israel puedan peregrinar a las dos mezquitas sagradas de La Meca y Medina, que custodia el reino.

Tras los "Acuerdos de Abraham", el Ejecutivo saudí ya permitió a aerolíneas israelíes atravesar su espacio aéreo pero solo con destino a Emiratos.

Pese al progreso que suponen estas negociaciones, todavía existen varios obstáculos importantes, dijo a Efe Yoel Guzansky, investigador del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel y especializado en los países del Golfo.

El principal, según Guzansky, es el ritmo de las negociaciones: mientras que Israel quiere ir más rápido, Arabia Saudí va más lento y avanza paso a paso. (I)